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Pide Nicolás de Jesús en Indonesia la renuncia de Peña Nieto por Ayotzinapa

*El artista nahua de Ameyaltepec, región del Alto Balsas, monta una exposición, ejecuta un mural y presenta un libro en el Lawangwangi Creative Space, en la ciudad de Bandung, en ese país asiático

Karla Galarce Sosa

Bandung, Indonesia

Desde Indonesia, el artista nahua Nicolás de Jesús pidió la renuncia del presidente de México, Enrique Peña Nieto por el asesinato de seis personas –tres estudiantes y tres civiles–, por la desaparición de 43 alumnos de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, a manos de policías municipales de Iguala coludidos con grupos del crimen organizado el 26 y madrugada del 27 de septiembre en esa ciudad.
“Necesito expresar mi sentir y exigir la renuncia del actual presidente”, dijo el pintor al justificar su manifestación durante la apertura de su exposición An nahua artist in Indonesia el viernes pasado, donde añadió que el pueblo pide la salida del presidente priista porque “necesita paz para poder caminar con certidumbre (…) en un ambiente de seguridad”.
La apertura oficial de la exposición, Un artista nahua en Indonesia, está compuesta por 31 grabados y se realizó en el Lawangwangi Creative Space, en la ciudad de Bandung, al este de Indonesia, ante la presencia de unas 40 personas.
Allí, el artista originario de Ameyaltepec, región del Alto Balsas, presentó también el libro que lleva su nombre; escrito, editado e impreso por Harmut Zantke, en Alemania.
Nicolás de Jesús explicó también el significado del mural –aún sin título– que plasmó en dos paredes de lo que será un anfiteatro, que forma parte de un complejo arquitectónico que abarcará más de tres hectáreas de superficie. En dicho complejo, se realizarán estancias e intercambios entre artistas de otros países, actividades creativas y académicas, que son convocadas de manera habitual por Lawangwangi Creative Space.

An artist nahua in Indonesia: la apertura

La encargada de hacer la presentación del muralista guerrerense fue la directora general de Lawangwangi, Ann Andonowati en indonesio, lengua oficial del país insular, ubicado entre el sureste asiático y Oceanía.
La doctora en matemáticas y docente del Institut Teknologi Bandung explicó más tarde en inglés para El Sur que presentó la obra de Nicolás, como una propuesta de crítica, de protesta y lucha social, de cuestionamiento al sistema político mexicano y como un modo de denuncia. Destacó el colorido y movimiento que adquieren los trabajos de Nicolás, como un sello que lo vincula con la cultura asiática.
La presentación de De Jesús, fue traducida del inglés al indonseio por los jóvenes Bagus Nugroho y Nanda Pratama, quienes participaron en la organización de la exposición y asistencia para la realización del mural respectivamente.
Nanda Pratama destacó la preocupación que lo vincula con el muralista nahua: la aparición con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Y mencionó la realización del taller de grabado organizado la semana pasada en las instalaciones de la Fakultas Seni Rupa dan Desain (Facultad de Artes Visuales y Diseño) del Institut Teknologi Bandung (Instituto Tecnológico de Bandung), donde sus 14 participantes –todos alumnos de esa institución menores de 20 años– pidieron la aparición con vida de los 43 jóvenes mexicanos, y justicia para los que han muerto.
Durante su intervención, Nicolás de Jesús dijo sentirse contento por su estancia –que dura un mes– en Indonesia y por ver “un país lleno de esperanza en su juventud, en democracia y aspiración de un mejor futuro”, pues consideró que el cambio de un gobierno dictatorial, y la actual administración de Joko Widodo, representan una transición “más realizable” que la democracia que se pregona en México, donde se ponderan intereses de grupo sobre el bienestar de la ciudadanía.
“Es para mí de gran satisfacción poder mostrar mi obra en esta exposición, y como la vez pasada, ahora dejo algo más: un sentimiento muy especial que se refleja en dos murales realizados a mi emocionante llegada, ahora en este Creative Space Lawangwangi”, dijo.
Hizo referencia a los contrates en las condiciones de vida de los habitantes de México e Indonesia, la situación política y económica de ambos países y recordó inevitablemente el dolor que sufre el pueblo mexicano, sumergido por la violencia, la complicidad del gobierno con los grupos del crimen organizado y la exigencia mundial por la aparición con vida de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Destacó lo inverosímil que resulta la versión oficial mexicana, de una investigación que derivó en el hallazgo de cenizas que supuestamente son de los normalistas, y que presuntamente fueron asesinados e incinerados en un basurero a cielo abierto en Cocula, después de que la policía de Iguala los entregó al grupo criminal Guerreros Unidos.
Resaltó también la realización de una serie de protestas en México y en varias partes del mundo por la condena del terrible hecho. “Nuestro pueblo también sueña con una justicia y dignidad para nuestras familias y no queremos ser parte de las estadísticas sangrientas por defender los derechos en nuestro país (…) Por lo tanto desde aquí, aunque es un evento cultural, necesito expresar mi sentir y exigir la renuncia del actual presidente Enrique Peña Nieto”, expuso el guerrerense.
En la exhibición, se observa un fragmento del mural que Nicolás de Jesús hizo en su primera estancia en Indonesia titulado Mirando al pasado hacia un nuevo futuro, una creación hecha con otro pintor originario de Indonesia, de quien no recordó el nombre.
Se presentan grabados impresos en papel amate, entre los que se observan los títulos ya conocidos del artista, París, Día de muertos, Imposición, Sinfonía, Mudanza, Crack mundial, Maicidio, Ecocidio, Vivir a morir, Barong cultural, Bali (resultado de su primera visita a esa isla en 2008), Para esperarlos, El pan, Mercado, Voladores, Nigth club y otros más.
La exposición permanecerá en exhibición hasta el 30 de noviembre en Lawangwangi, uno de los espacios más populares entre los habitantes de Yakarta, capital de Indonesia al incluir en su propuesta espacios de adquisición de arte-objeto, un restaurante con basto menú de comida tradicional indonesa y una amplia vista de Bandung; todo ello, en un edificio construido en lo alto de una montaña, donde se disfruta de maravillosas vistas al ser sus paredes de cristal y, una diversidad de obras de diferentes artistas que han compartido su legado en ese lugar.

