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Es imposible que quemaran a los 43 en Cocula, dicen cinco expertos

*Exigen 74 organizaciones defensoras de derechos humanos a la Segob garantías para Tlachinollan

Es imposible que quemaran a los 43 estudiantes en el basurero de Cocula, dicen cinco expertos

*El análisis podría haber sido llevado a cabo por peritos de la PGR, pero es altamente probable que no lo hayan realizado o no se haya dado a conocer por motivaciones políticas, dicen Jorge Antonio Montemayor de la UNAM, y Pablo Ugalde de la UAM Atzcapotzalco

Shaila Rosagel, SinEmbargo.mx

Ciudad de México

La Procuraduría General de la República (PGR) informó el 7 de diciembre que un pequeño hueso encontrado en el río San Juan pertenece a Alexander Mora Venancio, un estudiante de 21 años de la escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, quien fue detenido-desaparecido el 26 de septiembre en Iguala, salió de una de las ocho bolsas negras donde los asesinos de los normalistas depositaron los restos calcinados y triturados de los 43 jóvenes secuestrados, después de cremarlos con leña y llantas en el basurero de Cocula.
Sin embargo, un estudio realizado por cinco científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) asegura que la hipótesis de la PGR es imposible de probar científicamente, porque para la cremación de 43 cadáveres se requiere de algo más que leña y llantas. Hacen falta, en definitiva, hornos crematorios, destaca.
La investigación fue liderada y presentada a la prensa por el doctor Jorge Antonio Montemayor Aldrete, investigador del Instituto de Física de la UNAM, y por Pablo Ugalde Vélez, maestro en Ciencias de Materiales y profesor investigador de la UAM Atzcapotzalco.
“Es imposible que hayan sido quemados en el basurero de Cocula, y la autoridad está en un serio problema porque si no se quemaron en Cocula, ¿Quién los quemó y en dónde se quemaron?”, dijo Jorge Antonio Montemayor Aldrete.
Según ese análisis documental realizado con base en la  información que las autoridades revelaron con las declaraciones de los tres testigos que supuestamente participaron en el asesinato y posterior cremación de los estudiantes, fotografías publicadas en diversos medios y los testimonios de los padres de familia que acudieron al lugar y que aseguran que no había piedras quemadas o fracturadas en el basurero, esa versión es simplemente es una “fantasía”, plantean los científicos de la UNAM y de la UAM.
Para cremar 43 cuerpos se requieren 33 toneladas de troncos de árboles de cuatro pulgadas de diámetro y 995 llantas que contienen 2.5 toneladas de acero. Los científicos dijeron que para que el acero se derrita y los cuerpos se reduzcan a cenizas se deben alcanzar entre mil 425 y mil 540 centígrados.
“Hay estudios científicos de 2011 que dicen que si la temperatura es de 800 grados centígrados no quedan trazas de material orgánico, entre ellos cadenas de ADN. Para que quede un hueso debe ser en una zona donde no hubo mucho calor”, expuso Montemayor Aldrete.
Según el análisis, las 33 toneladas de troncos deben estar secos. Esa cantidad cabe en dos tráilers para su traslado.
“No estamos hablando de ramitas, sino de troncos cortados y lisos, ¿Quién vende troncos en esa región, a quiénes les vendieron en esos días? Además, para poder hacer esa cremación de la que hablan, los asesinos tendrían que ser ingenieros o pasantes de ingenieros para hacer muchos cálculos. Esa versión de la PGR es muy incriminatoria porque estarían involucradas muchas personas. Para empezar la compra de la madera debía ser con tres, o cuatro días de anticipación, entonces estaríamos hablando de premeditación, alevosía y ventaja del Estado en contra de los estudiantes”, planteó el físico de la máxima casa de estudios.
En tanto, Pablo Ugalde, experto en materiales y profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Azcapotzalco, y también egresado de la UNAM, explicó que los cálculos científicos se pueden realizar sin la necesidad de acudir al basurero de Cocula.
“Si el acero se fundió a mil 500 grados no debe haber residuos, y no está fundido porque en las fotos hay alambre, esas temperaturas no se alcanzaron. Además, con una cremación de ese tamaño debería haber piedras fracturadas y manchadas de negro, los padres aseguran que no hay tal cosa en el basurero”, detalló Ugalde Vélez.
Además, para cremar un cuerpo se requieren 53 kilogramos de gas, “si los cuerpos se hubieran quemado con puras llantas para reducirlos a los restos mostrados por la PGR se hubieran necesitado 995 llantas de autos pasajeros. La hipótesis de que los normalistas fueron quemados en el basurero de Cocula no tiene ningún sustento en hechos físicos o químicos naturales”, dice el estudio.
La cremación de 43 cadáveres en esas condiciones emitiría una columna visible  de humo denso desde varios kilómetros a la redonda. Los residuos de huesos y cenizas de leña pesarían 333 kilogramos, de los cuales 116 corresponderían a restos humanos. El material se empacaría en 12 bolsas de 25 kilos cada una.
Los científicos argumentaron que el análisis que ellos realizaron lo puede hacer cualquier científico, ingeniero o técnico de áreas de química, física, ingeniería térmica o ingeniería militar.
“El análisis realizado desde el punto de vista técnico bien podría haber sido llevado a cabo por peritos de la PGR. Es altamente probable que no lo hayan realizado o no se haya dado a conocer por motivaciones políticas o temor a posibles represalias por parte del Estado”, dijeron.
Debe responder la PGR

