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El ataque y desaparición de normalistas “fue obra del Ejército y de la Policía Federal”: Arturo Miranda

Dice en un libro que publicará en enero que la intención fue afectar política y electoralmente a Aguirre Rivero, pero que Peña Nieto no midió las consecuencias. “Estaban coordinados” con el gobierno municipal, sostiene el académico y luchador social

 

Zacarías Cervantes

Chilpancingo

Antes de comenzar la entrevista, Arturo Miranda Ramírez advirtió al reportero, “lo que voy a hablar es un poco delicado, quizá haya cosas que ni te vas a atrever a publicar”. Después, sin más, soltó, “la masacre, agresión y desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa fue obra del Ejército y de la Policía Federal”.
El catedrático de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) investiga por su cuenta el ataque a los estudiantes de Ayotzinapa y la detención-desaparición de 43 en Iguala ocurrida la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre, para un libro que publicará a mediados de enero.
En su texto sostiene que la intención fue afectar política y electoralmente al gobernador, ahora con licencia, Ángel Aguirre Rivero, pero que el presidente Enrique Peña Nieto no midió las consecuencias  ni  pensó que habría una reacción nacional e internacional del tamaño que hay ahora.
“En mi libro digo que, tal pareciera que Peña Nieto y el gobierno federal, hablando coloquialmente escupió al cielo sin esperar que el escupitajo le cayera en la cara porque pensó que iban a encubrir los hechos y que al rato iba a quedar impune”, declaró el investigador y catedrático de la Unidad Académica de Ciencias de la Educación, y también ex integrante del grupo armado de Genaro Vázquez Rojas, la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR).
Entrevistado en su cubículo de la Unidad Académica donde labora, Miranda Ramírez agregó que por eso “vemos que hay una obstinación de encubrir a los verdaderos responsables de los hechos y generar un ambiente para que todo se vaya olvidando, y se les garantice impunidad”.
Aunque dijo que todo eso le está resultado contraproducente al gobierno federal porque se está generando un ambiente de mayor radicalización del movimiento que pide la presentación con vida de los 42 normalistas desaparecidos.
Agregó que la campaña  del gobierno federal para hacer creer que toda la “bronca” fue del presidente municipal de Iguala, José Luís Abarca, su mujer María de los Ángeles Pineda y los sicarios de Guerreros Unidos, “es la cosa más falsa, sin querer decir que ellos no tuvieron nada que ver, porque, finalmente, Aguirre Rivero también estaba interesado en golpear en cualquier circunstancia a los normalistas”.
Miranda Ramírez expresó que las primeras versiones de los hechos establecen que ni el Ejército ni la Policía Federal habían intervenido “pero la información que yo he recabado es que nunca estuvieron lejos de los hechos, a tal grado que amigos y compañeros míos de Iguala participaron en apoyo a los heridos para llevarlos a los hospitales y todavía presenciaron cuando los militares andaban quitándoles los celulares a los muchachos y al que se resistía lo agarraban a patadas”.
Aseguró que también tiene testimonios de que el Ejército tuvo detenidos en sus instalaciones a algunos de los estudiantes y que otros los retuvo el gobierno municipal, “estaban coordinados tanto el gobierno municipal como el Ejército y la Policía Federal”, sostuvo Miranda Ramírez.
El académico declaró que ha confirmado también la versión de que existía el plan del gobierno federal para eliminar a 17 normalitas, “fueran de la normal que fueran, porque se considera al sector más radical en contra de la política de Peña Nieto”.
Incluso dijo que este plan lo ha ratificado un militar a través de las redes sociales en las que ha escrito que él estuvo en Iguala “en donde se tuvo la oportunidad de eliminar no solamente a 17 sino a 43, entonces coincide con el análisis que fundamenta mi información de que ellos (los militares) son los responsables”.

