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En deuda los mexicanos con las víctimas de El Charco, dice el obispo Raúl Vera López

El obispo de Saltillo Raúl Vera ofició una misa y tomó protesta a comités de sobrevivientes y de viudas que darán seguimiento a la demanda presentada ante la CIDH para que investigue la masacre de 11 indígenas cometida por militares, que ayer cumplió 14 años, y que se haga justicia. También realizarán gestiones ante los gobiernos para lograr el desarrollo de las comunidades * Foto: Jesús Trigo

Zacarías Cervantes

El Charco/Ayutla

Desde Coahuila, el obispo Raúl Vera López, presidente de la Red Solidaria Década Contra la Impunidad, vino y dijo a los sobrevivientes y familiares de las víctimas de la masacre de los 11 indígenas, hace 14 años, así como a todos los indígenas ñu savi (mixtecos) y me’phaa (tlapanecos) de esta región, que “todos los mexicanos estamos en deuda con ustedes”, porque la sangre derramada aquí, fue por la justicia y la defensa de los derechos humanos.
El obispo llegó a esta comunidad ñu savi a las 2:30 de la tarde, acompañado por el director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, el sacerdote José Rosario Marroquín, para participar en la ceremonia luctuosa con motivo del 14 aniversario de la masacre cometida por militares, en este lugar.
Igualmente, asistieron dirigentes de diversas organizaciones sociales y representantes de organismos civiles de derechos humanos del estado, y unos 300 indígenas ñu savi y me phaa de este municipio quienes se concentraron, como todos los años, en la cancha techada de la escuela Caritino Maldonado Pérez, escenario de la masacre de la madrugada del 7 de junio de 1998, cuando efectivos del Ejército dispararon contra indígenas que se encontraban en esta primaria bilingüe, porque habían participado en una asamblea para buscar el desarrollo de las comunidades.
El clérigo fue recibido por los aproximadamente 300 indígenas, quienes lo encontraron en el camino y le colgaron cadenas de flores, mientras una banda de música de viento entonaba el corrido de Felipe Ángeles.
Vera López viajó ayer desde Coahuila para participar en su calidad de presidente de la Red Solidaria Década Contra la Impunidad para tomar la protesta al Comité de Sobrevivientes y al Comité de Viudas de El Charco, agrupaciones que en lo sucesivo no solamente se encargarán de organizar las ceremonias anuales con motivo de la masacre, sino para dar seguimiento a la demanda que por el caso la Red Solidaria presentó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Pero, además, según se informó durante la ceremonia de toma de protesta, también se encargarán de realizar las gestiones que sean necesarias ante los gobiernos estatal y federal para lograr el desarrollo social y económico en este lugar, en honor a los caídos, pues era lo que buscaban en la reunión a la que habían asistido el día en que fueron masacrados por los militares.
Pero antes, el obispo ofició una misa, en la que dijo que “recordando el cuerpo de Cristo y el sacrificó en la cruz por nosotros para hacernos parte de ese cuerpo, “hoy veneramos a quienes sufrieron la violencia, la impunidad y la violación a los derechos humanos, a la gente que padece el daño a su vida, a su seguridad”.
Vera López, oficio ante una cancha llena de indígenas, dirigentes sociales, y representantes de organismos de derechos humanos, entre ellos estaba el veterano luchador social, Pablo Sandoval Cruz; los sobrevivientes Erika Zamora Pardo y Efrén Cortés Chávez; el dirigente de la Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero (APPG), Nicolás Chávez Adame; el dirigente de la Organización Campesina Emiliano Zapata, Arturo Hernández Cardona; el abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Rogelio Téliz; el dirigente de los mineros en huelga de Taxco, Roberto Hernández Mojica.
También se encontraban los dirigentes de la Organización del Pueblo Indígena Me Phaa (OPIM), Obtilia Eugenio Manuel y Cuauhtémoc Ramírez, y el dirigente de la Organización de Pueblos Mixtecos, Arturo Campos Herrera.
