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Juan Angulo Osorio

QUINTO MUNDO

  Adiós a El Independiente

A partir de este martes el diario de circulación nacional El Independiente aparecerá con una nueva dirección editorial. Nosotros fuimos invitados a ese magnífico proyecto periodístico por Raymundo Riva Palacio, el director editorial que deja el cargo junto con el equipo de editores y la mayoría de la planta de Redacción, y con ellos nos vamos.

Además, porque compartimos el motivo de la retirada: su rompimiento con el dueño del periódico, Carlos Ahumada, luego de que éste se negó a deslindarse del mismo legal y financieramente a fin de que los escándalos políticos y los líos jurídicos en que está envuelto no afectaran más todavía a un periódico que se estaba ganando a pulso un lugar en un ambiente de alta competencia que no excluye los golpes bajos.

Tuve conocimiento por boca del mismo Raymundo, como del editor Jorge Luis Sierra, del desarrollo de los acontecimientos en El Independiente luego de que su dueño apareciese en un video entregando miles de dólares al líder de la bancada perredista en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, René Bejarano.

Supe del dolor y la rabia que les causó enterarse por la radio que su director general, Javier Solórzano, renunciaba ese mismo día, cuando pese al estupor y la indignación por la difusión del video de Ahumada y Bejarano durante toda la mañana y las primeras horas de la tarde todos estaban unidos en la idea de mantener la independencia editorial del periódico incluso frente a los intereses de su dueño.

Pese al golpe que significó la salida de Solórzano –sobre todo porque ésta se dio sin comparecer ante sus compañeros– los colegas de El Independiente escribieron páginas de auténtico periodismo profesional en las ediciones que van del 4 al 15 de marzo, en las cuales no ocultaron ninguna información aunque ésta pudiese afectar al dueño de la empresa en que trabajaban.

Una luz se abrió en esta crisis cuando Ahumada aceptó en un principio vender el periódico. En este contexto entregué mi colaboración el lunes de la semana pasada. Pero las cosas cambiaron radicalmente de la noche a la mañana. El jueves apareció en la primera plana de El Independiente el aviso de la renuncia del equipo editorial, que se concreta en la edición de hoy en que aparecería allí esta columna, y por eso ya no tuve oportunidad de despedirme de los lectores de El Independiente en cuyo primer número, el 3 de junio de 2003, apareció este Quinto Mundo. Habría sido, más precisamente, un hasta luego, porque algo me dice que el equipo de reporteros, fotógrafos y editores que logró reunir Raymundo tendrá el apoyo que merece para comenzar una nueva empresa. No puede haber modernidad política sin un periodismo realmente independiente y profesional. Es un espacio que todavía tiene que llenarse, más ahora que se vive una crisis –que espero que sea terminal– de un sistema de partidos que ya no responde a los intereses de los ciudadanos ni del futuro del país.

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