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Se cumplen 35 años de la muerte de Alvaro Carrillo

 Aurelio Peláez

Este 3 de abril se cumplen 35 años de la desaparición del compositor Alvaro Carrillo Morales, quien nació el 2 de diciembre de 1919 en Cacahuatepec, Oaxaca, aunque estuvo muy ligado a Guerrero, y de hecho, es parte de la cultura musical de la Costa Chica.

Alvaro Carrillo, es autor de los boleros clásicos El Andariego, Luz de Luna y Sabor a mi, y de chilenas como Bonito Pinotepa. Sus canciones han sido interpretadas por Pepe Jara, Lucho Gatica y el trío Los Calaveras, principalmente, y recientemente por Luis Miguel.

Alvaro Carrillo es parte ineludible del bolero mexicano, en una periodo que tuvo también como contemporáneos a los músicos cubanos César Portillo de la Luz, José Antonio Méndez y Vicente Feliú.

El músico costachiquense estudió agronomía en la Universidad de Chapingo, en la ciudad de México. Allá se relacionó con músicos con Roberto Cantoral, el autor de Reloj, a quien presentó sus composiciones, y de quien recibió respaldo en su carrera artística.

El 3 de abril de 1969 tuvo un accidente vehicular en Iguala en el que perdió la vida. Desde hace dos años un grupo de paisanos le recuerda con un festival en su honor en Cacahuatepec, la tierra de la que es oriundo.

Decía en El Andariego, en una parte de los versos no incluido en la versión más comercial: “Cuando yo haya muerto no me lloren a gritos: no se vistan de negro/ ni me alumbren con cirios, ni sometan a fúnebres honras mi rígido cuerpo, / ni esculpan en mármol epitafios que yo no merezco… Yo quiero solo una lágrima que nacida en el pecho /humedezca los ojos de un amigo sincero y que brote un suspiro más liviano que cetil y alguna lágrima que ruede en secreto/ y después un pedazo de tierra y una cruz… y, por Dios, un recuerdo”. (Aurelio Peláez).

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