En su emotiva homilía, que fue escuchada por los indígenas, a quienes les tradujeron en mixteco, el obispo Vera López dijo que “ustedes que han sufrido y siguen sufriendo los que pasó hace 14 años, yo les digo que no son los últimos ante Dios, son los primeros”.
Y agregó que venir a visitarlos, “es ver, es emprender que el don de Dios está juzgando a México, que el don de Dios, que son ustedes, busca a los políticos, a los que se encargan de hacer justicia en México, porque ustedes son esa parte de Dios que tenemos que cuidar”.
Añadió que por lo que han sufrido los indígenas de esta región, “le debemos muchas cosas, estamos en deuda con ustedes, todos los mexicanos, y por eso estamos aquí”.
Y en esas circunstancias les dijo que no les hizo ningún favor con venir hasta aquí, “tengo la obligación ante Dios de atender todo lo que les sucede a ustedes”, les dijo.
El presidente de la Red Solidaria Década Contra la Impunidad, agregó que todas las organizaciones y organismos de derechos humanos de México, “tenemos una obligación muy grande con ustedes porque ustedes son la parte donde debemos poner los ojos para que no haya más masacres, y no haya lugares como este en donde siga muriendo la gente de hambre, porque no tienen trabajo, o qué comer”.
Visiblemente emocionado, el clérigo llamó a las agrupaciones asistentes a que en este contexto defiendan a la gente más desprotegida de este país.
Y recordó una anécdota. Dijo que hace 8 o 9 años, “yo pude venerar el cuerpo de Cristo en un grupo de obreros que estaban sin trabajo desde dos años, y que estaban en huelga. Fueron a la catedral de Saltillo, y yo con el Santísimo, pase en medio de ellos, y les dije a la gente que estaba allí, señalando a los obreros: éste es el cuerpo de Cristo”.
Y añadió: “hoy vengo a venerar el cuerpo de cristo en ustedes, que desde hace 14 años siguen sufriendo las consecuencias de un país que está deshumanizado, para que se resuelvan las injusticias, y hoy vengo a ver el cuerpo de Cristo abandonado aquí en la tierra, y hoy recojo a nuestro señor, nos lo llevamos aquí, (tocándose el corazón), no solamente cuando celebro en la misa la hostia consagrada, sino que voy a ver a ustedes como veo a los obreros, a los niños, como en el norte allá en el norte en donde murieron quemados 49 niños”.
Dirigentes sociales e indígenas, con las cabezas inclinadas hasta tocar la barbilla en el pecho, escuchaban atentos. Vera López siguió: “hermanos, hoy ustedes son Cristo en la tierra, ustedes nos hacen entender que nosotros no podemos seguir tolerando que haya más masacrados o hermanas violadas. No tenemos cara para no trabajar en la defensa de la justicia y el amor en este país que se llama México”.
Vera López agregó que “la sangre de nuestros 11 hermanos derramada aquí, y con sus cuerpos sacrificados en El Charco, siguen siendo una siembra para la purificación del mundo, para crezca el amor en este país, que haya amor y no injusticia”.
También tuvo palabras para las indígenas de esta región violadas por el Ejército mexicano, Valentina Rosendo Cantú e Inés Fernández Ortega, de ellas dijo que con su lucha, “son fundadoras de la justicia, pues han llevado (su caso) más allá de los límites de la frontera de México, han dicho lo que este gobierno hace, y este gobierno ha tenido que pedir perdón, y reconocer lo que se hace aquí en México, eso es lo que significa la sangre derramada de Jesús, insistió.
Agregó: “estamos celebrando el compromiso de Jesús, para seguir trabajando para vencer la mentira, el odio, la violencia y la corrupción dentro de los gobiernos, y tantas cosas que hacen falta, como lo vivimos cerca aquí, donde se derramó la sangre de nuestros 11 hermanos, desde cuando venimos trabajando para que haya justicia en este país”.
Vera López expresó que “lo que hoy nos fortalece aquí, donde cayeron los 11 hermanos hace 14 años, es que se refuerza nuestro corazón, y la idea de que no podemos detener este trabajo por la justicia, la paz, y el amor”.
Manifestó que la muerte de “nuestros hermanos, viene del mal”, y que “hoy celebramos la vida, porque eso nos piden, pues se han transformado por la justicia, por la que ellos trabajaron, eso también hoy recogemos en esta eucaristía por el cuerpo y la sangre del señor”.

