Toman normalistas las casetas de La Venta y Palo Blanco en apoyo a los padres de Ayotzinapa

El dinero que recauden se usará para nuevas movilizaciones por la presentación de los estudiantes desaparecidos, informan

Alina Navarrete Fernández y Carlos Moreno A.

Chilpancingo y Acapulco

Para continuar la recaudación de fondos para las familias de los 42 estudiantes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa detenidos-desaparecidos, maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG) tomaron la caseta de Palo Blanco durante 5 horas.
Mientras tanto en Acapulco unos 150 normalistas del Frente Unido de Normales Públicas del Estado de Guerrero (FUNPEG) tomaron la caseta de La Venta 2 horas y pidieron una cooperación de 20 pesos para recaudar dinero y continuar las movilizaciones en exigencia de la presentación con vida de los estudiantes desaparecidos desde el 26 y 27 de septiembre en Iguala.
En Acapulco la toma de la caseta comenzó a las 2 de la tarde, los casi 150 normalistas que acudieron iban con el rostro cubierto con playeras y bufandas, llegaron a bordo de cinco autobuses Estrella de Oro y uno de ellos continuó hacia Acapulco mientras que cuatro quedaron estacionados a un costado de la vía.
Según los normalistas no hubo ningún tipo de agresión. Realizaron pintas en las bardas en los módulos de cobranza, y paredes de las oficinas donde se leía “UPN Chilpancingo, el llanto de los padres de los desaparecidos retumbará en el eco amargo de la sublevación”, “Las veces que lo borren, las veces que lo volveremos a pintar, nos faltan 43”, “La autoridad y la puta delincuencia son hermanas” y “Le apostaron al desgaste y les tocó perder”.
Los jóvenes pidieron una cooperación de 20 pesos a los automovilistas a los que les enseñaban una hoja blanca con la leyenda “Cuota $20”, mientras que en los módulos de la caseta había letreros que decía “25 pesos cuota”, es decir, cobraron 5 pesos menos que la tarifa común.
Uno de los integrantes del Funpeg informó que el cobro cuota en la caseta es para continuar en la lucha de la exigencia de los 42 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa “para nosotros no hubo Navidad, no hay fiesta de Año Nuevo, para nosotros es una lucha constante y de respaldo a los padres”.
El normalista precisó que el dinero recolectado “es para nuestros gastos, viáticos, alimentación de nuestras bases, son nueve normales, pero en este momento los de Ayotzinapa no están porque ellos están en la búsqueda, pero estamos ocho normales ahorita presentes con este boteo”.
Indicó que el dinero también es por que ellos se movilizan a las marchas y acompañan a los padres de familia de los 42 jóvenes desaparecidos, y porque están en Chilpancingo y Tixtla en campamentos “no descansaremos hasta encontrar a los compañeros y es por eso que queremos mostrar la presencia de las normales en el estado”.
El integrante del Funpeg dijo que las ocho normales que participaron en esta toma provenían de Arcelia, Acapulco, Teloloapan, Chilpancingo, Tlapa e Iguala.
Informó que este tipo de actividades ya no se hace tan frecuentemente, “queremos hacer una toma de caseta bien para no estar molestando a la gente seguido, aunque sabemos que no es molestia porque no es bloqueo, simplemente tomamos la caseta, el dinero que el gobierno muchas veces se queda para corromper y sus malos manejos y nosotros lo aprovechamos en nuestra lucha social”.
Los normalistas se retiraron a las 4 de la tarde en los autobuses en que llegaron.
Según trabajadores de Caminos y Puentes Federales (Capufe) de miércoles a viernes hubo un ingreso de 10 mil vehículos por cada día, mientras que ayer hubo 8 mil 567 hacia el puerto con un estimado de 45 automóviles por minuto.
En tanto que en Chilpancingo en la caseta de Palo Blanco la actividad estuvo a cargo de una comisión de 60 maestros de la sección Costa Chica, hombres y mujeres, la mayoría tenían el rostro cubierto con pañuelos, playeras o pasamontañas, especialmente quienes tenían contacto directo con los conductores para pedirles una cooperación de 30 pesos por vehículo.
Los maestros permanecieron en la caseta de Palo Blanco desde las 9:30 de la mañana hasta las 2:30 de la tarde, durante su estadía para recaudar fondos para las familias de los normalistas desaparecidos y para compensar los gastos de traslado a diferentes partes del estado y del país.
En esta ocasión se permitió el paso de todos los vehículos, incluso de patrullas de la Policía Federal y Estatal que en otras ocasiones han regresado.
Un representante de la sección Costa Chica expuso que las movilizaciones eran por “un problema de Estado, el gobierno federal sabe muy bien dónde se encuentran estos jóvenes por eso le exigimos al presidente Enrique Peña Nieto, de una manera emergente, que presente a los jóvenes con vida, como guerrerenses y mexicanos no podemos permitir que esto quede impune”.
Señaló que la CETEG tiene conocimiento del asesinato del sacerdote de Ciudad Altamirano, Gregorio López Gorostieta, y añadió “reprobamos este hecho porque no podemos permitir que este gobierno vinculado con el narcotráfico esté golpeando a los campesinos, a los obreros, a los maestros, a todo tipo de habitantes que viven en este país”.
Se le preguntó de una posible ruptura entre las secciones de la CETEG debido a que durante el XII congreso ordinario nacional de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) del 19 al 21 de diciembre en el auditorio Sentimientos de la Nación de Chilpancingo no participaron las secciones Centro, Acapulco, Norte y Costa Grande. Además trascendió que había molestia debido a una comisión de la Montaña había establecido mesas de trabajo con la Secretaría de Gobernación sin el consentimiento de la Asamblea Nacional Popular.
El representante de la sección Costa Chica dijo que los miembros de la CETEG “siempre le hemos apostado al diálogo, sí hubo por ahí un descontento pero salimos unificados nuevamente del congreso, no hay ruptura entre nosotros y vamos adelante juntos en la lucha”.
Explicó que una comisión de la Montaña, había asistido a la Secretaría de Gobernación a exigir respuesta al pliego petitorio que se entregó al gobierno estatal y federal como pueblos originarios pero no tienen una respuesta.