Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Carlos Toledo Manzur

Hacia dónde debe ir el movimiento

La tragedia de Iguala develó la grave situación de inseguridad y violencia que vive el estado y el país; ha despertado las conciencias de miles de ciudadanos y ha generado un vigoroso movimiento social articulado principalmente en dos demandas muy concretas, la presentación con vida de los estudiantes desaparecidos y el castigo efectivo a los responsables directos e indirectos de esos terribles crímenes; éstas deben ser y seguirán siendo el centro de los reclamos y de la lucha social. Sin embargo, la fuerza de este movimiento debería alcanzar también para impulsar cambios sustanciales en la vida de Guerrero y del país; para plantear e implementar transformaciones profundas que permitan superar las graves contradicciones e insuficiencias del sistema actual y así encaminarlo hacia un cambio que supere las causas de fondo que hacen posible acontecimientos como el ocurrido a los normalistas.
Por ello, además de las demandas centrales, resultan muy importantes las orientaciones estratégicas que el movimiento defina. En este aspecto un riesgo grave es que las movilizaciones se orienten sólo hacia posiciones destructivas del entramado institucional, sin que se planteen alternativas en positivo que permitan construír un futuro mejor.
Por ello, es necesario preguntarse cuál es el sentido y la conveniencia que tienen planteamientos tales como la petición de que no se realicen las elecciones el próximo año o que se gestione la desaparición de poderes en el estado, puntos que, entre otros, el movimiento ha expresado tanto en la reciente reunión sostenida en el Senado de la República como en las acciones prácticas de cerrar las oficinas de los organismos electorales federales y estatales, e impedir su funcionamiento. Si no se realizan elecciones el año entrante, ¿qué va a pasar con la gobernabilidad del estado? ¿Queremos la tutela del gobierno federal para resolver los problemas del estado? ¿Hacia dónde iría Guerrero con estas propuestas?
En contrataste, resulta sumamente interesante la propuesta que también el movimiento ha planteado de construir concejos populares en cada uno de los municipios del estado. Las serias limitaciones de la democracia electoral y la insuficiencia de la participación de los ciudadanos en las decisiones cotidianas del poder es sin duda una de las causas estructurales de la crisis actual. La generación de instancias que permitan una más intensa participación ciudadana en los asuntos públicos constituye una alternativa en positivo sumamente importante en un proceso de transformación social que debe tener como eje fundamental la creación y fortalecimiento del poder popular.
Incluso, la propuesta podría y debería ir más allá de sólo crear instancias a nivel municipal, sino que sería interesante plantearse la idea de la construcción de todo un nuevo sistema de gobierno basado en asambleas populares de base constituidas en todo el estado, que funcionaran con una intensa participación ciudadana y que tuvieran diversas atribuciones y facultades que les permitieran ser sujetos efectivos de las decisiones del poder. Estas asambleas populares de base podrían, por ejemplo, tener la atribución formal de conformar y vigilar un sistema completo de policías comunitarios para generalizar las autodefensas a toda la entidad y así extender los beneficios que en seguridad y justicia la Policía Comunitaria ha demostrado. O bien, poner en manos de estas asambleas desiciones de asignación y vigilancia del presupuesto gubernamental o de supervisión de las políticas sociales como la salud, la educación o la alimentación.
Un sistema de asambleas populares podría ser la base de consejos micro regionales o municipales como los que se plantean, que de esta manera se formarían con un fuerte contenido de participación social y ciudadana para que tuvieran un funcionamiento profundamete democrático y con un contenido furtemente popular.
Junto con la exigencia de la presentación con vida de los normalistas y de la aplicación efectiva de la justicia, resulta importante delinear objetivos estratégicos para el movimiento, lo que significa la eleboración de propuestas en positivo para que se exprese con toda contundencia su carácter transformador, y que su energía sea un factor que genere resultantes de mejoría efectiva para el conjunto de la población que ya está harta de vivir en la inseguridad y la marginación, para que, en todo caso, el dramático sacrificio de los jóvenes no sea en vano.

468 ad