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Por actos deshonestos de un profesor en Taxco, los padres claman justicia

*Abusaba emocional y sexualmente de ellos, denuncian

 * Los siete niños fueron expulsados y amenazadas sus madres * Del profesor José Carmen Arroyo no se conoce el paradero * Profunda división en la primaria rural Tierra y Justicia y en el pueblo El Fraile

 Claudio Viveros Hernández, corresponsal, Taxco de Alarcón * En Taxco, siete niños de la escuela primaria rural Tierra y Justicia de la comunidad de El Fraile, a 30 minutos al sur de la ciudad, fueron objeto de abusos deshonestos por su maestro y director de la institución, José Carmen Arroyo de Santiago, quien luego de haber sido denunciado ya no labora en el lugar. Hoy sus padres claman justicia en lo que se ha convertido un víacrucis para ellos.

Fue apenas en diciembre del año pasado cuando los niños se atrevieron a comunicar a sus padres la situación emocional, maltratos y abusos en las partes íntimas que vivían con ese profesor en un baño de la escuela, lo que devino en una queja de los afectados ante el entonces inspector de la zona escolar 152, Bernardo Romero Ayala, quien también fue relevado del cargo.

Ante este panorama que ya es del dominio público y existe la denuncia correspondiente  en la Agencia del Ministerio Público en esta ciudad, las irregularidades, lentitud y tráfico de influencias prevalecen en este caso que ha conmocionado a la población donde los niños fueron violentados de manera física, psicológica y sexual por el docente que impartía clases de primero y segundo grado y, a la vez, fungía como director de la institución educativa cuando abusó de los pequeños de entre seis y siete años de edad.

Tensión y amenazas en el pueblo

Hasta el momento la situación por este hecho ha generado en el pueblo un clima de tensión al grado que la comisaria municipal, Isidora Arellano Viveros –quien respaldó inicialmente a los padres de los niños afectados y firmó la denuncia ante las autoridades educativas y del gobierno estatal, junto al entonces presidente del comité de padres de familia, Crisóforo Viveros Martínez–, fue hostigada y obligada a renunciar el 19 de enero de este año por padres de familia que defienden al profesor acusado.

Ha sido tal el hostigamiento contra los denunciantes que también los siete niños violentados en sus derechos fueron expulsados de la escuela el pasado 22 de febrero, a petición de los mismos paterfamilias, en una reunión que tuvieron en la comisaría, lo que propició la intervención de una comisión conformada por la regidora de Educación del Ayuntamiento taxqueño, Martha Macedo Millán, y por la delegada de la secretaría de la Mujer, Rosalinda Monsalvo Santibáñez, entre otros funcionarios, para atender el caso y sostener otra reunión con los ciudadanos el martes 24, en la cual lograron que los alumnos se reinstalaran, pero bajo las condiciones de los padres “manipulados” por influencias del profesor acusado.

Los signos de las irregularidades afloran y la pasión se ha desatado. Así, el pasado 21 un vehículo repartidor del periódico igualteco “El Correo” fue interceptado por algunos ciudadanos del lugar, quienes están del lado del acusado, y amenazaron y obligaron al conductor a regresarse ya que en la edición de ese día daba cuenta de los primeros antecedentes noticiosos de los afectados.Posteriormente, en ese mismo medio publicaron una carta aclaratoria en donde argumentaron que era mentira la denuncia divulgada acerca de los abusos del docente de quien se sabe vive en la ciudad de Iguala.

Trascendió también que el caso derivó el miércoles 25 en la agresión hacia una madre de familia quien fue golpeada por otras dos mujeres en franca amenaza en contra de la lucha de las madres afectadas que claman justicia.

Testimonios de los hechos

De acuerdo con las primeras denuncias conocidas hasta ahora, son cinco niñas y dos niños quienes fueron víctimas de los abusos del profesor José Carmen Arroyo de Santiago, del cual se desconoce su paradero, pero se sabe ha sido reubicado en otra institución.

Para cometer esas acciones, según declararon niños y padres de familia, su maestro les obligaba a comer unos dulces que los mareaban o hacían dormir, les arrojaba unos polvos en sus rostros y les amenazaba con una navaja para consumar sus intenciones al tiempo que hablaba palabras raras que ellos no entendían y les amenazaba con no hablar nada de lo ocurrido porque si no les cortaría la lengua o la cara.

