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Agresión de federales a normalistas que preparaban un concierto desata 3 horas de violenta confrontación

*Policías alcoholizados golpean a estudiantes y padres de Ayotzinapa y a maestros, que responden para defenderse con el refuerzo de la avanzada de la CETEG. Quedan 12 manifestantes lesionados y cinco agentes, y fueron detenidos dos maestros y dos conductores de autobuses liberados tras una negociación de dirigentes cetegistas con el comandante Espartaco. La parte policiaca reclama tres elementos detenidos que fueron liberados en Tixtla

Alina Navarrete Fernández

Chilpancingo

Una agresión verbal y después física de cinco policías federales a estudiantes y padres de Ayotzinapa y maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG) que preparaban el espacio para un concierto por los desaparecidos la madrugada de ayer, desató una confrontación en diversos momentos que terminó con 12 manifestantes y cinco efectivos policiacos heridos y lesionados.
Fueron tres los momentos de mayor violencia física. Primero cuando los cinco federales intentaron pasar por la calle que los estudiantes de Ayotzinapa ya habían cerrado, después cuando los policías lanzaron bombas de gas lacrimógeno y piedras a un grupo de refuerzo de los normalistas que los persiguió y por unos minutos retuvo a algunos, y fueron detenidos dos maestros cetegistas y dos conductores de autobuses. El tercer momento, el de violencia masiva, se dio cuando los dirigentes de la CETEG acordaron con el comandante de los federales, que sus efectivos se replegarían, pero éstos, en lugar de cumplir, arremetieron con gases, pedradas y golpes contra maestros, estudiantes y padres, algunos corrieron pero otros respondieron y se dio una confrontación cuerpo a cuerpo.

Rompen la organización del concierto

A las 2 de la mañana, una comisión de 15 personas, entre estudiantes de primero y tercer año de la Normal Rural de Ayotzinapa, activistas y dos padres de familia, llegó a El caballito pues debían preparar la zona en donde se llevaría a cabo el encuentro músico cultural Una luz en las oscuridad.
El caballito es la estatua ecuestre en Nicolás Bravo, situada en la entrada norte de Chilpancingo, en la avenida Insurgentes, y casi enfrente del monumento está el hotel Real del Sol, donde se hospedan policías federales, incluyendo su comandante Espartaco, que la madrugada de ayer estaban alcoholizados, como lo constataron cetegistas y reporteros que en los momentos en que hubo diálogo se acercaron a ellos.
Los manifestantes que preparaban el sitio para el concierto –que finalmente a causa del altercado con los federales se canceló y se trasladó a Tixtla– colocaron vallas metálicas en los distintos accesos viales a El caballito. Cinco elementos de la PF llegaron a la zona a bordo de un taxi, al ver bloqueado el paso, exigieron a los manifestantes que retiraran las vallas, también los insultaron verbalmente.
Los normalistas les negaron el paso a los policías, bajo el argumento de que el paso estaba cerrado para todos, en respuesta fueron golpeados cuatro estudiantes, mientras que el resto trataba de defender a sus compañeros y a gritos pedían que detuvieran las agresiones.
Luego de unos minutos, los policías ingresaron al hotel Real del Sol para resguardarse pues los normalistas también reaccionaron a la defensiva, y siguieron a los policías, al ver a sus compañeros lesionados. Otros se concentraron en la entrada del hotel para protestar contra la agresión que sufrieron sus compañeros.
De acuerdo con los normalistas, los policías iban en estado etílico y estaban vestidos de civiles. Minutos después de haber ingresado al hotel salieron a continuar la agresión a los manifestantes, pero esta vez uniformados, con equipo antimotines.
En la confusión, algunos manifestantes corrieron en dirección a un cerro cercano a la zona, mientras que otros se alejaron de los policías corriendo sobre la avenida Insurgentes, hasta casi llegar al mercado Baltazar R. Leyva Mancilla, a dos calles de distancia.
Al lugar, llegaron en dos autobuses Estrella de Oro estudiantes y padres de familia, desde la Normal Rural de Ayotzinapa para apoyar a los agredidos, luego de que fueron informados de la agresión.
El grupo de refuerzo persiguió a los policías y retuvo a algunos, y los liberaron pues el resto de los federales lanzaron bombas de gas lacrimógeno en contra de los normalistas y padres de familia.
Integrantes de la avanzada de la CETEG llegaron al lugar y permanecieron a unos metros de los policías, que cerca de las 5:30 eran 200, que formaron una valla humana, frente a El caballito, en donde podían apreciarse ocho camionetas blancas, que correspondían a los vehículos en los que los normalistas habían transportado el material para acordonar la zona del acto músico cultural.
También llegaron 200 cetegistas que portaban tubos de fierro, palos, tenían el rostro cubierto y exigían que se liberara a los normalistas que, aseguraron, tenían retenidos los policías federales.

