PERISCOPIO

* Ruiz Massieu, Ortega y el PRD

 *Ominosa palabra en el IEPC

El PRD y sus diputados locales tienen más motivos para dudar del aval que dieron para que Rogelio Ortega llegara como gobernador sustituto de Guerrero. Ayer, se desbocó en elogios a una figura especialmente sensible en la historia de ese partido, el ex gobernador José Francisco Ruiz Massieu, en cuyo gobierno se calificó al fundado por Cuauhtémoc Cárdenas como el “partido de la sangre y la violencia”.
Cuentan que de los cinco minutos que tuvo de participación en la conferencia de prensa donde se informó de los planes para reactivar la economía de Guerrero, esencialmente en sus sitios turísticos, Ortega Martínez dedicó la mitad a saludar y ponderar a la media docena de funcionarios federales con los que previamente había tenido una reunión de tres horas y media
Como si en este encuentro, en el que participaron empresarios de la entidad, no los hubiera saludado y como si tampoco lo hubieran acompañado por la mañana a un recorrido por un albergue para víctimas de violencia intrafamiliar, en la colonia Emiliano Zapata.
Tan ponderador andaba el gobernador, que no se midió cuando le tocó saludar a la secretaria de Turismo Claudia Ruiz Massieu Salinas: “Nos acompaña una gran guerrerense, heredera de una gran tradición, nos recuerda la poesía y la sensibilidad narrativa de Cuquita Massieu…”, dijo de la abuela de ésta y madre del ex gobernador José Francisco Ruiz Massieu, padre de la funcionaria, para quien se reservó el remate.
José Francisco Ruiz Massieu, dijo al lado de la ex presidenta nacional del PRD Rosario Robles, secretaria de Desarrollo Social y casi en funciones de comisionada federal para Guerrero, fue “un gran gobernante, un gran ideólogo, un gran político guerrerense”.
El maestro universitario con trayectoria cercana a la izquierda y a muchos dirigentes perredistas, como quien fuera el coordinador del Congreso local, Armando Chavarría Barreras, asesinado el 20 de agosto del 2009, pasó por alto que en el gobierno de Ruiz Massieu (1987-1989), se dieron más de 200 asesinatos de militantes perredistas, represión y desalojo de alcaldías tomadas luego de comprobados fraudes electorales locales que impidieron que ese partido asumiera el mandato en diversos municipios.
Nada, pues, que el gobernador sigue mostrándose tan multifacético, como que ayer mismo volvió además a criticar las movilizaciones de normalistas, a advertir que “nadie por encima de la ley”, y también de paso saltándose esa parte de la historia, donde como dirigente estudiantil a mediados de los setentas del siglo pasado, llamaba a manifestaciones como las que hoy vitupera.
Rogelio Ortega no solo camina muy al modo del nuevo discurso del gobierno federal respecto a los normalistas de Ayotzinapa y sus protestas, sino que también se acomoda a la manera en que el régimen priista escribe su historia.
Un régimen que está siendo calificado ahora en México y el mundo como “Estado fallido” (Pepe Mujica dixit), o como “Estado mafioso” (Le Monde dixit).

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¿Y quién fue en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana el que redactó el acuerdo que calificó de “enfrentamiento” el ataque bárbaro de policías municipales de Iguala a indefensos estudiantes de Ayotzinapa? ¿Qué mentalidad tiene ese funcionario de un organismo que debiera condensar las virtudes del diálogo, la tolerancia y la vigencia de un Estado de derecho? Sería bueno investigar el nombre del redactor, para saber de dónde viene, a qué grupo político de dinosaurios priistas pertenece. Debiera ser destituido, por lo demás. Si no se quiere que haya otro Ayotzinapa hay que erradicar de las instituciones a personajes que no se han dado cuenta de que ya estamos en el siglo XXI y que el PRI ya no es el todo poderoso PRI. Y a los consejeros que aprobaron el proyecto de acuerdo –echado atrás luego de los cuestionamientos de representantes de partidos– les recomendamos que lean la nota sobre lo que opina de lo que pasa en México el influyente periódico francés Le Monde que se publica en la página 27 de esta edición. Para ver si se ubican.