Una ginecóloga del DIF municipal, Roberta Ocampo Pérez, según consta en un acta, pudo comprobar que en una niña hubo manoseo en los genitales y era maltratada por el maestro. Otras pequeñas eran objeto de burlas; otra más afirma que la metía al baño y con amenazas la obligaba a hacer, tocar y acceder a otras acciones degenerativas que le pedía el hoy docente denunciado. Un niño más estuvo a punto de ahogarse ante esas humillaciones y amenazas, cuyas historias coinciden en todos, como consta en documentos obtenidos por El Sur.

Corrupción y tráfico de influencias

Al hacer la denuncia, los padres y niños se han enfrentado a los trasfondos de la corrupción en las instancias procuradoras de justicia. De esto dan cuenta que en la misma Agencia del Ministerio Público al solicitar la revisión de los niños con el médico legista asignado, José Ventura Carranza Mazón, éste les pidió dinero para hacer ese trabajo, por el que le paga el gobierno estatal. “Cuántos niños son?, me van a tener que dar una cooperación”, dicen que les expresó muy quitado de la pena, anomalía que fue rápidamente del conocimiento del titular del MP, Ignacio López Vadillo, quien tuvo que actuar en el asunto.

Otra de las irregularidades ventiladas que ya son del conocimiento de los padres afectados, en donde podría estar implicado el auxiliar de esa dependencia de nombre Javier Chavelas Antúnez, es por tráfico de influencias y por proporcionar información de la denuncia interpuesta al docente acusado José Carmen Arroyo de Santiago, quien por esa misma vía pudo haber obtenido datos y haber logrado conseguir un amparo, ya que éste funcionario fue visto cerca con él en las cercanías del MP en una charla sospechosa, lo que constituye un grave delito, dijeron los denunciantes.

El caso denota también una fuerte preocupación del ex maestro de los pequeños y evidencia su culpabilidad, quien ya envió a los padres un emisario para ofrecerles dinero a cambio de que olviden la denuncia, a la vez de que personas extrañas los han amenazado.

Así mismo, trascendió que en el DIF municipal, donde se dieron a conocer primeramente los hechos, han prohibido a las funcionarias de la delegación de la secretaría de la Mujer que intervengan en las denuncias y apoyen a los padres de familia.

La representante de la secretaría de la Mujer, Rosalinda Monsalvo Santibáñez, comentó en entrevista a El Sur que al pueblo lo han dividido algunos padres de familia que están del lado del profesor, entre ellos el actual comisario, José Luis Rivera Mendiola, y el presidente del comité de padres de familia, Victorino Arroyo, de quien dijo “están haciendo mal, al pueblo ya lo manejaron y no se dan cuenta que probablemente haya más niños afectados por los abusos deshonestos de un educador”.

La funcionaria confirmó que José Carmen Arroyo de Santiago ya está amparado y, mientras las averiguaciones avanzan con lentitud. “Este es un caso muy delicado, tenemos que llegar al fondo de las cosas; necesitamos saber si hay más niños afectados, los demás papás no quieren ser partícipes en las denuncias, tienen miedo y tal vez hayan sido amenazados”, enfatizó.

Las madres claman se aplique la justicia

Con el rostro demacrado, el cansancio y las humillaciones en estos hechos donde sus hijos fueron víctimas, las madres de familia accedieron a hablar en una grabación para El Sur para pedir la intervención de las autoridades y el castigo para el profesor denunciado: “Pido justicia, ese hombre no puede andar suelto, mi hija me duele, dijo una de ellas; “Mi hijo no tiene papá, me tiene a mí y mientras yo esté lo voy a defender a capa y espada, y seré sincera: si no hacen justicia, veré cómo le hago, pero esto no se queda así”, comentó otra madre.

“Yo tengo dos niñas, pido se castigue al maestro, si no yo misma lo voy a hacer con mis propias manos, expuso otra mujer; “A los niños jamás se les va a olvidar, van a ir creciendo y siempre lo van a llevar en su mente, quiero justicia y que nos ayuden”, pidió otra madre; “Clamo a las autoridades que no nos dejen solas, hemos vivido esta angustia de los niños, uno como padre lo siente, pedimos que nos ayuden en la búsqueda de la justicia”, fue la voz de otra madre.

Con ellas los niños jugaban, veían al reportero, casi no hablaban y solo afirmaban lo ocurrido con monosílabos, con sus miradas ingenuas, cohibidos, en leves movimientos de cabeza, abrazados de sus padres y frente a ellos ese lento avance en lo que piden, sólo la aplicación de la justicia y que otros pequeños como ellos no hayan sido víctimas de los hechos ahora conocidos.

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