El mural y el proceso de realización

Tambores, animales, procesiones, danzas, celebraciones, sacerdotisas y chamanes comenzaron a cobrar vida en el mural que el pintor nahua Nicolás de Jesús comenzó el jueves 13 de noviembre pasado. “Vamos a poner todo el corazón en este mural”, dijo el pintor antes de dar las primeras pinceladas en el mural que concluyó una semana después.
El artista poco a poco mostró la festividad, la celebración y el colorido de su país de origen y lo reflejó en una fusión del legado intangible de Indonesia, país del que quedó prendado desde su primera visita hace ya seis años, y donde también plasmó parte de su herencia cultural en un primer mural que realizó con otro artista, originario de este país.
“En esos murales expreso el sentir de una conciencia que disfruta y anhela el gusto por la vida”, expuso el artista durante su intervención en la apertura de la exposición.
La elaboración del mural de Nicolás se desarrolló durante siete días en períodos de lluvia intermitente –pues son seis meses que llueve en Bandung–, entre bosques de bambú y pino, entre trabajadores de construcción y con ayuda de dos asistentes, ambos ex alumnos recién egresados del Instituto Tecnológico de Bandung, Nanda y Bagus, quienes también colaboraron con el pintor indígena en el mural.
El pintor viajero, como se autodenomina Nicolás, compartió sus experiencias con los jóvenes y los invitó a desarrollar proyectos conjuntos; habló con ellos de arte, de historia y de política; conversaciones que lo llevaron a ratificar su necesaria lucha por un mundo más justo y de protesta.
El grabador, quien admite vivir en franca rebeldía con el sistema político mexicano atado al catolicismo, mostró en su mural una tradición que los pueblos indígenas han heredado a las nuevas generaciones y plasmó, una festiva procesión hacia la magnífica y generosa madre naturaleza, dadora de vida y esperanza.
También pintó las figuras de bailarinas y músicos, de estos últimos, se observan instrumentos de percusión, pues admitió que la influencia de los cantos y oraciones que provenían de las mezquitas, donde los musulmanes se reunían cinco veces al día (pues Indonseia es el segundo país en el mundo con más musulmanes), también son parte de la cotidianidad.
Por las mañanas, Nicolás acudía al lugar donde realizaba su trabajo. Desde que salía el sol, alrededor de las 4:30 del día –hora en que asoma el sol– se preparaba para atravesar una estrecha y empinada calle, rodeada por bambúes y árboles de pino, caminaba sobre un pequeño puente y escuchaba el sonido de un arroyo, para llegar a donde se edificaba lo que será el anfiteatro.
La avenida Dago Giri, vialidad rodeada de residencias y campos de labor, donde se cultivan vegetales y hortalizas, también fue el lugar donde vive el pintor desde que llegó a Indonesia.

El libro

En el libro, Nicolás de Jesús, que está traducido del español a tres lenguas –inglés, alemán y náhuatl– en él se muestran fotografías de la evolución de la propuesta plástica del artista desde sus primeros trabajos en la década de los años 80 en México.
Fue impreso en papel couché satinado y presenta fotografías a color de los trabajos del artista guerrerense. La traducción del alemán al inglés fue realizada por Dirk Thümmed, la del inglés al español estuvo a cargo de Michaella Feller, y la traducción del español al náhuatl fue realizada por Nicolás de Jesús.

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