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Se convierte Bill Murray en un niñero gruñón en la película St. Vincent

Lo agrio de su carácter, combinado con la novedad en la rutina, no le caen del todo bien a Vincent MacKenna (Bill Murray) cuando, por azares del destino, se convierte en niñero de Oliver Bronstein (Jaeden Lieberher) en la película St. Vincent.
Después de un divorcio complejo y de sortear algunos pendientes financieros, Maggie (Melissa McCarthy) llega con su retoño 12 años a vivir al mismo complejo de apartamentos que el personaje central de este largometraje dirigido por Theodore Melfi.
La trabajadora madre termina contratando al gruñón y hedonista vecino como el babysitter de su hijo, ya que a él le hace falta una entrada económica porque en su plan de “veterano retirado y parrandero” necesita más para gastar.
“A Vincent lo respeto porque puede llegar a ser odioso en un momento y después lo puedes querer porque lo entiendes. Tiene un carácter tan amargado que podría secar un ramo de flores con su humor. De esa manera me aproximé a una personalidad que para un actor llega a ser divertida y didáctica. Es un catalizador nato hacer algo que no eres y te encanta en cierta forma”, precisó Murray.
Esta producción, que consiguió la candidatura a Mejor Película y Mejor Actor de Comedia y Musical en los Globos de Oro, suma la intervención de Naomi Watts como Daka y Chris O’Dowd como Geraghty.
El mismo director escribió el guión, rodado en Nueva York, con la idea de hacer una historia ágil y cómica, sin olvidarse de los toques dramáticos.
“Me inspiré en todos los adultos retirados que veo en centros comerciales, o que ponen sus fotos en redes sociales, presumiendo un vida estable y normal, y me imaginé lo opuesto: un hombre amargado y refunfuñón. Vincent surgió por mi deseo de imaginarme una vida desastrosa de alguien que necesita ser rescatado. ¡Y qué mejor que un niño!”, precisó el director.
Por excentricidad, amargura, necedad o ignorancia, Vincent, el amante de los juegos y las apuestas, se lleva al niño a los mismos sitios que frecuenta para entretenerse, sin tomar en cuenta que hay más de 50 años de edad de diferencia entre ambos.
“Qué divertido es pensar que un abuelo podría llevar a su nieto a un club de strip tease, ¿no? Pues esto sucede en la película y yo soy una de las bailarinas exóticas… fue muy divertido hacerlo, aunque con un trasfondo más profundo…”, contó Naomi Watts en referencia a la ocurrencia de Vincent de pensar que el niño sería feliz en un club para adultos. (Agencia Reforma / Toronto).

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