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Tomás Tenorio Galindo

OTRO PAÍS

*Respuesta a Ríos Piter

En el contexto ruinoso en que se debate el futuro del país y del estado, adquiere importancia decisiva transparentar y discutir el perfil de los políticos que se disputarán el poder en las elecciones del próximo año. Pero Armando Ríos Piter, precandidato del PRD a la gubernatura de Guerrero, piensa lo contrario y llama “calumnia” y “difamación” al hecho de que su trayectoria sea ventilada en esta columna.
En una carta que envió a este diario y que fue publicada el martes pasado, Ríos Piter lanza la amenaza velada, ambigua, de demandar al autor de esta columna por ocuparse de su conducta pública. Sin embargo, es imperioso examinar minuciosamente la trayectoria del senador perredista, pues pretende ser gobernador, y aquí hemos sostenido que lo que menos necesita el estado es otro gobernador como Zeferino Torreblanca, su padrino político y quien, según documentos oficiales, ordenó el asesinato de Armando Chavarría Barrera. O como Ángel Aguirre Rivero, que ostensiblemente protegió al ex alcalde José Luis Abarca y le permitió desarrollar su carrera delictiva desde la presidencia municipal de Iguala. Dados sus antecedentes, que una vez más nos vamos a permitir recordar, el desastre que ambos personajes causaron en el estado es precisamente lo que podría volver a ocurrir si el PRD postulara a Ríos Piter y éste ganara los comicios.
En su indignada carta, Ríos Piter reclama una castidad política que no posee. Le incomoda de manera especial la observación de que jugó un papel en la intriga palaciega que dio cauce al asesinato del diputado Armando Chavarría. Hemos sostenido y sostendremos que así es, y si tal posibilidad se ignora es porque esa vertiente no ha sido investigada debido a la manipulación del caso, y porque Ríos Piter se parapeta en el fuero legislativo. Esta presunción parte de hechos que son públicos: quince días después de que el diputado Chavarría fue asesinado, el 20 de agosto de 2009, Ríos Piter fue impuesto por el entonces gobernador Torreblanca como su precandidato para sucederlo en el cargo. La hipótesis de que Ríos Piter está vinculado de una u otra forma al crimen se funda en el hecho incontrovertible de que Chavarría fue liquidado para que Torreblanca Galindo pudiera tomar el control absoluto del proceso sucesorio, en el que hasta ese momento el diputado era puntero y por eso mismo estorbaba a los planes del gobernador. Y si el empeño de Torreblanca Galindo fracasó después del homicidio, fue porque se interpusieron Marcelo Ebrard y Ángel Aguirre a raíz de que éste resultó perdedor en la puja dentro del PRI. De no haber ocurrido así las cosas, es muy probable que Ríos Piter hubiera sido gobernador gracias al sacrificio de Chavarría. Todos estos hechos son de conocimiento público y no requieren de demostración alguna; en esta columna solamente ofrecemos las conclusiones obvias que esos hechos sugieren.
Si sólo figurara lo anterior en la biografía de Ríos Piter, sería suficiente para que el perredismo se hubiera activado tiempo atrás para impedir que un individuo con ese antecedente pretendiera ser gobernador. Pero hay mucho más, y todo describe a Ríos Piter como un político sin moral, oportunista, deshonesto y traicionero. He aquí algunos de esos datos que le disgusta que sean abordados públicamente:
–En las elecciones federales de 2009 ganó la diputación en el distrito tres de la Costa Grande en circunstancias sumamente extrañas, pues fue el único de los nueve candidatos del PRD que ganó. La tendencia previa era a favor del PRI en la totalidad de las nueve curules en disputa. Antes de que pasara un mes de esa victoria, se supo porqué Ríos Piter ganó mientras todos los demás candidatos perredistas perdieron, pactó con Rubén Figueroa Alcocer la derrota del PRI. Reveló la existencia de ese pacto Marco Antonio Leyva Mena, entonces dirigente estatal del PRI, quien narró que Ríos Piter acudió a solicitar el apoyo del ex gobernador priista. Sin duda ese pacto involucró a Zeferino Torreblanca. Repentinamente, a unos días de la elección, Figueroa Alcocer hizo votar al priismo de la Costa Grande por el candidato del PRD. Y no debe olvidarse, ahora menos que nunca, que en esa zona ejercía un control a sangre y fuego el ex alcalde de Petatlán, Rogaciano Alba Álvarez, reputado narcotraficante que en su papel legal de dirigente de la unión de ganaderos había creado nexos con Ríos Piter cuando éste era secretario de Desarrollo Rural de Zeferino Torreblanca. Alegar que esa relación era institucional, como Ríos Piter ha dicho, es lo mismo que dicen ahora todos los que eran amigos de Abarca. Rogaciano Alba era, además, protegido y miembro del grupo político de Figueroa Alcocer. A la luz de todas esas casualidades, ¿de veras no tuvo nada que ver el narcotraficante, ahora preso, en aquel extraño triunfo de Ríos Piter?