Los científicos que realizaron el estudio plantearon varias preguntas que la PGR debe responder en torno a la hipótesis de la cremación en el basurero de Cocula.
De la afirmación del procurador General de la República Jesús Murillo Karam de que “después de quemar los cuerpos, los acusados recibieron órdenes de su jefe de fracturar los huesos después de calcinados”, los expertos expusieron que es inmediato advertir que debieron utilizar un mazo y un yunque o roca muy resistente al impacto para romper los huesos, y que debieron saltar fragmentos en diversas direcciones, lo cual dificulta su recolección, “pero no se observan fragmentos de rocas que hayan sido utilizadas como yunques”.
¿Por qué no están quemadas las ramas de los árboles del perímetro del fondo de la barranca? ¿Por qué no se observan las rocas que según los acusados fueron utilizadas para hacer un círculo que encerrara el material a quemar? ¿Por qué no existen rocas en las cercanías que hayan sido rotas bajo el efecto de choques térmicos característicos de incendios prolongados a altas temperaturas durante los cuales escurren fluidos?, preguntaron.
Y siguieron “¿Cómo se explica que se haya podido realizar la quema de leña para cremar los cuerpos, cuando diversas fuentes de información, como el meteorológico de la zona afirman que llovió en dicha zona durante varias horas la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre del 2014?”
¿Dónde están los fragmentos de corteza de árbol del diámetro ya señalado, los cuales seguramente se desprendieron en sitios de mayor impacto durante su trayectoria de descenso?, ¿En dónde y por quién se compraron las 33 toneladas de troncos ya mencionados?, ¿Dónde están los choferes y macheteros que se requirieron para bajar la carga en la parte superior del basurero?, dado que 33 toneladas de troncos secos no salen del aire, debió haber una planeación para comprarlos y llevarlos, y acomodarlos en el fondo de la cañada en pilas como se muestra en las fotos. ¿Quiénes planearon el atentado contra los estudiantes de la Normal con varios días de anticipación?, cuestionaron.
La hipótesis de mezcla de combustibles entre llantas y leña encontrada en el sitio produciría un escenario casi de fuego de llantas, con una columna visible desde varios kilómetros, por lo que algún camión pequeño debió retirar los rollos de acero que tienen un mercado en las ciudades.
¿Por qué no fue visible la columna de humo desde la ciudad o desde varios kilómetros de distancia?, ¿Dónde están los residuos en forma de charcos correspondientes a llantas fundidas durante la combustión?, ¿Dónde están los restos de las llantas que no se quemaron de manera completa y a las cuales no es costeable retirarles las mallas de acero?,
¿Qué empresa de las cercanías de Cocula (de compra de fierro viejo, aluminio), recibió en compra 2.5 toneladas de acero de llantas en días cercanos al comienzo de noviembre del 2014?, ¿Cuál es el ritmo de llegada a ese basurero de llantas de automóviles, y cuántas podrían haberse acumulado desde la última quemazón de llantas reportadas en dicho sitio?
¿Cómo pudieron lograrse temperaturas de mil 600 grados centígrados en dicho lugar, como afirma Murillo Karam, durante la supuesta cremación, cuando el experto mundial Vytenis Babrauskas de la compañía Fire Science and Technology Inc afirma que mediante la quema de madera o materiales orgánicos en lugares abiertos la temperatura máxima estable que puede alcanzarse durante largos períodos es de alrededor de 900 grados centígrados para fuegos de un metro de diámetro, y de entre mil 100 y mil 200 para fuegos de diámetros mayores?, preguntaron.
Los científicos pusieron sobre la mesa otra hipótesis: la cremación de los normalistas en hornos crematorios modernos, en una funeraria, donde se debió utilizar 2 mil 291 toneladas de gas para cremar 43 cadáveres. Una cremación estándar, explicaron, maneja seis cremaciones por día, debieron requerirse ocho días de operación a 12 horas por día.
Entonces siguen las preguntas: ¿Cómo se pueden conseguir las facturas de venta de gas en fechas posteriores al 26 y 27 de septiembre del 2014 en el orden de toneladas dentro del área de Cocula y zonas aledañas?, ¿Qué funerarias y hornos de cremación de la región consumieron gas en cantidades que expliquen una cremación de 43 cuerpos adicionales a las cuotas diarias, semanales o mensuales usuales?
¿Podrían dichas instituciones proporcionar de manera voluntaria sus registros históricos de consumo y compra de gas con fechas que vinieran desde una año atrás y que además cubrieran el intervalo de fechas de interés?, ¿Estaría dispuesta la Comandancia correspondiente al 27 Batallón del Ejército en Iguala a permitir una inspección de los documentos correspondientes?
Los científicos lanzaron preguntas sobre el hallazgo de las bolsas de cenizas en el Río San Juan:
¿Quién proporcionó a los acusados del basurero de Cocula el sitio exacto en el río San Juan donde se localizarían bolsas con restos humanos?, ¿A qué personas corresponden dichos restos?
¿Cómo se espera por parte de la PGR extraer información genética de huesos cremados a más de 800 grados centígrados, cuando se sabe que la información genética almacenada en estructuras biológicas se degrada totalmente a partir de 600 grados centígrados al evaporarse toda estructura o moléculas orgánicas complejas, de acuerdo con fuentes científicas publicadas desde hace mucho tiempo?

