Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Ramón Sosamontes H.

 Ante todo la política

Faltan nueve meses y días para la elección estatal, muchos para poder descomponerla y pocos para hacer una campaña a fondo y en todo el estado y no sólo mediática como se piensa que puedan llegar a todos los guerrerenses, y aún no hay propuestas para ser gobierno.

Falta que el PRD, Convergencia, PT y el PAN decidan quien será su candidato, pero urge su definición porque darle más tiempo a ello es facilitar que ocurran hechos que puedan descomponer a las campañas electorales y por ende al estado. Insisto en no apretar el gatillo del fácil expediente de la “justicia” para enfrentar lo electoral.

Hay que evitar la descomposición ascendente de la política cuando constantemente se la lleva a la barandilla del Ministerio Público. Todos los partidos tienen autoridades de seguridad y de justicia que, enfrentadas,  pueden llevarlos a enfrentamientos que en nada ayudarán a una elección masiva y pacífica del próximo gobernador.

Como en el entorno nacional, en Guerrero también pueden ganarles el impulso de usar el fácil expediente de acusar y luego comprobar. Tal parece que lo importante es evidenciar delitos ante los medios de comunicación. Descalificar al oponente por la vía del descrédito, de la mentira, de la farsa, de la invención de conductas amorales. Acciones que desacrediten a los partidos y políticos sin saber que todo esto va en contra de quienes usen estas triquiñuelas. Esperamos que lo central en esta campaña electoral no sea el descalificar al adversario, sino convencer con propuestas y programas de gobierno a la población.

Hasta ahora no se ven las propuestas de los partidos, candidatos, precandidatos como lo central. ¿Qué opinan Héctor Astudillo candidato del PRI,  Armando Chavarría, Ángel Pérez Palacios, Félix Salgado o Zeferino Torreblanca precandidatos del PRD o el PAN, Convergencia o PT de los problemas de Guerrero?

En una población donde más de la mitad vive en las regiones rurales con una pobreza extrema y ante una inminente sequía; con el primer lugar nacional en mortalidad materna, con un segundo lugar entre los estados por la enorme deserción escolar                         en la primaria. Con más del 70 por ciento de la población sin ser derechohabiente de un centro de salud. Donde más de 200 mil guerrerenses no tienen ingresos o un 65 por ciento de la población económicamente activa no recibe más de tres salarios mínimos. un Estado donde viven mas de 400 mil indígenas nahuas, mixtecos, tlapanecos y amuzgos en condiciones, en muchos casos infrahumanas.

A nueve meses de la elección ¿dónde están las propuestas, las ideas? En cambio lo que leemos sobre la vida política de Guerrero son constantes enfrentamientos entre poderes, dentro de ellos; entre partidos y dentro de ellos y a un costado con una fuerza ascendente la efervescencia social, por las carencias “históricas” que tienen los pueblos de este estado.

Basta leer en El Sur de ayer, de manera central que en cuatro municipios continúan los conflictos internos entre perredistas. Que Amador Campos comparecería ante                         la Comisión Instructora del Congreso, aun cuando la Auditoría General del Estado ya entrego un dictamen favorable a él, para responder a la denuncia del síndico Joaquín González, eterno enemigo del presidente municipal de Zihuatanejo, quien a su vez fue denunciado por el Ayuntamiento por el delito de ejercicio indebido del servicio público, al esconder una resolución del Tribunal de Conciliación y Arbitraje.

En Zirándaro el dirigente perredista Vicente Aguilar fue reprimido por la autoridad municipal perredista. Que los de Cuetzalan del Progreso pidieron al Congreso intervenir contra Mauro Villanueva edil perredista. Que los opositores perredistas  a Genaro Vázquez Solís insisten en destituirlo de la Presidencia Municipal de San Luis Acatlan. Por cierto ya déjenlo gobernar. En Taxco comerciantes exigieron la salida de Erika Arciniega   regidora del PRD.

Mientras tanto dichos y respuestas entre los dirigentes del PRD y del PRI que en nada ayudan a la civilidad que se necesita para que exista una campaña electoral de nivel y en la cual se discutan ideas y programas. Seguir con la judicializacion de la política es llevar a los ciudadanos a no confiar en ningún político ni en un partido; es decir, caminar rumbo a la abstención y al vacío de poder.

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