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Hacen normalistas de Ayotzinapa programas radiofónicos en la capital para condenar las detenciones en el DF

*Durante la transmisión se da el uso de la palabra a dos de los manifestantes que fueron arrestados el 20 de noviembre, y demandan la libertad de los 11 presos encerrados en penales de máxima seguridad

Alina Navarrete Fernández

Chilpancingo

Estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM) y familiares de los 43 normalistas desaparecidos, realizaron un programa especial en la radio difusora ABC Radio, tomaron Capital Máxima y condenaron la detención de estudiantes en el Distrito Federal, durante la marcha del 20 de noviembre.
Durante la transmisión del programa, dieron el uso de la palabra a dos manifestantes que fueron detenidos en el Distrito Federal el 20 de noviembre, y demandaron la libertad de los 11 presos, en su mayoría estudiantes, que fueron consignados a penales de máxima seguridad.
Además, anunciaron que el presidente Enrique Peña Nieto, “tiene de 7 a 6 días hábiles para presentar su renuncia, porque se la está exigiendo el pueblo”.
A las 11:15 de la mañana, 150 personas, entre estudiantes y familiares de los 43 normalistas desaparecidos, llegaron al centro capitalino a bordo de tres autobuses de la Estrella de Oro, mismos que se estacionaron sobre la avenida Benito Juárez, frente al Centro de Salud, mientras que los pasajeros se dirigieron hacia el andador Zapata y entraron al edificio que alberga las instalaciones de las radiodifusoras Capital Máxima y ABC Radio.
En ambas frecuencias de la radio local, los normalistas cedieron la palabra a uno de los detenidos durante la movilización solidaridaria con las familias de los 43 desaparecidos, aunque no se reveló su identidad la voz varonil denunció el proceso irregular al que fueron sometidas las 31 personas que fueron detenidas en la plancha del Zócalo del Distrito Federal.
Señaló que 20 de los 31 detenidos fueron acusados de atacar a la paz pública y usar explosivos, pero el proceso en su contra logró determinar una fianza que llegó de 6 a 50 mil pesos por persona, “fuimos obligados a comprar nuestra libertad”.
Sin embargo, 11 personas, en su mayoría estudiantes, fueron trasladadas a la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), acusadas de terrorismo, tentativa de homicidio, asociación delictuosa y motín.
El cargo de terrorismo les fue removido de la acusación, pero aún así las estudiantes de Sociología, de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Tania Ivone Damián Rojas, de 21 años de edad; Hilary Analí González Olguíz, de 22 años de edad, y Liliana Garduño Ortega, madre soltera de 30 años de edad, quien además no estaba en el lugar de los hechos, fueron trasladadas al penal de máxima seguridad en Nayarit.
En el penal de máxima seguridad de La Cruz fueron recluidos el estudiante de Sociología de la UNAM, Hugo Bautista Hernández, de 22 años de edad; el estudiante de doctorado en Letras Hispánicas de la UNAM, Lauren Maxwell, un chileno mejor conocido como El Moro, de 47 años de edad; Issac Domínguez Ayala; Roberto César Hazo y Francisco García Martínez, cuyos datos fuerom restringidos por las autoridades federales. También Luis Carlos Pichardo Moreno, trabajador de 25 años; el integrante del Frente Popular Francisco Villa Independiente, Juan Daniel López Ávila, de 18 años, y Atzin Andrade González, de 29 años de edad, estudiante de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado, La Esmeralda.
Los normalistas condenaron las acciones que el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto tomó con respecto a los detenidos, que sufrieron “un trato como si fueran los peores delincuentes, es un gran contraste comparado con la detención del ex presidente de Iguala, José Luis Abarca Velázquez y su esposa, María de los Ángeles Pineda Villa”.
Declararon que en Guerrero, “la delincuencia organizada no es nada más y nada menos que el mismo gobierno y los políticos que quieren aprovecharse de todos los recursos naturales”.
Exigieron libertad inmediata de los presos políticos, cuyo único delito fue manifestar su solidaridad en contra de los ataques que sufrieron los normalistas de Ayotzinapa los días 26 y 27 de septiembre, en Iguala, a manos de la Policía Municipal, en los cuales fueron asesinadas seis personas, 25 heridas y 43 estudiantes desaparecidos.
Se pronunciaron en contra de las acciones represivas que ocurrieron bajo el mandato del presidente Enrique Peña Nieto, quien en declaraciones felicitó a los cuerpos de seguridad del Distrito Federal, por haber actuado de manera prudente al reprimir a los manifestantes, siendo que el trato que recibieron los detenidos no fue el adecuado.
Exigieron la renuncia de Peña Nieto y establecieron que tiene un plazo de 6 a 7 días hábiles para entregar la misma, debido a que “el pueblo mexicano ya está harto de este mal gobierno y la represión que hay en contra de los que protestan ante la impunidad, la injusticia y la desaparición de miles de personas en el país”.
Luego de que concluyera la información en torno a los 11 detenidos durante la marcha del 20 de noviembre en el Distrito Federal, ahora recluídos en penales de máxima seguridad, los normalistas procedieron a llevar a cabo un programa especial de ?eplica que fue transmitido a través de ABC Radio, donde anunciaron a la ciudadanía que recibirían cualquier comentario con respecto al movimiento para exigir la presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos, el esclarecimiento de los hechos y castigo a los actores materiales e intelectuales de la masacre.
Se recibieron únicamente tres llamadas telefónicas al aire, la primera fue de parte de un padre de familia, quien expresó su comprensión ante la angustia de las familias de los 43 normalistas desaparecidos, sin embargo, dijo que “como padre también quiero que mis hijos salgan adelante y las constantes manifestaciones lo impiden, las escuelas cierran, queremos maestros en las escuelas no vagos en la calle”.
Los normalistas dijeron que esta llamada es “una prueba más de la falta de interés y de apoyo de la ciudadanía, nosotros sabemos claramente el rezago en el cual vive Guerrero, pero también sabemos que ya no podemos seguir permitiendo más injusticia, pero esta es la clase de rapiñas que hay y sólo ven por sus propios intereses”.
La segunda llamada fue de parte de una madre de familia, quien relató haber participado en una marcha en la capital a favor de la Normal Rural de Ayotzinapa, sin embargo, “durante la manifestación los propios normalistas destrozaron mi automóvil, yo entiendo a los padres de familia y los apoyo, pero no es posible que sigan causando problemas a los demás, hemos perdido hasta nuestros trabajamos, más los gastos que nos crea el ser afectado, los invito a que busquen otras maneras de manifestarse”.
Ante la anécdota, nuevamente los normalistas lamentaron que “las personas se preocupan más por sus vidrios rotos que por los desaparecidos que hay, por las muertes, por toda la violencia que genera el propio estado”.
Por último, se recibió la llamada de un ciudadano que se manifestó en total apoyo a las acciones del movimiento en Guerrero e incitó a los normalistas a continuar con “acciones fuertes, para evitar que el movimiento decaiga y se arme una verdadera revolución”.
Los normalistas agradecieron el comentario, al igual que los familiares de los 43 desaparecidos, quienes cerraron el programa diciendo abiertamente que continuarán con las movilizaciones hasta que las autoridades den una versión totalmente fideidigna acerca de lo que pasó con los desaparecidos en Iguala y su paradero.
Una vez que concluyera la transmisión, los representantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, la FECSM y los familiares, así como el detenido en el Distrito Federal invitado a participar en la actividad, partieron de regreso a los autobuses que los llevaron a las instalaciones de Normal Rural de Ayotzinapa, ubicada en Tixtla.

