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No es un camino para que transiten personas, dicen los manifestantes

 Hay una banda de música acompañándolos. De vez en cuando desempolvan sus instrumentos y los hacen sonar para su gente, entre carteles que aluden tanto al Poder Ejecutivo federal como al estatal y en los que se leen distintas leyendas: “basta de engaños”, “la Montaña en lucha”, “qué viva la Montaña”, “unidos ganaremos”, entre otras no menos firmes.

Ortiz Montealegre prosigue y menciona la necesidad de que “los comisarios y el Comité tengan presencia y una activa participación” en la pavimentación para evitar “que se despilfarren los recursos”. Pero también “para que se haga una buena obra. No queremos que pase lo que está pasando en la carretera Tlapa-Marquelia. Todos sabemos que se ha inaugurado dos o tres veces por los presidentes de la República, y más tardan en terminar que ya están los baches nuevamente. Queremos que haya calidad, que se cumplan los procedimientos técnicos”.

Un promotor de Derechos Humanos de la comunidad de Atzompa, municipio de Metlatónoc, Félix Rivera Chávez, sintetiza en tres palabras lo que es vivir del otro lado del camino de terracería: “sufrimos el camino”, dice. Y un habitante de la comunidad de Francisco Madero, también de Metlatónoc, refuerza el sentido de esa frase cuando cuenta que “ha habido muchos accidentes” y que “como está el camino ahorita, no es para que transiten personas, sobre todo las señoras que traen niños o que están enfermas, que tienen que viajar durante cuatro horas en temporada seca” para llegar al hospital más cercano, el de Tlapa. O muchas más horas si es época de lluvias, las cuales vuelven aún más crueles las distancias y la falta de obras públicas para los indígenas.

Por otra parte, este mismo hombre destaca que es “lógico” que deseen “tener una carretera digna” porque con frecuencia deben venir a Tlapa a comercializar sus productos, por lo cual les urgen “mejores vías de comunicación”. Asimismo, todo tipo de abarrotes en Metlatónoc

cuesta el doble que en Tlapa debido a que “el camino está feísimo”. Quienes se perjudican con esto estiman que si la carretera estuviera en condiciones, los precios de los productos básicos serían más baratos.

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