Están dispuestos a cooperar con los familiares, informan

Pablo Ugalde Vélez detalló que aún no han tenido contacto con la PGR ni con los padres de familia, pero que enviarían el estudio a la Organización de las Nacionales Unidas (ONU) y a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
“Estamos abiertos para apoyar, no es justo traer en zozobra a esos padres, es horroroso, a cualquier gente de la calle pregunten si creen la versión de las autoridades, nadie cree que fueron calcinados ahí”, expuso.
Hace unos días los padres y familiares de los normalistas sostuvieron que los restos de Alexander Mora Venancio, el único de los 43 estudiantes identificado, fueron sembrados por el gobierno para sostener la versión de los tres sicarios.
“Los peritos argentinos no avalan que los restos sean de Cocula, porque ellos no estuvieron en el levantamiento y dicen que las bolsas negras con restos estaban abiertas”, dijo José Félix Rosas, vecino de Tecoanapa en conferencia de prensa.
Félix Rosas afirmó que los familiares sólo reconocen el hallazgo de Alexander Mora por los peritos argentinos.
“Seguimos teniendo información de que a los estudiantes los trasladan de un lugar a otro, no es posible que todos estén muertos y calcinados. Exigimos con vida a los 42. Tenemos total desconfianza en la PGR y en Enrique Peña Nieto”, dijo.
Rosas explicó que la población les ha informado que los jóvenes son trasladados por el grupo delincuencial Guerreros Unidos en regiones como Acatepacan, vía terrestre y en lanchas. Por ello acusó a la PGR de querer dar carpetazo al caso de Ayotzinapa con el hallazgo de uno de los normalistas.

Exigen 74 organizaciones defensoras de derechos humanos a la Segob garantías para Tlachinollan

*Piden que esclarezca el contenido publicado de un informe del Cisen que considera a Abel Barrera y a Vidulfo Rosales “peligrosos para la gobernabilidad”

Redacción

Acapulco

Ante los ataques del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) contra el Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan, la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos y las 74 organizaciones que la conforman exigieron que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, garantice la seguridad del director del centro Abel Barrera, del abogado Vidulfo Rosales y de sus compañeros, que les brinde garantías para continuar su labor y esclarezca la información divulgada para desacreditarlos.
“Estamos sumamente preocupados por la seguridad de Vidulfo Rosales y de Abel Barrera, ya que al ser considerados ‘peligrosos para la gobernabilidad’ los ponen en un alto riesgo”, expresaron, y recordaron que en 2012 el abogado defensor abandonó el país tras recibir amenazas de muerte por su trabajo, y que el Estado mexicano no garantizó entonces medidas de seguridad para proteger su vida.
En un documento dirigido a Osorio Chong y difundido en el portal de internet del organismo, el secretario ejecutivo de la red, Fernando Ríos Martínez y las organizaciones reiteraron su “preocupación por la información publicada” el lunes con información del Cisen.
“Son reconocidos defensores de derechos humanos y su trabajo ha sido fundamental en el estado de Guerrero”, destacaron y reprobaron que se trate de desacreditar y criminalizar su trabajo “en este contexto de profundo riesgo” por el acompañamiento a los familiares de los 43 normalistas de Ayotzinapa detenidos-desaparecidos en septiembre, en Iguala.
Finalmente, exigieron al funcionario federal que garantice su seguridad y les otorgue garantías para continuar con la defensa de los derechos humanos de los guerrerenses. Asimismo, demandaron que esclarezca la información dada a conocer y que se brinden garantías al resto de los integrantes de Tlachinollan.
El documento también está firmado por 74 organizaciones civiles de 20 estados, como el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez del Distrito Federal, el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas de Chiapas, el Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuria de la Universidad Iberoamericana de Puebla, el Comité Cerezo, el Centro Regional de Defensa José María Morelos y Pavón de Chilapa, y el Instituto Guerrerense de Derechos Humanos.

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