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Recrean bailarines el sentimiento de José Revueltas por los caídos en Tlatelolco en 1968

El coreógrafo Serafín Aponte y 15 ejecutantes brindan un espectáculo en cuatro movimientos que cautiva a unas 100 personas

 

Óscar Ricardo Muñoz Cano

En contraposición a las formas clásicas de baile y con una interpretación muy personal sobre la vida y obra de José Revueltas, la noche de este sábado en el teatro La Fortaleza se presentó el espectáculo Danzas para Revueltas, ejecutado por 15 jóvenes bailarines dirigidos por el también bailarín y coreógrafo guerrerense Serafín Aponte Nájera.
Al grito de “forman ustedes el cuerpo de aquellos que en diferentes momentos de la lucha, a partir del 26 de julio de este año violento, amargo pero igualmente jubiloso y esperanzado constituyen nuestros primeros caídos…”, el programa dio inicio con la lectura, en voz de Amaranta Cabañas, de una carta que escribiera José Revueltas el 7 de noviembre de 1968 luego de la masacre en Tlatelolco, misma que sirvió como pretexto para todo el trabajo y como preámbulo de una primera coreografía de nombre La carta.
La danza, que buscó expresar a través del grupo de bailarines una idea, un sentimiento, una emoción, respecto al movimiento estudiantil de aquel entonces, atrapó a las casi 100 personas que se dieron cita.
En medio de una atmósfera opresiva, que se logró mediante el uso de pocas luces y una música original escrita por Eduardo Flores, el programa dio paso a La emboscada, que para darle seguimiento al trabajo, mostró, en medio de sonidos incidentales de perros ladrando, cómo la opresión logró en aquel entonces que los delirios de persecución entre los jóvenes activistas se justificara.
Como tercer acto, el trabajo de Aponte, quien además de dirigir creó el guión a partir de una idea original propia, dio cuenta de Los caídos que sin duda, resultó la coreografía más tensa de todas pues entre los cambios de luces generados por Viridiana Bravo, la música y los movimientos que parecieran confusos de los bailarines, se escuchaban también las historias de aquellos que perdieron la vida en Tlatelolco aquel 2 de octubre de 1968.
Los cuerpos, con vestuario sencillo, diseño de Lilia Méndez Pap, cayeron una y otra vez al piso para después juntarse al centro del escenario y formar una masa que gemía y suplicaba y se volvía a separar para ofrendar los cuerpos a un cielo y posteriormente volver a caer y “regarse” sobre la tarima.
A partir de ese “campo de cuerpos” y como final, llegó el turno de La esperanza, coreografía orquestada en torno a la canción Latinoamérica, del grupo puertorriqueño Calle 13, y que sin duda dio pie para que los bailarines mostraran una estética, a pesar de ser danza contemporánea, preciosista y estructurada al ritmo de versos como: Tú no puedes comprar mi alegría / Tú no puedes comprar mis dolores…Y con ello lograr el aplauso de un público que aunque quizás poco conocedor, aplaudió con mucha emoción.
Al término del espectáculo, tanto Serafín Aponte como los jóvenes Erick Palencia, Tomás Reyes, Enrique Acosta, Andrea Campos, Amaranta Cabañas, Monserrat Bello, Athina Masiero, Eva Angélica Ayala, Aldo Archundia, Diana Fabiola Bello, Yéssica Laines, Araceli J. Mendoza, Alberto Mora, María Regina Ortiz, Karla Paola Vázquez, María José Viveros y María Teresa Viveros, dieron las gracias.
Danzas para Revueltas que dirigió Serafín Aponte Nájera, con el apoyo de Benjamín León, contó con la colaboración de la Secretaría de Cultura de Guerrero y de la Universidad Autónoma de Guerrero en coordinación con el Instituto Nacional de Bellas Artes, el Instituto de Cultura del Estado de Durango, la Secretaría de Cultura del Distrito Federal y el Instituto de Cultura de Aguascalientes.

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