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La lucha armada parece la única alternativa que les dejan, reconoce líder estudiantil de Ayotzinapa

*Que digan lo que quieran y nos acusen de lo que quieran para justificar su militarización, no nos interesa, no nos da miedo, también los guachos nos dieron de culatazos en el pecho y con el cañón y no nos callamos”, dice Omar García del informe del Cisen que vincula a sus abogados con la guerrilla

Lourdes Chávez

Chilpancingo

En dos meses y medio de lucha por la presentación con vida de 43 alumnos de la Normal Rural de Ayotzinapa –ahora 42 tras la identificación de Alexander Mora Venancio–, el dirigente estudiantil Omar García denunció que el gobierno eligió ir del lado contrario de las víctimas para proteger a la gente del dinero y el poder.
Señaló que en México hay dos bandos, “el de ellos y el de nosotros, los de arriba y los de abajo, los que oprimen y matan y nosotros los asesinados, los calcinados, los estigmatizados”.
Aseguró que desde los ataques del 26 de septiembre en lugar de proponer alternativas de solución para atender los problemas que generan los gobiernos coludidos con el crimen organizado, el gobierno federal envía iniciativas de ley para fortalecer sus debilidades, porque le teme a la insurrección.
Como ejemplo mencionó la reforma para acotar las manifestaciones, “¡eso significa que vamos a seguir permitiendo que haya acciones de este tipo (la masacre de estudiantes en Iguala), y al final de cuentas nadie tiene que decir nada porque eso dice la ley!”, recriminó.
Tras la identificación de Mora Venancio en Austria, a partir de un pedazo de hueso, reconoció que se perfilan 50 normalistas masacrados en menos de tres años: dos en la autopista del Sol el 12 de diciembre de 2011, dos arrollados por un tráiler el 7 de enero de este año, cuatro el 26 de septiembre en Iguala, más los 42 que siguen desaparecidos.
Subrayó que la sociedad no debe perder de vista que los normalistas son atacados y masacrados “porque levantamos la voz, en el fondo es eso, venimos a terminar en un hueso de un compañero, ¡que no chinguen!, ni al peor delincuente con la peor saña del mundo ni siquiera en las películas ocurre esto”.
En entrevista, sobre la lucha armada como alternativa para cambiar las formas de hacer gobierno que se ha mencionado en las reuniones en la Normal Rural, reconoció que parece la única alternativa que les dejan las autoridades. “Así lo decimos, con dolor, con tristeza porque es asumirse pequeño ante el poder, pero estamos determinados a luchar, no importa qué tan pequeños seamos, qué tantos recursos tengamos o carezcamos, lo importante es que tenemos una sensibilidad más allá que cualquiera, y eso tiene que impulsar a la gente”, expresó.
Recordó que en las primeras audiencias con el procurador Jesús Murillo Karam, a más de diez días de los ataques que sufrieron, cuando atrajeron la investigación les pidió que no lo vieran como un enemigo, sino “como aliados”, les pidió.
Pero conforme pasan los días “cada uno va tomando partido, nosotros del lado del pueblo y ellos del lado de los oligarcas en el poder, de los que tienen dinero”.
Destacó que en dos meses y medio los padres de los 43 normalistas actuaron con mucha dignidad, y les demostraron que a una vida no se le puede poner un signo de pesos, y a los estudiantes que sobrevivieron a la agresión nadie les va a decir lo que ocurrió esa noche, cuando policías municipales les dispararon y se llevaron a sus compañeros, y cómo los soldados llegaron a agredirlos.
Pero en lugar de investigar a los miliares, los cambian y los ascienden por que “otra vez le dieron en la madre a los que siempre protestan… no se trata de la saña contra la gente civil y pacífica que pasaba por sus calles tan controladas, se trataba de Ayotzinapos, de ayotzis (suavisó) que históricamente tienen una posición de oposición del régimen que ellos encabezan, si hubiera sido cualquier persona no les habrían hecho esto”.
De los informes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) que vincula a abogados y activistas que apoyan a la Normal Rural con la guerrila, expuso “que digan lo que quieran y nos acusen de lo que quieran para justificar su militarización, no nos interesa, no nos da miedo, también los guachos nos dieron de culatazos en el pecho y con el cañón (el 26 de septiembre en Iguala) y no nos callamos”.
Asimismo señaló que el 20 de noviembre, cuando algunos manifestantes fueron rodeados y golpeados por policías antimotines en la ciudad de México, comenzaron a gritar del 1 al 43 y exigieron justicia, “eso dice que a pesar de los golpes no nos vamos a callar. Pónganos un tanque enfrente o pónganos lo que quieran, acúsenos de lo que sea, no quita el hecho de que ellos se llevaron a nuestros compañeros”.
Consideró que aunque sea por una vez, el pueblo debe acceder a la justicia, y cuando ocurra no se va a conformar, va a exigir más justicia y mayor dignidad, así como los políticos se aferran a uno y otro puesto “pero ellos van por lo material, nosotros vamos por la humanidad”.

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