–Presuntuoso y sin escrúpulos, muerto Chavarría no hubo nada que no hubiera estado dispuesto a hacer Ríos Piter con la ayuda del gobernador Zeferino Torreblanca para quedarse con la candidatura del PRD, como no había tenido reparos para entrar en negociaciones turbias con Figueroa Alcocer. Sin que se supiera de dónde procedían los recursos que empleaba, pero que se sospecha surgieron del gobierno, Ríos Piter desplegó en los primeros meses de 2010 una intensa campaña de publicidad por todo el estado. Era ofensivo por sí mismo semejante derroche de recursos, pero lo que colmó la indignación fue la insolencia con que actuó Ríos Piter, quien públicamente decía desconocer el origen de esa publicidad, firmada por una Fundación “Territorio Jaguar”, con la cual aseguraba no tener ninguna relación. Pero esa fundación había sido creada en febrero de 2010 por la propia esposa y amigos de Ríos Piter, según documentó de manera irrefutable la agencia informativa Irza el 7 de mayo de aquel año. A partir de entonces, de tanto en tanto Ríos Piter ha sido denunciado formalmente, hasta por sus propios compañeros del PRD, por las costosas campañas de publicidad que pone en marcha.
–El engaño abierto y descarado es uno de los instrumentos empleados habitualmente por Ríos Piter para alcanzar sus fines. Esto último lo demuestra el hecho de que en noviembre de 2009 haya cargado a la Cámara de Diputados una factura por 185 mil 666 pesos, originada por el parto de su esposa en el Hospital Angeles del Pedregal, en la ciudad de México. Los diputados federales cuentan con el servicio del ISSSTE, donde serían tratados como reyes si recurrieran a esa institución, y también tienen un seguro de gastos médicos mayores, por el cual les reembolsan cualquier gasto médico. Pero los partos no están incluidos en los gastos mayores si la póliza del asegurado no tiene una antigüedad superior a un año, como era el caso. Ríos Piter, a pesar del espléndido sueldo de legislador federal, optó por internar a su esposa en el hospital privado más caro del país y hacer que la Cámara, es decir los contribuyentes, se hicieran cargo de un gasto que era particular, suyo, como lo es para el resto de los mortales.
–En agosto pasado, el ex jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, hizo público su repudio a la posibilidad de que Ríos Piter fuera candidato a gobernador por el PRD. En la ácida crítica que le dirigió, Ebrard dejó entrever que el retiro de su apoyo se debía a que Ríos Piter lo traicionó, después de que lo había respaldado hasta hacerlo en el 2011 coordinador de la fracción perredista en la Cámara de Diputados. Ebrard no es el único político traicionado por Ríos Piter. Ángel Aguirre y David Jiménez Rumbo dicen lo mismo. Importa esta característica de Ríos Piter porque muestra la ausencia total de escrúpulos y principios en su comportamiento público. ¿Quién puede confiar en él? Eso mismo explica porqué se ha refugiado en el respaldo del presidente Enrique Peña Nieto para obtener la candidatura del PRD.
Hace dos años, cuando Ríos Piter era candidato a senador escribimos aquí: “La ambición desmedida y la falta de ética de Ríos Piter son ofensivas en un estado que clama aunque sea por un poco de honradez en su clase política. Si todo lo anterior no fuera suficiente para suscitar una cavilación seria del electorado de izquierda, no sólo el del PRD, sobre los riesgos de hacer senador a un individuo de semejante catadura, piénsese además en la perspectiva que se ofrecería a Guerrero si Ríos Piter viera libre el camino al gobierno como es su finalidad. Un segundo Zeferino Torreblanca resultaría intolerable”. Ahora con mayor razón. ¿Un segundo Zeferino cuando el estado es despedazado por la corrupción, la inseguridad pública y la impunidad?

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