Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

FE DE ERRATAS

 

  La “gestoría social” de los diputados

  ¿No se hagan bolas?  

1. Una incomunicación con nuestros corresponsales en Chilpancingo impidió que dos informaciones importantes no fuesen incluidas en nuestra primera plana de ayer.

La primera fue el punto de acuerdo aprobado por unanimidad en el Congreso del Estado, mediante el cual se establecerá una coordinación entre los diputados y la Secretaría de Desarrollo Social para la liberación y comprobación de los recursos que reciben éstos para actividades de gestoría.

El tema fue llevado a tribuna por el perresista Heriberto Noriega Cantú, como respuesta a la filtración a la prensa de un cheque por 100 mil pesos que recibió del gobierno del estado. Me deben 900 mil, dijo el día de la publicación de la información en éste y otros diarios, en referencia a que los diputados tienen asignados un millón de pesos para tareas de gestión.

Este martes en tribuna, Noriega dijo que las gestiones de los diputados son iguales a las que hace “cualquier organización social o comunidad” y que no se puede convertir en “vergonzante” una actividad que es legítima y que “hacemos por nuestros representados”.

Noriega dijo que la información periodística fue manejada “con dolo”, pero que ello no inhibirá su postura de crítica constructiva ante los funcionarios estatales o autoridades municipales porque “los recursos no son bonos ni premios para comprar nuestra voluntad”.

2. Que los diputados se comprometan a comprobar en qué gastaron los recursos del erario que reciben es ciertamente un gran avance. ¿Qué antes de este acuerdo no tenían ni siquiera esa obligación? Pero seguirá la polémica en torno a si es función de los diputados recibir recursos para “gestión social”, como le llaman. No está claro que se trate de una actividad que “hacemos por nuestros representados”, como dice el diputado Noriega.

Por cierto, desde que se publicaron copias de los cheques –otro fue recibido por el panista Max Tejeda, un muy próspero empresario, por lo demás– ningún diputado de ninguna fracción parlamentaria ha cuestionado públicamente que se otorguen esos recursos. Sabemos que hay quienes se oponen a ellos, pero esta vez el espíritu de cuerpo –y la crisis que se vive en el PRD, quizá– inhibió las voces críticas. Por ejemplo, el presidente de la Comisión de Gobierno, Juan José Castro Justo –a la sazón coordinador de los diputados priístas– justificó la entrega de dinero a los diputados adicional a su dieta porque se trata de una práctica que viene de anteriores legislaturas y que se da en todos los congresos del país. En tanto, el coordinador de los diputados perredistas, David Jiménez Rumbo, lejos de cualquier cuestionamiento a esa práctica reclamó, por el contrario, que a estas alturas del año no hubiesen recibido tadavía ningún recurso para “gestión social”.

Y volviendo con Noriega, éste dijo que esta función es inevitable en un estado pobre como Guerrero, donde sus habitantes tienen tantas carencias.

Aplíquense entonces los diputados a elaborar leyes que contribuyan a abatir esa pobreza; a cumplir con sus funciones de vigilancia del presupuesto para combatir la corrupción y el desvío de recursos del erario; a propiciar la organización de sus electores para dar base social a sus iniciativas en favor de más recursos federales para carreteras, escuelas, centros de salud, capacitación para el trabajo.

En el estado de Vicente Guerrero, Juan Alvarez e Ignacio Manuel Altamirano, héroes nacionales de las luchas por la independencia, el federalismo y la soberanía da pena que los políticos levanten un monumento a la dádiva y la justifiquen, cuando sólo sirve para fines de clientelismo electoral

No recordamos tampoco que Juan R. Escudero, Genaro Vázquez o Lucio Cabañas se hayan sacrificado no por una sociedad más justa, sino en aras de las despensas, las láminas de cartón, las toneladas de cemento o los tantos metros de manguera.

3.- La segunda nota que se quedó en el tintero de las páginas interiores es la del informe de despedida de Héctor Apreza y Silvia Romero como presidente y secretaria general del PRI estatal.

La nota del acto la dio el candidato a gobernador Héctor Astudillo con su llamado a los grupos políticos del PRI a una tregua para no poner en peligro el triunfo en las elecciones del 6 de febrero de 2005. A primera vista pareciera una convocatoria fuera de lugar, pues los priístas han logrado crear la percepción en la opinión pública de que han resuelto esencialmente unidos la cuestión de la candidatura a gobernador, lo que apenas hace unas semanas parecía muy difícil de alcanzar.

Pero si lo dice el candidato confirma que en la definición de la dirigencia del PRI y del equipo de campaña hubo más jaloneos de los esperados. Que por eso –se especuló en su momento– no asistió el ex gobernador Ángel Aguirre al acto de toma de protesta del candidato Astudillo. Molesto por las desatadas presiones del senador Héctor Vicario –en nombre del grupo de Rubén Figueroa Alcocer– para ser el presidente del PRI.

Pero luego de la comida en la casa de Aguirre en la ciudad de México –con Madrazo y Chuayffet presentes– parece que se solucionó todo –Vicario irá finalmente al PRI estatal y Manuel Añorve será el coordinador de la campaña– se destrabó todo, y el llamado de Astudillo fue solamente un recordatorio.

A propósito de la comida, una nota de la reportera Claudia Guerrero en Reforma pone a Astudillo diciendo que su reto es “responder ahora y mañana ganando Guerrero y presencia para Roberto Madrazo Pintado en la entidad”. ¿Será?

Y la misma fuente de la reportera le dijo que Aguirre “lanzó espaldarazos tanto a Chuayffet como a Madrazo, por la conducción de la bancada en San Lázaro y del Comité Ejecutivo Nacional” del PRI. ¿Será?

En lo que al parecer tampoco se midió la fuente de Claudia es en la frase puesta en boca del gobernador René Juárez Cisneros de que “no se hagan bolas, el candidato es Astudillo”. Como si estuviese detrás de la disidencia de su amigo Carlos Sánchez Barrios, quien en este caso sería Manuel Camacho. ¿Será?

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