Pide Ramos Reyes al comandante Espartaco que se retiren y libere a los estudiantes y maestros detenidos

El dirigente la de CETEG, Ramos Reyes Guerrero, acompañado de los integrantes de la Comisión Política Manuel Salvador Rosas Zúñiga, Antonia Morales Vélez y el secretario de Organización, Osmín Valdés Hipólito, estableció diálogo con el ?jefe de la Unidad de Restablecimiento del Orden Público de la PF, José Luis Solís López, mejor conocido como comandante Espartaco, a quien le exigieron que retirara a los policías bajo su mando y entregara a los normalistas retenidos.
Sin embargo, el comandante Espartaco insistía en que “no tengo retenidos, su gente es la que se llevó a tres de mis oficiales, ¿dónde están?”, y Reyes Guerrero respondió que no tenía conocimiento del paradero de los oficiales, negó que los maestros los tuvieran retenidos y preguntó a los normalistas si los tenían, y lo negaron. El dirigente dijo al comandante que “los policías que atacaron a los normalistas están en estado de ebriedad”.
Efectivamente, tal y como los normalistas habían manifestado en la acusación de la primera confrontación, varios efectivos de la PF estaban en estado de ebriedad y despedían aliento alcohólico, lo cual se pudo constatar cuando los mismos se acercaron a dialogar con los cetegistas.
Aún así, el comandante Espartaco se limitó a decir que respecto del estado de dudosa sobriedad de los policías “no tengo comentarios que hacer sobre eso”.
Al concluir el diálogo, los representantes de ambos grupos acordaron que los policías federales se replegarían hacia atrás para posteriormente retirarse de la zona, mientras que los cetegistas, familiares, normalistas y activistas, avanzarían hacia el frente.
La avanzada de la CETEG formó una cadena humana y comenzaron a caminar hacia el frente a la vez que los policías retrocedían, sin embargo, los efectivos se detuvieron en seco, no así los manifestantes, por lo que ambos grupos quedaron frente a frente y se dio un jaloneo tras el cual los efectivos comenzaron a arrojar gas lacrimógeno y piedras hacia los manifestantes que confundidos corrieron en diversas direcciones.
Algunos cetegistas se enfrentaron cuerpo a cuerpo con los policías pero al ser superados en armas y equipo, resultaron heridos, además durante el enfrentamiento fueron detenidos Rosas Zúñiga, Valdés Hipólito y dos conductores de los autobuses en los que se trasladaron los normalistas.

Un hombre armado en una camioneta oficial atropella intencionalmente a policías y reporteros

También se observó en la trifulca a un hombre a bordo de una camioneta blanca Ford con placas HC-25-557, que portaba un logotipo oficial de la Comisión de Infraestructura Carretera y Aeroportuaria del del Estado de Guerrero, quien condujo el vehículo en reversa y arremetió en contra de policías y manifestantes que apenas alcanzaron a esquivar el golpe.
Después el conductor, no identificado, volvió a avanzar, esta vez hacia el frente en dirección al sur de la ciudad, en exceso de velocidad y en su huida arrolló a dos policías. Miembros de la CETEG persiguieron al conductor y lograron detenerlo, a unos metros del puente peatonal frente al mercado, pero éste iba armado y tras amenazar a los maestros descendió de la camioneta y huyó.
Minutos después, tanto los manifestantes como los policías comenzaron a ocuparse de los heridos y los representantes de ambos grupos pactaron una tregua momentánea mientras algunos policías trasladaban a los caídos a la Cruz Roja y el Hospital General Raymundo Abarca Alarcón para que recibieran atención médica.
Ramos Reyes y Antonia Morales se acercaron a dialogar nuevamente con el comandante Espartaco y le exigieron la retirada de los policías, el cese del hostigamiento y la liberación inmediata de Salvador Rosas y Osmín Valdés, así como de los conductores retenidos.
Al momento de entregar a ambos miembros de la CETEG, tanto Salvador Rosas como Osmín Valdés presentaban lesiones visibles y denunciaron haber sido golpeados por los policías que además los despojaron de sus pertenencias como teléfonos celulares; a Rosas Zúñiga le quitaron los zapatos. Osmín Valdés, denunció inmediatamente que había sido amenzado de muerte.
Las pertenencias de los cetegistas no fueron devueltas en su totalidad, pues según el comandante Espartaco “ninguno de mis elementos tiene sus teléfonos celulares ni los zapatos”.
Finalmente, los policías se retiraron, a pesar de que no lograron que los manifestantes se responsabilizaran por la desaparición de los tres elementos faltantes en el grupo.

