Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Abelardo Martín M.

No pasa nada

Como diría un médico de la alta resistencia de un paciente, el pueblo de Guerrero y los mexicanos tenemos un “muy alto umbral del dolor”, es decir que nuestra resistencia al infortunio es sorprendente.
Ya pueden ocurrir varios Ayotzinapas, como pasó ya con acontecimientos similares en distintos estados y momentos en el país (Chihuahua, Tamaulipas, Michoacán, Chiapas, Guerrero, por citar los más escandalosos), que la actitud es la de que aquí “no pasa nada”.
La mejor prueba es el optimismo con el que las autoridades ya celebran el hecho de que el llamado triángulo turístico guerrerense (Taxco-Acapulco-Ixtapa-Zihuatanejo) aseguran que tendrá una ocupación hotelera del 95 por ciento, aún cuando hasta ahora llega al 65 por ciento.
Estos hechos forman lo que los sicólogos y otros especialistas de la conducta han analizado y probado: la pérdida de la conciencia ante cierto tipo de enfermedades o conductas. Es decir, el paciente supera rápidamente la memoria del dolor y no tiene conciencia de la gravedad de sus conductas.
Lo acontecido en Guerrero, no nada más en Iguala con los normalistas de Ayotzinapa que es traumático sino la tensión social y la violencia imperante para algunos, es como estar sentado en un auténtico polvorín. Sin embargo, no hay conciencia de ello. El umbral del dolor es muy, muy alto y la actitud es la de aquel que después de una grave destrucción asegura que “no ha pasado nada”.
Los desafíos constantes a la autoridad y el rompimiento del orden por parte de individuos y grupos en distintos lugares del estado, aunque principalmente en la capital Chilpancingo, son un foco rojo permanente. Algunos analistas afirman que la situación de los estados de Guerrero, Michoacán y Oaxaca obligan no sólo a clasificarla como delicada, sino en “auténtica emergencia” que obligaría a medidas graves similares a un estado de sitio.
Sin embargo, precisamente el alto umbral del dolor hace que esas medidas necesarias o recomendables en otras partes del mundo aquí ni siquiera aparezcan en el manual, lo que hace prever que la situación se agravará por necesidad.
Ya los reportes periodísticos han dicho que, pese al alza de ejecuciones en Acapulco la Gendarmería Nacional prometió resultados en este sitio turístico, aseguró el encargado de esa corporación de Seguridad, Hipólito Carreño Avelino.
Luego de la presentación del Plan de Seguridad para Paseantes en Acapulco en la temporada vacacional de diciembre, el mando federal aseguró que el cuerpo policiaco permanecerá en este destino de playa.
“Sí tenemos estrategia, pero ya estamos trabajando en ello sobre esta mesa de coordinación con las autoridades para intercambio de información y dar en breve resultados para garantizar la estancia de las personas que vengan en esta temporada, en este periodo vacacional. “La Gendarmería no viene nada más por este periodo vacacional, venimos a trabajar a dar seguridad y confianza para que la gente siga llegando a Acapulco”, sostuvo Carreño Avelino.
Asimismo, detalló que los mil 150 gendarmes se encuentran distribuidos en al menos 80 colonias del puerto y zonas turísticas. Sin embargo, consideró que los polígonos de vigilancia podrían ampliarse en este municipio. En dos días –martes y miércoles de la semana pasada– se registraron 18 muertes violentas en Acapulco… Y se sigue contando.

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