Peña Nieto no midió las consecuencias

El ex integrante de la ACNR detalló que, en el mismo plan del gobierno federal está el aniquilamiento de líderes sociales que no se alinean al proyecto de gobierno que tiene el Presidente “y vemos en Guerrero cuantos dirigentes sociales han sido asesinados; Arturo Hernández, Rocío Mesino, Raymundo Velázquez, José Luís Olivares, por citar sólo algunos”.
El universitario manifestó que lo que se pretende, en el fondo, es “neutralizar a las organizaciones de masas que no se disciplinen al plan de gobierno de la  República”.
Pero en el caso de Iguala, para Arturo Miranda, el presidente Peña Nieto no midió las consecuencias, “ellos pensaron que sería como en la vieja época del PRI, que lo que el gobierno dijera esa sería la verdad y era indiscutible, pero hoy, con los grandes avances tecnológicos en el campo de la comunicación y la información, eso ya no lo pueden controlar y entonces esto trascendió a nivel mundial”.
Dijo que logró confirmar que  en el momento en que se estaba ametrallando a los estudiantes, el Ejército y la Policía Federal tenían cerradas todas las entradas y salidas de Iguala, “no se podía entrar ni salir, la gente de Iguala ni los que venían de México, de Taxco o de Tierra Caliente, no sabían lo que estaba pasando ni porqué estaba tomada la ciudad por los soldados y la Policía Federal”.
En este momento, Arturo Miranda añadió que es falsa la versión del procurador Jesús Murillo Karam de que fueron los policías municipales de Iguala y sicarios de Guerreros Unidos los que sacaron de la ciudad a los estudiantes.
Manifestó: “Si estaba rodeado Iguala, como hay constancia de que así fue, ¿cómo es que sacaron a 43 jóvenes sin que nadie los viera, cuando por cualquier ruta que hubieran querido sacarlos tenían que pasar por un retén del Ejército y la Policía Federal?, se preguntó el investigador
Su conclusión es que la única forma en que pudieron sacar de Iguala a los estudiantes de Ayotzinapa “es como me sacaron a mí cuando me desaparecieron en 1972; en vehículos del Ejercito”.
Recordó que en esa ocasión, cuando la Suprema Corte ordenó una revisión a las instalaciones militares de Iguala, los militares subieron en camiones oficiales a todos los presos políticos que tenían y los trasladaron a cuarteles de Veracruz, de Tlaxcala y de otros lugares, “de tal manera que, cuando llegaron a buscarnos (a Iguala) no encontraron nada y (los militares) hasta estuvieron dirigiendo el recorrido por donde se sospechaba que nos tenían”.
El universitario sostuvo que sólo el Ejército y la Policía Federal podían mover esa noche del 26 y madrugada del 27 a los 43 estudiantes, “porque no se podían revisar ellos mismos en los retenes, sólo ellos podían matar y sacar a cuanta gente quisieran sin dejar huella y hoy son los elementos del Ejercito los que saben dónde están esos desaparecidos, o si de verdad los incineraron sólo pudo ser en hornos crematorios controlados por el Ejército”.
Aseguró que le consta que existen esos hornos crematorios en instalaciones militares porque cuando estuvo detenido-desaparecido,  escuchaba que cuando alguno de los torturados se les moría, los jefes militares daban la orden: “quémenlo en el horno”.
Arturo Miranda explicó que si encontraron un hueso en Cocula que correspondía al del estudiante Alexander Mora Venancio, “yo quiero pensar que fue trasladado de algún horno crematorio del Ejercito para aparentar que ahí (en Cocula) murieron todos”.
Añadió que para fundamentar el libro que escribe ha consultado a investigadores, químicos biólogos y médicos, quienes le han dicho que para incinerar a una sola persona se necesitan arriba de mil 500 grados centígrados y que eso  solamente se logra en hornos crematorios.
Aseguró que le han dado argumentos científicos de que no se pudieron incinerar al aire libre 43 cuerpos, aún con todo lo que dice el procurador Murillo Karam que les hicieron, como echarles diésel, gasolina y llantas.
Arturo Miranda dijo que, de todo esto el batallón que está en Iguala, por acción  u omisión, “simplemente es responsable”, no sólo de la masacre del 26 y 27 de septiembre pasado, sino de todo lo que ha sucedido en el entorno de Iguala, “cuántas fosas comunes están apareciendo por todos lados, y cómo es que no se enteran los militares y la Policía Federal, cuando el estado prácticamente está en estado de sitio, por donde quiera hay cientos de militares, tanto los que vemos como los que no vemos porque andan encubiertos en la inteligencia militar y en el Cisen”.
Arturo Miranda manifestó, además, que todos los detenidos por el caso Iguala se encuentran bajo altas medidas de seguridad, no para evitar que se escapen, sino para evitar que hablen a los medios de comunicación y así no se conozca la verdad, “para que la sociedad conozca sólo la versión de ellos, la de la Procuraduría, que es la versión del gobierno”.
?Si se trató de un plan urdido por el gobierno federal, ¿cómo se explica que ahora el más afectado políticamente es el presidente Peña Nieto por la reacción internacional??, cuestionó el reportero.
?No pensaron que iba a trascender tanto, incluso en la primera y segunda semana  decían que ese no era asunto suyo y lo minimizaban, a pesar de que reconocían que era un asunto de delincuencia organizada, y esa también era su tarea.
“Pero en este momento hasta el papa de Roma ya les dijo que se investigue y es porque la imagen no es tan agradable”.
Sin embargo, añadió que cada vez hay más elementos científicos para sostener que fue un crimen de Estado, un crimen del gobierno federal, “y es así que ha metido en crisis prácticamente a todos los partidos a nivel nacional, particularmente el PRD. No querían oposición en Guerrero y ya lo lograron, pero tienen un problema y ni ellos han logrado entender qué podría devenir de todo esto”.
El investigador universitario advirtió que para llevar adelante su plan de acción falta más represión del gobierno federal, “pues ahora sale que los compañeros de Tlachinollan son del ERPI, cuántas cosas están inventando para justificar la represión”.
Al respecto, alertó que algunos grupos alentados por el mismo gobierno federal están infiltrando el movimiento que demanda la presentación con vida de los 42 estudiantes para realizar acciones violentas que vayan creando una opinión contraria a la lucha entre la población, y se justifique la represión.
Recordó que en el tiempo de Genaro Vázquez y de Lucio Cabañas tuvo lugar una política represiva similar a la actual y que a la juventud de entonces no le quedó otro recurso que irse la guerrilla, porque  les estaban cerrando todas las vías constitucionales.
Y en ese sentido dijo que “yo quisiera que ahora no fuera la misma conclusión a la que llegara la juventud, porque después de todo, a ningún ser, hombre o mujer, le gusta rifarse la vida cuando no es necesario rifarse la vida”. Citó a un filósofo que decía que “es un crimen hacer la guerra cuando no es necesaria, pero también es un crimen no hacer la guerra cuando es necesaria”.

