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Preparan exposición en Bellas Artes sobre la influencia de la grana cochinilla en el arte europeo

*El uso del tinte obtenido del insecto parásito del nopal en Europa se remonta a 1523, de acuerdo con documentación referida por la especialista británica Jo Kirby

El rojo de la cochinilla mexicana enardecía al pintor holandés Vincent Van Gogh. Se lo dijo a Theo, su hermano, en una carta que señalaba la calidez del carmín –”el color del vino”– y la belleza del cobalto.
Antonio Stradivarius fue otro que prefirió el insecto, parásito del nopal, para barnizar sus violines, además de El Greco, Rubens y Rembrandt, quienes también lo usaron para algunas de sus creaciones, según Bárbara Berrie, investigadora de la Galería Nacional de Arte de Washington.
Una exposición en el Museo del Palacio de Bellas Artes reunirá obra de estos y otros artistas deudores de la cochinilla mexicana.
“El rojo carmín –uno de los colores derivados del insecto– tuvo influencia primero en los textiles y posteriormente en la pintura en Europa. Si nosotros exportamos la grana cochinilla y la utilizaron los grandes maestros, ahora queremos traer esos ejemplos”, adelantó en entrevista Miguel Fernández Félix, director del recinto.
Anticipó que el Museo del Prado de España aportará ejemplos de Velázquez, Murillo y El Greco, en tanto el Rijksmuseum de Amsterdam expondrá obras de Van Gogh.
La exposición, prevista para el próximo año, es la segunda fase de Rojo mexicano, Coloquio Internacional de Grana Cochinilla en el Arte, que convocó en noviembre a representantes de la Galería Nacional de Arte de Washington, el Museo del Prado de Madrid, la Galería Nacional de Londres, el Rijksmuseum de Ámsterdam, el Laboratorio de Diagnóstico de Obras de la UNAM y la Escuela Nacional de Restauración, Conservación y Museografía (Enrcym) del INAH, entre otras instituciones.
La exhibición tendrá un consejo curatorial con expertos de diversos países –algunos de ellos participantes el coloquio– informó Fernández Félix.
A principios del mes pasado, contaban con 19 asesores del proyecto.
La selección de piezas que viajará aún está en proceso.
Además de esta muestra, el Jardín Borda de Cuernavaca prepara para el próximo año una exposición de textiles producidos con nocheztli o “sangre de tunas”, como se le conocía a la grana antiguamente.

El oro rojo

El uso de la cochinilla americana en Europa se remonta a 1523, de acuerdo con documentación referida por la especialista británica Jo Kirby. En España, los primeros registros de compra del “carmín de Indias” por parte de pintores españoles datan de 1565.
“Al principio, (la cochinilla) no tuvo mucho éxito entre los pintores españoles debido a la fama que tenían las lacas de origen florentino y veneciano. Los pintores se resistían a cambiar, sin saber que ese material colorante podría ser el mismo que se estaba usando en Florencia”, apuntó María Dolores Gayo, responsable del Laboratorio de Análisis del Museo del Prado.
Pero la grana cochinilla, aclaró Kirby, no sustituyó a las otras pinturas: se agregó para tener una variedad más amplia de pigmentos.
Un siglo después de la Conquista, la cochinilla era la segunda exportación más lucrativa de España, superada sólo por el comercio de metales preciosos.
“Las industrias de seda de lujo y lana en Italia y en el norte de Europa se entusiasmaron con su color vibrante, que igualó o superó al de otras fuentes tradicionales de tintes rojos, y además era más económico de producir”, explicó Barbara Anderson durante su participación en el coloquio.
Liliana Giorguli, directora de la Enrcym, destacó en entrevista la cantidad de material tintóreo proporcionado por los insectos del nopal y las múltiples gradaciones que pueden obtenerse.
“Esto lo hace muy valioso porque es abundante y el cultivo es relativamente ‘fácil’, muy noble: da una gran producción con gran capacidad tintórea”.
Puede conseguirse una gama de tonalidades que abarca desde el naranja y el rosa pálido hasta el rojo profundo y el morado oscuro.
Estas cualidades son resultado de un manejo de varias generaciones, con el istmo de Tehuantepec como epicentro de la domesticación de la grana, expuso Alejandro de Avila, director del Jardín Etnobotánico de Oaxaca.
“La historia temprana de la grana tiene que ver con pintura corporal”, propuso. “Pudo haberse usado para diferenciar a comunidades culturalmente específicas en un periodo temprano anterior a la agricultura intensificada”.
El ácido carmínico tiene actividad antiséptica y citostática –previene tumores–, además de ser efectivo contra algunas infecciones, reveló. Es, además, repelente contra insectos y protege contra la radiación ultravioleta.
Estas facetas del insecto, aseguró Fernández Félix, estarán también presentes en la exhibición de Bellas Artes. (Yanireth Israde / Agencia Reforma / Ciudad de México).

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