Sí retuvieron manifestantes a policías federales, dicen testigos

De acuerdo con el personal del hotel Real del Sol y testigos oculares de la confrontación entre la PF y normalistas de Ayotzinapa, cuando los federales entraron a resguardarse los siguieron varios “manifestantes” que entraron a las instalaciones y le exigieron al velador una lista de las personas que se encontraban hospedadas esa noche.
Después, el grupo de manifestantes entró de manera forzada al hotel y registró las habitaciones del mismo hasta dar con las que pertenecían a los policías federales.
Tres policías fueron detenidos por los manifestantes, quienes de acuerdo con los testigos “los subieron a camionetas y se los llevaron”.
Además, el personal del hotel asegura que la acción en contra del inmueble de parte de los manifestantes, que entraron impunemente incluso en las habitaciones donde no había policías y señalaron al velador como “cómplice”, fue una represalia política debido a que la noche del sábado habían colocado en el edificio una lona publicitaria del dirigente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Cuauhtémoc Salgado Romero.
Informaron que debido a irrupción de los manifestantes, perdieron a toda su clientela, además de que “nos quemaron en todas las redes sociales como si nosotros hubiéramos apoyado a los policías en el enfrentamiento”.
Argumentaron que “no podemos negarle el servicio a nadie, los policías ya tenían varios días viniendo a hospedarse aquí y simplemente es nuestro trabajo, nosotros de esto vivimos, ahora con lo que pasó mis clientes ya no van a querer regresar y entonces ¿qué vamos a hacer?”.
Finalmente, precisaron que luego de la retirada de los policías federales, un grupo de manifestantes regresó al hotel a registrar todas las habitaciones, rompieron las cámaras de seguridad y amenzaron al personal con incendiar el lugar “si uno de los lesionados moría o algo le pasaba al resto”.
Según otro reporte de testigos de la detención de los tres policías, los mismos fueron transladados hacia Tixtla; en algún punto del viaje, el policía identificado como Moisés Oropeza Moreno habría saltado fuera del vehículo en movimiento.
Los otros policías que estuvieron detenidos son el subinspector Roberto Sánchez Topete y el agente Juan Alexander de la Cruz, quienes fueron abandonados afuera de barandillas en Tixtla y hallados en ese lugar por la policía municipal.

Presentan lesionados queja
ante la Codehum

El abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Vidulfo Rosales Sierra, acompañado del integrante de la Comisión Política de la CETEG Manuel Salvador Rosas Zúñiga, los normalistas Pedro David García y Omar García, además del padre de familia, Mario César González, informó en conferencia de prensa que los heridos y lesionados, ya interpusieron una queja ante la Codehum.
Señaló que los policías federales que agredieron por primera vez durante la madrugada de ayer a los normalistas, iban “al parecer en estado de ebriedad y bajo los efectos de alguna droga”.
Reiteró que los normalistas se encontraban preparando la zona donde se llevaría a cabo el encuentro músico cultural Una luz en la oscuridad, mediante el cual se exigiría la presentación con vida de los 42 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa desaparecidos, y que el mismo sería totalmente pacífico por lo que los policías no tenían porqué haber actuado en contra de la organización del concierto.
Precisó que tampoco se encontraban en zona federal, “no hay ninguna justificación para proceder a disolver una actividad cultural como la que los compañeros estaban realizando, una actividad de exigencia, una protesta pacífica, vemos un acto de brutalidad policiaca, un acto de uso excesivo de la fuerza y que tiene el claro propósito de acallar las voces de los padres de familia y de los estudiantes”.
Puntualizó que la queja quedó registrada bajo el número BG2362014/2 y fue recibida en la Codehum a las 12:42 del día de ayer.
Añadió que los representantes estudiantiles ya habían declarado formalmente y posteriormente, los lesionados harán lo propio, además se le pidió a la Codehum que se enviara a una comisión a inspeccionar la zona donde se registraron los enfrentamientos.
Dijo que el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, “dice él que va a tomar todos los testimonios y se puso a las órdenes para verificar este hecho violatorio que acaba de acontecer de nueva cuenta contra estudiantes y además contra padres de familia”.

 

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