No se ha castigado a los
culpables del asesinato
de 14 indígenas

El retraso del obispo por más de dos horas (estaba prevista su llegada a las 12 y media del día), provocó que se modificara el orden del día, por lo que el mitin comenzó antes del arribo de Vera López.
Los dirigentes sociales denunciaron que a 14 años de la masacre no se ha hecho justicia a las víctimas y que el caso continúa en la impunidad, por lo que exigieron a las autoridades federales que lleven a los tribunales a los responsables materiales e intelectuales de la masacre de los 11 indígenas en esta localidad.
El sacerdote Javier Zuluaga, encargado de la iglesia de la Señora del Carmen ubicada en la comunidad de La Concordia, desde donde atiende desde hace 8 meses 30 comunidades de esta región, calificó la masacre hace 14 años como un acto de “irracionalidad, brutalidad y de torpeza humana”.
El clérigo hizo votos de fe, para que los familiares de las víctimas y los sobrevivientes encuentren el alivio, “vayan cerrando las heridas y fortaleciendo su alma”.
Agregó que ante la “mucha violencia”, que se vive en el estado y en el país hace votos por que las instituciones logren la paz y la tranquilidad.
El clérigo también leyó un “mensaje de fe” que envió a los habitantes de El Charco, la Comisión Diocesana de Marquelia en nombre de seis sacerdotes, así como religiosas y diocesanas de la región de la Costa Chica.
En él se dice que la sangre derramada por parte de los 11 indígenas en este lugar sigue clamando justicia y que “Dios es testigo de su largo caminar en busca de ella”.
También convocan en este escrito a los indígenas de este lugar a seguir siendo protagonistas de su cultura y costumbres que heredaron de sus mayores.
Por su parte el veterano luchador social, Pablo Sandoval Cruz denunció que la masacre que se cometió en este lugar fue impune y a mansalva en contra de gente que “no tenían otro delito que haberse reunido para acordar medidas para el desarrollo económico y social que les sigue negando el gobierno”.
Pero agregó que las víctimas no han muerto del todo, puesto que solamente se fue la materia y ellos siguen viviendo aquí en espíritu, en su conciencia y con sus ideales, “sieguen luchando entre nosotros”, dijo el veterano luchador social.
Pero también manifestó que “crímenes de Estado” como éste no se pueden perdonar y que la exigencia de justicia debe seguir hasta llegar a lograr el castigo a los responsables.
A su vez, Obtilia Eugenio Manuel presidenta de la OPIM, dijo que cada aniversario en este lugar estamos pidiendo lo mismo, “pero todavía no a habido justicia, debemos seguir luchando por ellos, que están entre nosotros”, dijo.
La dirigente de la OPIM añadió que ahora que fue presentada la demanda del caso ante la CIDH, espera que ahora sí se encuentre esa justicia, para que no quede como las masacres de Aguas Blancas o de Acateal.
Propusoa los asistentes que “no debemos callarnos, sino seguir luchando, cada vez que podamos debemos enfrentar al gobierno, no con armas sino con palabras, hasta que se nos haga justicia”, porque insistió que a 14 años de la masacre el caso sigue en la impunidad, pero que también los habitantes de esta comunidad no se les ha dado el apoyo que buscaban con la reunión en la que fueron masacrados.
Otro de los dirigentes, el de la Organización Campesina Emiliano Zapata, (OCEZ), Arturo Hernández Cardona, añadió que este masacre ha quedado impune, como el asesinato de los indígenas Raúl Lucas Lucía y Manuel Ponce Rosas, y la violación a las indígenas Inés Fernández Ortega e Valentina Rosendo Cantú.
Por su parte el dirigente de la APPG, Nicolás Chávez Adame, denunció que masacres como ésta son consecuencia de “gobiernos corruptos”, de todos los colores pues cometen estas masacres para seguir manteniendo sus cuotas de poder.
Al final de la ceremonia religiosa el obispo Vera López tomó la protesta a los integrantes del Comité de Sobrevivientes de El Charco, que preside Bernardo García Francisco y a los miembros del Comité de Viudas de El Charco, que encabeza Eustolia Castro Ramírez.
Ambos comités, además de encargarse de la organización de las ceremonias luctuosas en los próximos años, también dará seguimiento, junto con la Red Solidaria Década Contra la Impunidad y el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro, la demanda que fue presentada ante la CIDH.
También realizarán trabajo de gestoría para lograr el desarrollo económico y social en esta localidad, según se informó.

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