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Salpicó en la cara de Figueroa uno de los huevos podridos de los sanchistas

* Crónica de la irrupción en el María Luisa Ocampo

 Hugo Pacheco León y Ezequiel Flores Contreras, corresponsales, Chilpan-cingo * Antes de la sesión en el cinema Jacarandas, a las 11:02 horas unos cien jóvenes simpatizantes del aspirante Carlos Sánchez Barrios –habitantes de la casas de estudiantes de la UAG– encabezados por Alvaro Leyva irrumpieron en el teatro María Luisa Ocampo, luego de que en el acceso principal no pudieron ser contenidos. Sus gritos de “¡consulta, consulta!”, quisieron ser apagados por los de “¡unidad, unidad!” de parte de los consejeros astudillistas, vicaristas y aguirristas presentes.

Sin dejar de gritar consignas, los sanchistas lanzaron huevos podridos hacia el presídium donde estaban reunidos todos los líderes de sectores, miembros del CDE, el coordinador parlamentario local Juan José Castro Justo y los ex gobernadores, Israel Nogueda Soberanis y Rubén Figueroa Alcocer.

Uno de esos huevazos por poco impacta en la cara de Figueroa Alcocer que en ese momento daba entrevistas. Justo en ese momento un reportero se colocó frente al ex gobernador y el huevo dio en su cabeza y alcanzó salpicar la cara de Rubén Figueroa.

Visiblemente molesto, de inmediato el ex gobernador llamó al senador Héctor Astudillo Flores hacia un lado del auditorio, en donde se escuchó que le dio instrucciones para salir del lugar y retirarse hasta en tanto no hubiera condiciones.

Así lo hicieron, y se fueron juntos en el vehículo del senador a la casa de éste último desde donde se conoció que se comunicaron con el gobernador René Juárez Cisneros para darle a conocer lo ocurrido de parte de los seguidores de Sánchez Barrios.

También se conoció que René Juárez se comunicó vía telefónica con Sánchez Barrios –que en ese momento estaba en Iguala encabezando una marcha proselitista–, para reclamarle su postura y la de sus seguidores.

Tras el reclamo del gobernador, trascendió que Sánchez Barrios desvió su regreso a Zumpango de Neri hacia la ciudad de México porque se sentía mal y acudiría al exclusivo hospital Los Angeles a tomarse una tomografía, según dijeron fuentes cercanas al legislador.

En tanto en el teatro María Luisa Ocampo, los sanchistas no cejaban en su intento de impedir la sesión. Los delegados intentaban tranquilizarlos sin lograrlo. Cuando pasaba por ese pasillo el coordinador de Comunicación Social del PRI estatal, Esteban Valdeolívar fue increpado por Alvaro Leyva, quien luego lo empujó y aventó dos patadas que hicieeron trastabillar escaleras abajo al funcionario partidista.

Pero nadie lograba poner calma. El secretario de Elecciones, Ernesto Sandoval Cervantes trató en vano en el micrófono de llamar “a la cordura”, y propuso comenzar la sesión para que los sanchistas pudieran exponer sus propuestas. Nadie le hizo caso. Como respuesta recibió el grito de “¡consulta, consulta!”.

Héctor Vicario quien llegó en ese momento, ni se percató de la salida de Figueroa y Astudillo y se quedó sin saber qué hacer. Enseguida Alvaro Leyva subió al presídium a saludarlo.

–Compadre ¿cómo estás? ¿Estás con la consulta?, porque no queremos la imposición –soltó a bocajarro el saludo y la pregunta, Alvaro Leyva.

–Bien compadre. Yo estoy por la democracia del partido y que aquí se apruebe –respondió Vicario.

Pero a la insistencia de los seguidores de Sánchez Barrios, Vicario terminó diciendo: “Estoy por la consulta a la base”. Salvó el momento el senador. Y en respuesta afue ovacionado “¡Vicario, Vicario!”.

A su rescate de los sanchistas llegó, Maricela Ruiz Massieu quien le dijo: “Vámonos que se queden solos”. Héctor Vicario la siguió y dejó el recinto.

Quien no se salvó de los reclamos fue la dirigenta de la Organización de Mujeres Priístas, María Inés Huerta Pegueros. La integrante de ese sector y simpatizante de Sánchez Barrios, María del Socorro Sánchez encaró a Huerta.

–Eres una déspota, me falsificaste mi firma, corrupta. Con esto quieren unidad, sólo quieren imposición.

–Yo no sé de que hablas. Yo tengo muchos años en la política. Esto sólo es una provocación –respondió.

Acto seguido María del Socorro sacó su credencial de elector y la comparó con la que aparece en el documento que en días pasados entregó Huerta Pegueros al presidente estatal del PRI para decir que las mujeres estaban por un candidato de unidad. No era la firma. María Inés salió se alejó por piernas.

En tanto que afuera del teatro, aguardaban Apreza Patrón y el secretario técnico del Consejo Político, Marco Antonio Leyva. No pudieron entrar, pero desde allí operaron que la sesión se trasladara al cinema Jacarandas, donde los sanchistas fueron contenidos por policías vestidos de civil y al interior se consumaron los acuerdos de los grupos priístas legitimados con el voto unánime de los consejeros.

Pero en el María Luisa Ocampo, el júbilo de los sanchistas, demostró su intención “¡Sí se pudo, sí se pudo!”.

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