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Incendian un carro con cuerpos en Chilapa; podrían ser de cinco levantados, informan

*Se llevan delincuentes a dos empresarios y a tres profesionistas a Quechultenango. Fueron raptados en El Jagüey por el grupo criminal Los Ardillos, afirma un familiar. Se niega la Policía del estado y el Ejército a buscarlos, se queja

Redacción

Un comando armado levantó a cinco profesionistas en la zona rural de Chilapa, las víctimas fueron vistas por última vez en Quechultenango, denunciaron familiares.
Fuentes oficiales informaron que a las 8:45 de la noche la Secretaría de Seguridad Pública municipal recibió un reporte de que un vehículo se estaba incendiando sobre la carretera Chilapa-Zitlala cerca de la Universidad Tecnológica, a unos 3 kilómetros de la ciudad de Chilapa.
Al lugar llegó Protección Civil local y la Policía Municipal, donde una camioneta se estaba incendiando.
Al interior de la camioneta se hallaron cuerpos desmembrados y calcinados, del cuál no se ha confirmado el número. Extraoficialmente se manejaban cinco cuerpos y la posibilidad de que se tratara de los desaparecidos.
Antes, los familiares de los profesionistas se quejaron de que el Ejército, la Policía Federal y Estatal se han negado a realizar una búsqueda exhaustiva a pesar de que les proporcionaron la posible ubicación de los delincuentes y los secuestrados.
Ayer, familiares y amigos de dos de las víctimas difundieron el hecho en las redes sociales y salieron a las calles a repartir volantes para pedir ayuda a los ciudadanos para su localización.
El profesor José Díaz Navarro informó que el miércoles 26 en la comunidad de El Jagüey, en el municipio de Chilapa, se llevaron por la fuerza a sus hermanos Hugo y Alejandrino Díaz Navarro, el primero empresario discotequero y el segundo restaurantero en Chilapa.
Además se llevaron a Vicente Apreza García, dueño de una constructora de Olinalá, y a los arquitectos Jesús Romero Mujica y Mario Montiel Ferrer de Cuautla, Morelos.
Los cinco salieron de Chilapa el miércoles 26 a las 9:30 de la mañana con rumbo a la comunidad de Tlalistlahuacán, donde harían un levantamiento topográfico para una construcción en una escuela, informó
Dijo que minutos antes del medio día uno de ellos intentó comunicarse con sus familiares en Chilapa sin lograrlo, y esa fue la última vez que supieron de ellos.
Las cinco personas, detalló, viajaban en una camioneta negra Toyota tipo Tundra con placas del estado de Morelos y fueron raptadas en El Jagüey por hombres armados que se desplazaban en una camioneta blanca de redilas.
Por medio de un localizador satelital del vehículo supieron que los llevaron rumbo al municipio de Quechultenango donde fueron vistos por última vez, señaló el hermano.
Explicó que el miércoles en la noche su familia levantó un acta en el Ministerio Público de Chilapa por privación ilegal de la libertad de los dos empresarios.
Después, dijo, pidieron ayuda al Ejército y a las Fuerzas Especiales de la Policía Estatal, quienes respondieron que tenían “las manos atadas” pues no podrían salir de la cabecera de Chilapa ni hacer labores de investigación.
A su llamada de auxilio sólo respondió la Policía Federal por medio del “Sub oficial Moreno” quién sólo instaló por unas horas un reten en la entrada a Quechultenango, argumentando que no podría entrar a la zona porque había muchas personas armadas que podrían tenderles una emboscada.
Las investigaciones de la desaparición forzada, dijo José Díaz, las hicieron por su cuenta los familiares y toda la información se la dieron a las corporaciones policiacas que “ni siquiera nos hicieron una llamada para informarnos sobre las investigaciones”.
Los familiares pidieron a los captores, que no les hagan daño a las víctimas y los regresen con vida.
Exigieron la intervención del procurador de la República Jesús Murillo Karam, del gobernador Rogelio Ortega Martínez y del presidente del PRD nacional, Carlos Navarrete Ruiz.
En los carteles y volantes que se difundieron los familiares hicieron responsables del rapto a los líderes del grupo delictivo Los Ardillos que operan en la región donde se registró el hecho, así como al diputado del PRD, Bernardo Ortega Jiménez, presidente de la comisión de gobierno del Congreso del estado y al alcalde priista de Quechultenango, Antonio Navarrete Cortez por su probable colusión con ese grupo armado.

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