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Montiel, “casi segundo gobernador” en el periodo de Ruiz Massieu, dice ex reo

 Francisco Yáñez Molina, quien fue detenido y torturado por el que fuera director de los ceresos y segundo del ex coordinador de la Policía Ministerial de Morelos, Andrés Aguayo Rubio, exige que la PGR investigue por qué fue preliberado éste último por el ex gobernador Angel Aguirre

 El ex coordinador de la Policía Ministerial de Morelos, Agustín Montiel López, era casi el segundo gobernador durante el sexenio de José Francisco Ruiz Massieu, afirmó Francisco Yáñez Molina, quien fuera detenido y torturado por el propio jefe policiaco.

Denuncia que incluso uno de sus “torturadores”, Andrés Aguayo Rubio, fue preliberado por el gobernador interino en ese entonces Angel Aguirre Rivero, cuando aún no cumplía ni 50 por ciento de su condena, por lo que exigió a la Procuraduría General de la República investigue con qué fundamentos se le canceló la sentencia.

Entrevistado en su domicilio, en la comunidad de Tucuruato, Francisco Yáñez Molina, quien se nombra a sí mismo “Chico Tucuruato”, indicó que para Ruiz Massieu las opiniones de Agustín Montiel López, actualmente preso en Morelos por presuntos delitos de protección al narcotráfico, eran casi órdenes.

Todo el poder del estado

Según consta en la recomendación 124/91 de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, presidida entonces por Jorge Carpizo MacGregor, Chico Tucuruato fue detenido el 2 de noviembre de 1991 en Tejupilco, estado de México, por los agentes Patricio Mondragón Hernández y Rodrigo Vidal Díaz, bajo las órdenes de Lázaro Reyna Díaz, supuestamente al estar acusado de homicidio.

Se indica que al inculpado lo arrestaron junto con el menor de edad Fulgencio Rivera Bautista, y ambos fueron llevados a la Procuraduría de Justicia del Estado de México. Agregó que allá los tuvieron sin darles de comer hasta el 5 de noviembre, cuando –según la declaración preparatoria de uno de los policías– fueron entregados a los agentes José Carmen Olvera Morales, Hugo Hernández Rendón, y otro llamado Pedro. La orden fue dada por el entonces comandante regional de la Policía Judicial del Estado en la región de Tierra Caliente, Andrés Aguayo.

Ambos detenidos fueron acusados del secuestro del niño Ralph Maclean Black León, hijo de los empresarios Ralph Mac Black y Berta León Hernández, ocurrido el 4 de octubre de 1990.

Posteriormente los policías los trasladaron a Ciudad Altamirano, donde estuvieron incomunicados.

De acuerdo con la declaración de José Carmen Olvera, la detención de Chico Tucuruato fue manejada por “el Estado Mayor Presidencial” , por lo que nunca llevaron una orden de aprehensión, e incluso “allí iba un abogado del Estado Mayor Presidencial, quien luego que los detenidos fueron presentados a la Agencia del Ministerio Público –después de quince días- pidieron la orden.

Cuando el padre de Fulgencio Rivera Bautista, Antonio Rivera Jaimes, fue preguntar a los separos de la PJE de Ciudad Altamirano, fue encarcelado por el capitán Andrés Aguayo Rubio, quien les pidió “1 millón de pesos” para liberarlos.

Tiempo después, Carmen Olvera y Aguayo Rubio fueron arrestados por los delitos de privación ilegal de la libertad, extorsión, contra la administración de justicia, entre otros. El jefe policiaco estuvo preso cerca de cinco años, hasta que fue liberado por el entonces gobernador Angel Aguirre Rivero.

Cuenta Chico Tucuruato que fue sometido a las peores vejaciones por los judiciales al mando de Aguayo Rubio.

Con fotografías mostró los efectos de las torturas. “Tuve que tomar agua de cirián durante un año para que se me quitaran las huellas de los golpes”, dijo.

Indicó que en los separos de la policía en Ciudad Altamirano fue torturado junto con Fulgencio Rivera Bautista. Este último, con sólo 17 años de edad, en su declaración señaló que los tuvieron sin comer siete días y que los torturaron física y sicológicamente al ponerles bolsas de plástico en la cabeza y agua de Tehuacán en la nariz, para exigirles que revelaran dónde estaba el niño secuestrado y que firmaran una acta.

“Desde mi celda oía los gritos de dolor de Chico Tucuruato”, narra en su declaración ante el MP.

La mano de Montiel

Pero lo peor estaba aun por venir –cuenta Francisco Yañez– Montiel era en esas fechas el director general de Seguridad Pública y Readaptación Social del estado, y cuando él fue remitido al Cereso de Iguala Montiel lo sometió a un tratamiento inhumano: “estuve incomunicado en una celda, con espacio mínimo, con los ojos vendados, maltratado periódicamente por diversos policías judiciales, además se le privó de agua por órdenes directas de Montiel y era obligado a tomar agua con excremento y del retrete, donde dormía sentado.

Cuando fue llevado a Coyuca de Catalán, por órdenes de Montiel, de inmediato fue transferido al penal de Las Cruces, en Acapulco, con lo que se violó un amparo que la esposa de Francisco Yáñez había obtenido. En su declaración preparatoria, dijo –el 21 de noviembre de 1991– que los judiciales le introdujeron agua de Tehuacán por la nariz, que lo llevaron al río Balsas, en la curva de Changata, lo desnudaron, le pusieron una cuerda entre las piernas y una piedra colgada al cuello y lo sumergieron varias veces, además le dispararon varias veces cerca de la oreja.

“No quiero darme baños de pureza, vivo de mi trabajo y no es justo que delincuentes de cuello blanco sigan haciendo de las suyas en el estado”, pidió Chico Tucuruato, quien actualmente es presidente del Consejo de Vigilancia de la Asociación Ganadera de Cutzamala.

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