Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

PERISCOPIO

La dama fuerte. “Trajiste porra”, le dijo el presidente Enrique Peña Nieto a la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles Berlanga, cuando fue presentada como parte de la comitiva de funcionarios federales, asistentes a la firma del decreto de cinco acciones para la reactivación económica del estado.
Y cómo no, si desde que se dio el relevo de gobernador en el estado, la ex presidenta nacional del PRD funge en los hechos como una comisionada federal para los diversos asuntos que tienen que ver con la crisis social derivada de la desaparición de 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, y el asesinato de tres de ellos y de tres personas más por policías municipales de Iguala los pasados 26 y 27 de septiembre.
Ayer, en el centro de convenciones Forum Mundo Imperial, el Presidente se vio cobijado por (casi toda) la clase política y empresarial local, un encuentro sin sobresaltos ya que a las puertas del edificio, por los rumbos del aeropuerto, no llegaron las temidas marchas de estudiantes de Ayotzinapa o maestros de la CETEG.
En primera fila estuvieron muy ordenaditos los alcaldes de Chilpancingo, Mario Moreno Arcos; de Taxco, Salomón Majul González, y de Zihuatanejo, Eric Fernández Ballesteros. Calladitos, tranquilitos y aplaudidores. Para que todos se fijen que no tienen nada que ver con los criminales con los que han sido relacionados en investigaciones oficiales filtradas recientemente a algunos medios.
Arriba del templete, el que no la pasó bien fue el alcalde de Acapulco Luis Walton, quien por enésima vez fue relegado a la segunda fila durante una gira presidencial, un ninguneo que parece una rudeza innecesaria para el anfitrión.
¿La futura dama fuerte? Y hablando de porras, la secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu, alimenta las suyas aunque de manera discreta. Y es que, entre los que mandan en el PRI no se ha decidido empujar a la candidatura al gobierno del estado a ninguno de los aspirantes que aparecen reciclados en las encuestas. Ni Manuel Añorve ni Héctor Astudillo ni Mario Moreno ni Cuauhtémoc Salgado (todos ausentes por cierto en el muy mediático, B. Travenela, de solidaridad, la Feria Intrnacional del Libro en Guadalajara– sido relcionbados acto de ayer) convencen al círculo cercano al presidente Peña Nieto. Y por como están las cosas, tampoco conviene abrir demasiado el proceso a una elección en urnas, y más bien se adivina que el asunto se decidirá en algo parecido al viejo dedazo presidencial, esa práctica que el priismo decía haber desterrado.
Por eso y por si las dudas, Claudia Ruiz Massieu no deja de tender puentes en caso de que haya un Plan C y no sean encuestas ni elección del Consejo las que definan al candidato.
–¡La queremos como gobernadora! –le dijo ayer una priista durante el encuentro que presidió Peña Nieto.
La funcionaria le sonrió, y tras escuchar una petición de la líder, le recomendó a su espontánea fan.
–Comunícate con (fulano) .
No vaya a ser que falte porra.

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Qué alegría y qué pena. La función de las 6 de la tarde del documental Las maestras de la República el sábado pasado en la Cineteca Nacional de la ciudad de México se convirtió en un emotivo mitin de defensa de la educación pública y de solidaridad con los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa detenidos-desaparecidos en Iguala. Ante una abarrotada sala 1, la más grande del complejo, la directora Pilar Pérez Solano expuso cómo realizó este documental ganador del Goya 2014, el máximo galardón que otorga la academia de cine de España. Y se vino un aluvión de intervenciones, a cual más lúcida y apasionada sobre los jóvenes del mundo, su negro futuro si no se pone fin al neoliberalismo que no quiere que los niños y los jóvenes se eduquen en los valores de la solidaridad, rubricadas por el grito del 1 al 43 para exigir ¡¡justicia!! por los desaparecidos de la Normal Rural de nuestro estado. Y mientras en los más diversos foros culturales y educativos del país –ahí están las varias manifestaciones en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara– proliferan las manifestaciones de solidaridad y los compromisos para participar en la búsqueda de un país de leyes para todos, sin corrupción y sin narcopolíticos, en la otrora combativa Universidad Autónoma de Guerrero se inhibe la participación estudiantil en las protestas por Ayotzinapa. Es el caso de la directora de la Unidad Académica –el feo nombre que sustituyó al prestigioso de Facultad– de Filosofía y Letras, Zenaida Cuenca Figueroa, del mismo grupo político del rector Javier Saldaña, el Fredeuag. La maestra en Letras Latinoamericanas por la UNAM –a la que por lo visto le pasó de noche la extensa literatura sobre los dictadores y las luchas populares del continente– de plano se opuso a que miembros de la Coordinadora Universitaria pasaran a los salones de la escuela a invitar a los estudiantes a participar en actividades por la presentación de los 43 normalistas. ¡En Filosofía y Letras! donde debieran estar los alumnos más críticos y rebeldes, y los maestros más tolerantes e incluso irreverentes. Hay que leer a Roa Bastos, Miguel Ángel Asturias, García Márquez, Cortázar, Rulfo, Del Paso, Martín Luis Guzmán, Mariano Azuela, Poniatowska, B. Traven. ¿Y solamente leen allí la filosofía del asalto a la razón?

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