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Liberen al cura y dejen las armas, pide a sicarios el obispo de Altamirano

* Maximino Martínez Miranda hace un llamado “a todos los que generan violencia” en la Tierra Caliente a que “emprendan el camino del diálogo y la paz”

* Todos los sacerdotes de la diócesis marcharán hoy para exigir  la libertad de su colega Gregorio López Gorostieta a quien se llevaron del seminario

 

Israel Flores

Ciudad Altamirano

El obispo de la diócesis de Altamirano, Maximino Martínez Miranda, hizo un llamado a que pare la violencia en Tierra Caliente y a que liberen al padre Gregorio López Gorostieta, desaparecido desde la madrugada del lunes, cuando personas armadas se metieron al seminario católico y se lo llevaron. En entrevista con el obispo, dijo que no considera que haya algún problema directo contra los sacerdotes, a pesar de los casos que se han dado en los últimos años, “porque nosotros nos dedicamos a servirle a la gente y a Dios, para predicar el evangelio, no hacemos algo más, nuestra labor es la redención de la persona”.
Hizo un llamado para que los responsables liberen al padre Gregorio, quien es maestro del seminario, y al mismo tiempo pidió por el perdón de los agresores.
Confirmó que hasta el momento no se puede hablar de un secuestro porque nadie está pidiendo dinero por su liberación, y que sólo se sabe que se lo llevaron y que no hay indicios de su paradero.
Dijo que el reporte que tiene es que se escucharon disparos y hubo reportes de ruidos en el seminario desde la madrugada del lunes, cuando desapareció el padre Gregorio López.
Dijo que “con motivo de la Navidad, es muy importante que nosotros manifestemos en la marcha que pedimos la paz para nuestro país, y que se haga a un lado todo este ambiente de violencia”.
La marcha será este miércoles a las 11 de la mañana partiendo de la glorieta de los Héroes a la catedral, donde se espera la presencia de todos los sacerdotes de la diócesis.
Acerca de las medidas de precaución que está recomendando el obispo a los sacerdotes, señaló que “sus vehículos todos vayan rotulados. Que no salgan muy noche por las carreteras. Que se cuiden mucho y den buen testimonio donde estén. Que no nieguen los servicios de la iglesia como el bautizo o el matrimonio, pues finalmente la gracia de Dios llegará si esas personas están con Dios, más allá de lo que haga el sacerdote”.
En un comunicado que leyó el obispo dijo que “la diócesis de Ciudad Altamirano ha sufrido mucho, nos duelen nuestros hermanos de Tlatlaya, de cada uno de los que han perdido la vida a consecuencia de esta crisis, nos duele la muerte de nuestros hermanos Habacuc y Asunción, presbíteros y pueblo de Dios nos unimos para pedir justicia y paz y el regreso con vida de nuestro hermano Gregorio López Gorostieta”.
“Basta ya, es el grito de todos los obispos de México y de esta diócesis. Basta ya de los que provocan iniquidad, corrupción, impunidad de complicidad y a la vez indiferencia que lo único que han hecho es provocar violencia, temor y desaparición”, dice el documento.
“A todos esos que generan violencia los exhorto a que se dejen tocar por nuestro salvador que es el príncipe de la paz en esta Navidad, allá donde se encuentran y depongan las armas para que emprendan el camino del diálogo y la paz”, expresó.
Hasta este martes se encontró el vehículo.
De acuerdo con un informe, cerca de las 11 de la mañana fue reportada una camioneta Nissan gris abandonada cerca de la Casa de la Cultura, que se ubica en la última calle de la ciudad, pegada al río, pero todavía en una zona muy habitada a tres cuadras de la plaza principal donde está la catedral.
El carro estaba cerrado completamente y sin huellas de sangre. Se estima que al sacerdote Gregorio López se lo llevaron en ese carro en la madrugada del lunes.
Un reporte falso movilizó a cuerpos policiacos a colonias de Altamirano.

Predicó a favor de la familia y lo amenazaron en la sierra

El obispo recordó que en la sierra de San Miguel Totolapan un sacerdote, del cual reservó el nombre, fue amenazado en el año, e incluso lo levantaron unas horas, por predicar a favor de la familia, y un grupo de sicarios confundió el mensaje y consideró que estaba hablando a favor de “la Familia Michoacana”.
Dijo que el caso finalmente se aclaró y no hubo mayor problema para que el sacerdote regresara a sus actividades pastorales.
El caso se dio en la sierra de san Miguel Totolapan cuando el responsable pastoral de área predicó a favor de la familia y sus valores, y de mantener unida a la familia como núcleo social, pero un grupo de sicarios le dijeron que “ahí no querían saber nada de los de la Familia”.
Lo amenazaron por considerar que su mensaje era a favor de “La Familia Michoacana”, pero una vez que se aclaró el tema y explicó que no se trataba de hablar de ningún grupo de la delincuencia sino de un núcleo social, fue liberado.
Por otra parte, en septiembre del 2009 fue asesinado el padre Habacuc, en Arcelia, cuando viajaba con otros dos jóvenes que estaban por ser seminaristas y que aparecieron muertos a balazos, en un hecho que movilizó a la iglesia a manifestarse.
En aquella ocasión el Episco-pado en un documento condenó “la violencia que está azotando a nuestro país” y exigió “a las autoridades correspondientes, de todos los niveles de gobierno, realicen una pronta investigación y encuentren a los responsables de este cobarde crimen”.
“Desde nuestra fe, manifestamos la certeza de que el padre Habacuc Hernández, responsable de vocaciones y los seminaristas Eduardo Oregón Benítez y Silvestre González, gozan ya en la presencia del Padre celestial”, añadía el documento.

El reciente homicidio del párroco de San Miguel Totolapan

En San Miguel Totolapan aún se mantiene el duelo por el homicidio de su párroco ocurrido en septiembre, cuando apareció con impactos de bala Ascensión Acuña Osorio, a quien luego echaron al río Balsas.
Recientemente instalaron al nuevo responsable de la parroquia en medio del temor de la misma iglesia ante la violencia que vive el municipio.
Ascensión Acuña era originario de Palmar Grande, estado de México. Su caso conmovió a la iglesia.
Asimismo, en febrero de este año un sacerdote que venía de oficiar una misa de la sierra de Ajuchitlán fue atacado a balazos en el camino cuando venían de una actividad pastoral. El sacerdote José Julián iba en su vehículo y ya regresaban de la parte alta.
Pasaban por San Antonio de los Libres cuando los quisieron parar a balazos, y al intentar huir salió lesionado el secretario del sacerdote, dNicolás Carrillo Vargas, de 24 años de edad. Recibió un impacto en el lado derecho que le atravesó el brazo, y se le incrustó en un pulmón. Posteriormente murió.

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