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Semana Santa en Taxco: Domingo de Ramos

Con la celebración del Domingo de Ramos, comenzaron aquí las actividades de la tradicional Semana Santa, uno de los atractivos más importantes del año para los turistas y lugareños atraídos por los ritos religiosos que tienen como escenario las iglesias, el zócalo y calles de la ciudad.

En la primera jornada, ayer se efectuó la primera de las procesiones que partió desde temprana hora, como cada año, de la comunidad de Tehuilotepec hacia la parroquia de Santa Prisca encabezada por una escultura de San Ramos montado en un asno y a quien los feligreses llaman cariñosamente como San Ramitos, que evoca el pasaje de la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén.

En un largo recorrido de más de 6 kilómetros, la gente se arremolinó participante, cerca, al lado y atrás de un grupo de hombres vestidos de apóstoles junto a la imagen que en muy larga fila caminaron. En el trayecto hubo varias estaciones o descansos en la colonia de Martelas, Los Arcos, la capilla de El Chorrillo, La Garita y el Exconvento de San Bernardino.

En estos puntos los vecinos, mujeres y hombres ofrecían, primero, collares y canastas de flores de bugambilia, de rosal y otras especies a San Ramos. En uno y otro lado, para los peregrinos, se regalaba agua fresca y naranjas partidas por la mitad para mitigar el cansancio y la sed.

En el trayecto, la música festiva de una banda de viento amenizó el recorrido que al arribar la ciudad crecía más en devotos sumados a la primera procesión de día. Casi al mediodía, la plaza, el zócalo en el corazón de Taxco se llenó de palmas y flores de rosal, de arreglos y cruces tejidas con esmero por indígenas de la región.

En numerosa concentración después vino el sermón del sacerdote y la bendición de las palmas. Al final, taxqueños y visitantes por igual portaban sus palmas para conservarlas en su casa, negocio, oficina o en su automóvil como símbolo de fe y, según la costumbre, como protección contra el mal tiempo o fenómenos meteorológicos.

Después, durante todo el día, lo mismo que en la víspera, los colores de las flores y las verdes palmas llenaron de vitalidad la plaza entre sonidos de matracas de madera y metal. Así, en el primer día de celebración religiosa, que es a la vez la mejor temporada turística, la afluencia de visitantes fue notoria y que aumenta en los siguientes días con las singulares procesiones nocturnas en las que hacen su aparición gran cantidad de imágenes y cientos de mujeres y hombres penitentes que se imponen espectaculares disciplinas.

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