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Carlos Toledo Manzur

Sancionar a quienes decidieron la candidatura de Abarca

La renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas al PRD constituye un fuerte golpe que agrava más la crisis que este partido sufre a raíz de los terribles acontecimientos de Iguala, ocurridos hace ya dos meses. En efecto, el hecho de que el ex alcalde sea claramente señalado como autor intelectual del ataque a los normalistas hace que el haber sido postulado por el PRD constituya un grave hecho en la vida del partido. Por supuesto que los enemigos de esta agrupación política de izquierda han aprovechado esta situación para denostarla y desacreditarla, pero independientemente, sin duda le ha generado una importante mella en la simpatía de la población; diversas encuestas realizadas en el propio estado de Guerrero ya muestran una disminución de las preferencias de la ciudadanía a raíz de estos lamentables hechos. Por desgracia, muchos de sus dirigentes políticos no han sido sensibles al cambio tan drástico en la vida política y social del país que han significado los acontecimientos relativos a los normalistas asesinados y desaparecidos, por lo que muchos quisieran seguir con la misma lógica política anterior y con las mismas prácticas dentro de ese partido.
Sin embargo, el PRD tiene la enorme necesidad de procesar cambios drásticos en su vida política y mandar a la ciudadanía señales claras de su voluntad de transformación para superar el complejo nudo que generó las circunstancias que hicieron posible el atroz ataque a los muchachos de Ayotzinapa. Para evitar que un acontecimiento tan grave se repita, se requieren acciones y definiciones que modifiquen con decisión la lógica con la que funciona ese partido; de no ser así, y continuar su funcionamiento como si nada hubiera pasado, el PRD va a cargar con un costo terrible ante la ciudadanía.
Ese era precisamente uno de los argumentos que Cárdenas planteaba cuando proponía la renuncia del presidente del partido y de todo el Comité Ejecutivo Nacional, con el propósito de buscar una reorientación radical de esa formación política y como una señal de que existía esa voluntad de transformación interna. Tal vez podría pensarse que la medida propuesta fue muy drástica, pero lo que es indiscutible es que existe la necesidad de acciones de esa envergadura. Sin embargo, a pesar de que a raíz de la presentación de la carta de Cuauhtémoc se llevó a cabo una discusión pública entre el ingeniero y Navarrete, sus resultados no llevaron a ninguna conclusión alternativa y, en opinión del propio Cárdenas, sólo constataron las fuertes diferencias en las visiones que ambas partes tienen sobre las formas de conducción del partido. Así, pocas horas después del debate, hizo pública su decisión de salirse del PRD.
Se puede pensar que la renuncia de Navarrete y sus colaboradores constituye una medida extrema y tal vez inviable en los actuales momentos, pero sin duda se requiere que al menos se procesen otras medidas que permitan que el PRD entre en una lógica de intenso cambio. Por ejemplo, es necesario que se lleve a cabo un ajuste de cuentas con el proceso por el que se eligió a Abarca como candidato a la Presidencia Municipal de Iguala. Ahora que estalló el escándalo, resulta que ninguno de los actores y corrientes políticas del partido quiere reconocer su participación en esa designación. Si se asume que fue un grave error postular a una persona fuertemente vinculada con el crimen organizado, por supuesto que no basta pedir perdón, es necesario que se esclarezca con precisión cómo se llevó a cabo dicha elección y se tomen medidas disciplinarias que impongan sanciones a los responsables de esa decisión, de tal manera que estas acciones contribuyan a generar las condiciones para evitar casos semejantes en el futuro.
La investigación objetiva de la forma en la que se realizó la selección de tan funesto candidato tiene desde luego serias dificultades. Sin embargo, una alternativa para llevarla a cabo podría ser la formación de una Comisión Investigadora integrada, con un amplio consenso, por personalidades de alta calidad moral con experiencia en la investigación social que haga una indagación seria y consistente en torno a este hecho de la historia política reciente y provea de conclusiones consistentes.
La renuncia de Cuauhtémoc Cárdenas cimbra fuertemente al PRD en su conjunto y obliga a todos sus militantes a hacerse cargo de la grave crisis que esta institución política está sufriendo; no es exagerado decir que su misma sobrevivencia como el más importante partido de la izquierda mexicana está en juego en la actualidad, y depende de que se tomen cartas en el asunto y se realicen las acciones que la coyuntura le demanda.

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