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Regresa a su casa un joven desaparecido en Iguala; “la tortura ya se terminó”, dice su padre

Omite los detalles de la forma en que recuperó a su hijo que estudiaba la Preparatoria, o si pagó algún rescate, pero precisa que lo rescató sin el apoyo de las autoridades.

 

Alejandro Guerrero

Iguala

Después de 14 días desaparecido, el joven Ezequiel Chávez Adán fue recuperado con vida por sus familiares la noche del miércoles.
Los padres del joven se presentaron la tarde de ayer a la parroquia de San Gerardo María Mayela de esta ciudad para retirar la denuncia de la desaparición de su hijo, y solicitar a la Procuraduría General de la República (PGR) y a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) la suspensión de su búsqueda, “porque la tortura ya se terminó”.
Ayer los padres de Ezequiel, Javier Chávez Carreño y Cristina Adán García informaron que su presencia en Iguala había sido para retirar los cargos por la desaparición de su hijo ante el Ministerio Público, la PGR y la CNDH, las dos últimas dependencias ubicadas con módulos de atención en las instalaciones de la parroquia de San Gerardo.
Ezequiel Chávez de 18 años, estudiante de segundo grado de la preparatoria 32 de la UAG en esta ciudad, había desaparecido el 26 de noviembre en la avenida Vicente Guerrero, en el centro de Iguala.
En breves declaraciones la tarde de ayer en la parroquia de San Gerardo, donde reunió con familiares de víctimas de desaparición forzada, el señor Javier Chávez confirmó la recuperación con vida de su hijo.
Con visible temor hacia la delincuencia y una desconfianza a las autoridades, omitió dar detalles de la forma en que recuperó a su hijo o si pagó algún rescate por su liberación, sólo dijo que él lo rescató sin el apoyo de ninguna autoridad.
Dijo que tenía miedo de estar en Iguala, donde su hijo fue desaparecido en una céntrica calle, y adelantó que tal vez ya no enviará a su hijo a la escuela preparatoria 32 de la UAG donde estaba estudiando, por el temor que tiene de que algo más le pueda suceder.
Reconoció que tiene miedo por él y su familia ante el clima de inseguridad que hay en Iguala y otros municipios de la zona Norte como Taxco, la ciudad en la que reside y en la que desempeña su oficio como artesano platero.
Mencionó que las autoridades de PGR le pidieron que presentara a su hijo ante ellos para corroborar su aparición, situación a la que se negó por temor, y dijo a las autoridades que si tienen ese interés que sean ellos los que vayan a su casa.
Denunció que ninguna autoridad  de los tres niveles de gobierno le proporcionó algún tipo de apoyo durante las dos semanas que anduvo buscando a su hijo, incluso denunció que el secretario general de gobierno en Guerrero, David Cienfuegos Salgado se comprometió personalmente a apoyarlo económicamente para sus viajes, pero no cumplió.
Dijo que las dos semanas en las que su hijo estuvo desaparecido su familia sufrió gravemente en el aspecto emocional, psicológico, físico, familiar, laboral y económico, “pero afortunadamente la tortura ya se terminó, lo más importante es que ya tengo a mi hijo conmigo, esta entero, está vivo”.
“Sólo le doy las gracias a dios y a la gente que se unió con sus oraciones y que gracias a esa unión y esa fuerza hizo que se les doblegara el corazón a ciertas personas”, expuso sin dar detalles.
Mencionó que su hijo está bien físicamente, pero si fue afectado psicológicamente por la privación de su libertad durante 14 días.
Informó que ya no seguirá en el movimiento de los familiares de víctimas de desaparición ante el temor de que pueda haber alguna represalia hacia él o su familia.
“No sé cómo vayamos a pasar esta Navidad, lo único que le damos gracias a dios de que voy a pasar una Navidad contento porque mi hijo está con vida, ya hasta ahorita siento que tengo los pies sobre la tierra pero yo ya no quiero venir para acá (a Iguala), porque está difícil la inseguridad, ahora tenemos miedo por nuestra integridad”, indicó.
Ayer, los padres de Ezequiel fueron atendidos en el módulo de asesoría jurídica federal de la Comisión Ejecutiva de Atención a Victima (CEAV), instalado en la parroquia de San Gerardo, donde pidió apoyo psicológico para su hijo y toda su familia. En respuesta, le informaron que le enviarían la ayuda a su hogar.

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