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Considerar proyectos productivos en La Parota, plantea investigación de la UAG

* Estudio socieconómico coordinado por la UNAM

Raquel Santiago Maganda * La propuesta de investigadores de la UAG, que participan en el proyecto de la presa hidroeléctrica de La Parota, es que la CFE debe cambiar la perspectiva y considerar proyectos productivos para mantener el arraigo de los campesinos y darles opciones dignas de empleo permanente.

El coordinador de la carrera de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales, Alfonso Guzmán Andrade, que participa en el proyecto socioeconómico en la demarcación, en donde se considera construir la obra de la CFE, mencionó que los principales problemas que se enfrentan los campesinos es que con la instalación de una presa se incrementaría la migración transnacional por la falta de alternativas de trabajo.

El investigador presentó su trabajo ante unos 50 estudiantes, a quienes les comentó que aún con los índices actuales de migración, las remesas no mejoran las condiciones de vida de la localidad, porque los migrantes optan por trasladar a sus familias a la zona suburbana del municipio o llevarlas a Estados Unidos.

Con este panorama, mencionó, “el ser campesino se mantiene porque si se salen a otros sitios es peor, porque la economía del país es un desastre”.

La propuesta del investigador es que “con urgencia” se debe cambiar el enfoque del proyecto, y eso implica que la CFE considere desde el inicio la generación de programas alternativos para mantener arraigados a los campesinos, y a generar productos del campo que se requieren en la ciudad.

Mencionó el caso de las tierras de los Bienes Comunales de Cacahuatepec, específicamente los terrenos que se van a inundar. Entonces “la gente no tiene razón de estar en sus comunidades, y es mandarlos a la mendicidad”, por eso reiteró en la importancia de realizar un programa con opciones de empleo.

Alfonso Guzmán también dijo que existe menor resistencia al proyecto de las personas cuyas comunidades serán trasladadas.

Comentó que el vaso de la presa se llenará de agua en tres años, y que implica el flujo del agua, pero que los campesinos temen que se seque el río, porque su cosecha depende de los humedales. Además del proceso de deterioro del medio ambiente, considerando que la presa tendría una vida útil de 50 años.

Al respecto, el investigador aseguró que los mismos pobladores han dañado el ecosistema al talar los árboles para obtener la leña, que hay áreas desérticas y, aseguró, que la situación de las comunidades implicadas en el proyecto de La Parota es una muestra de la situación del campo mexicano porque “haya o no haya presa, el problema seguirá”.

En el caso de los programas sociales, solamente el Progresa es uno de los que se reciben beneficios. Aunque es muy reducido el número de los habitantes de la región favorecidos.

Zona de pobreza extrema y alta marginación

Esta región conformada por 16 comunidades que serían afectadas de concretarse el proyecto, registra la escasez de servicios públicos. Solamente el 28 por ciento de las viviendas tienen sanitarios, y el 90 por ciento tiene energía eléctrica, pero las características de las casas son un techo de teja, paredes de adobe y piso firme. En resumen, aseguró que en esta zona se vive en extrema pobreza.

Las deficiencias no varían del todo en el aspecto de educación, porque de la población existe un 26 por ciento que es analfabeta. Con serios problemas escolares como un 35 por ciento de deserción. Destacando la comunidad de Barrio Nuevo de Los Muertos, en la cual se presenta un 65 por ciento de analfabetismo.

En el aspecto económico, el investigador resumió que existe un cambio de la estructura productiva, porque se están reduciendo las actividades del sector primario, y se recupera el sector terciario que considera al rubro de los servicios.

Mencionó como ejemplo que las actividades agrícolas son poco rentables, porque el promedio de producción por hectárea es de 800 kilogramos de maíz prácticamente de autoconsumo. La siembra la combinan con jamaica, la calabaza y el fríjol, porque el 90 por ciento de los campesinos tiene sembradíos de temporal y en las épocas de sequía “se vienen a trabajar a la ciudad de albañiles”. Dijo que existe un censo de 100 productores.

Otro factor es la feminización de los hogares, porque los hombres migran a otras ciudades o a Estados Unidos

El trabajo de investigación fue coordinado por el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. El método de obtención de la información fue el censo socio-económico y la encuesta a cada una de las familias.

El equipo de 42 personas contó con un presupuesto de un millón 800 mil pesos, y los resultados es trabajo de nueve meses de planificación y tres meses de trabajo de campo.

Tres ejemplos del destino de comunidades desplazadas por presas

Con base en la experiencia de poblaciones desplazadas por las construcciones de tres presas, se ha constatado que una consecuencia es el crecimiento de la migración internacional, que convierte a las nuevas comunidades en pocos años en “pueblos fantasmas”.

En el caso de la comunidad Bella Vista de Río en Querétaro, con la presa de Zimapán, a pesar de que a los habitantes se les dio vivienda. Se incrementó la migración y ahora “se encuentran las viviendas deshabitadas”, y el vaso de la presa recibe las aguas negras del Distrito Federal. Guzmán Andrade mencionó que durante la construcción de la presa la población vivió un periodo de bonanza. Pero después “se derrumbó todo” y por consecuencia los lugareños carecen de actividades productivas.

Mientras que en la presa El Caracol, las comunidades desplazadas también presentan un abandono. Además de conflictos relacionados con la falta de empleo y se incrementó la delincuencia. Si bien existe infraestructura realizada por la CFE no fue bien aprovechada como es el caso del mercado municipal.

Otros de los ejemplos citados fue la presa Miguel Alemán en Valle de Bravo. Es la única que es redituable para los actuales habitantes. Construida hace 50 años, tuvieron que pasar 20 para que se consolidara como atractivo turístico, pero los lugareños originales “ya no son dueños de tierras sino trabajadores”.

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