Recuperar Guerrero para el PRI era el objetivo

Para Miranda Ramírez, desde que Ángel Aguirre “se apropió” del PRD firmó su sentencia de muerte política, en razón de que con sus aliados, Los Chuchos, prácticamente tenía subordinados a todas las tribus para las próximas elecciones. Eso implicaba que en las próximas elecciones, el PRD, con Aguirre enfrente, iba a tener muchas posibilidades de ganar en los lugares que quisiera.
Sin embargo, añadió que hoy, después de los hechos de violencia de Iguala, “si haces una encuesta en la población no vas a encontrar a alguien con intención de votar por el PRD, porque han caído en la trampa del gobierno federal y el PRI para limpiar el territorio llamado Guerrero, y en las próximas elecciones el PRI llegue por la puerta grande a arrasar”.
Miranda observó que esas posibilidades no las tenían antes de los hechos de violencia en Iguala, “pero hoy, hay toda una fuerza opositora del PRI en Guerrero para las próximas elecciones. Hoy, si al perro lanzan de candidato, ese va a ganar por el PRI en donde sea”.
Al respecto, el académico manifestó que es una lástima que la sangre de los  muchachos de Ayotzinapa sea el costo del retorno del PRI al control del estado de Guerrero, “sólo porque el gobierno de Peña Nieto requiere del control de todo el país para la aplicación de sus reformas anti-pueblo que está poniendo en marcha”.
Dijo que, ahora el presidente Peña Nieto sabe que viene un Guerrero sin oposición para la  aplicación de sus reformas, y su proyecto va si tiene  el control de un gobierno afín a su partido, “pésele a quien le pese, sus reformas constitucionales van, aunque sean de lo más reaccionarias, retardatarias y contrarias al interés social”.

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