La CETEG toma la caseta
de Palo Blanco

Por la mañana, la caseta de Palo Blanco fue tomada durante poco más de siete horas por integrantes de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), quienes recaudaron fondos que serán destinados a la Normal Rural de Ayotzinapa.
A las 7:30 de la mañana, 100 cetegistas llegaron a la caseta de Palo Blanco a bordo de varios vehículos particulares, que pertenecen a los integrantes de la organización.
En cuanto los trabajadores vieron a los maestros, se retiraron de sus puestos en las cabinas de cobro y permitieron que los mismos tomaran el control de la caseta, sin dar lugar a confrontaciones.
Contrario a como ha ocurrido en otras acciones de la CETEG, en esta ocasión ninguno de los maestros llevaba el rostro cubierto, salvo cerca de cinco personas del sexo masculino, aunque sí portaban pañuelos sobre la cabeza, gorras y sombrillas para protegerse del sol, además algunos portaban banderas rojas con las siglas de la organización.
Los cetegistas colocaron una lona entre dos cabinas de cobro, en la cual se observaba el retrato del estudiante de la Normal Rural de Ayotzinapa, Benjamín Ascencio Bautista, uno de los 43 normalistas desaparecidos, rodeado por la consigna “vivo se lo llevaron, vivo lo queremos”. También se exigía “juicio político a Ángel Aguirre Rivero, José Luis Abarca Velázquez y María de los Ángeles Pineda Villa. No a la represión de estudiantes y maestros”.
Durante la toma de la caseta de Palo Blanco, los maestros permitieron el paso de todos los vehículos particulares, de transporte y camiones repartidores de empresas como Marinela, Lala y otras, a cambio de una cooperación económica voluntaria.
En las siete horas que permanecieron los cetegistas en la caseta de Palo Blanco, no hubo ningún tipo de confrontación entre los manifestantes y los conductores.
Respecto de la movilización, el secretario de Organización de la CETEG, Ricardo Ruiz Dávila, declaró que “estamos boteando en apoyo a los padres de familia de Ayotzinapa y la exigencia es que nos presenten con vida a los 43 estudiantes desaparecidos”.
Señaló que la cooperación que recibieron de parte de los conductores, variaba de acuerdo con las posibilidades de cada ciudadano, sin embargo, expresó que “hay personas que cooperan de manera consciente con el movimiento y otras que nos van dando hasta 10 pesos”.
Los cetegistas permanecieron en la caseta de Palo Blanco desde las 7:30 de la mañana, hasta poco después de las 3 de la tarde, tras lo cual se retiraron de vuelta al campamento que mantienen en la plaza cívica Primer Congreso de Anáhuac en el centro capitalino.

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