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No ha habido rigor en la rendición de cuentas del Conaculta, acusa senador del PRD

Jorge Ricardo / Agencia Reforma

Ciudad de México

Que la inversión en cultura es importante, es un tema ya confirmado. Que esa inversión debe ser transparente, es algo que falta por garantizar. Eso opinó el senador perredista Zoé Robledo, quien desde septiembre está a la espera de que el Conaculta informe sobre el encarecimiento de tres obras.
“Esta información debería de estar muy a la mano. No es algo que requiera escarbar o hacer arqueología documentaria”, dijo en entrevista.
Presidente de la Comisión de Bibliotecas y Asuntos Editoriales, Robledo fue uno de los tres senadores que se sumaron al PRI para pedirle al Conaculta un informe sobre la remodelación de los Estudios Churubusco y la Cineteca, y la construcción del Centro Cultural Elena Garro.
Las obras fueron dejadas inconclusas por Consuelo Sáizar, anterior presidenta del Consejo, pese a que había anunciado que estarían en 2012. Fue precisamente ese año cuando comenzó una danza de cifras por la que el Senado pidió una explicación.
En 2010, el costo anunciado de la remodelación de los Estudios Churubusco era 247 millones de pesos, aunque para septiembre de 2012 no había concluido. En 2013, ya con Rafael Tovar y de Teresa al frente del Conaculta, se asignaron 60 millones de pesos más y otros 30 en 2014, y las obras siguen en proceso.
En el caso de la Cineteca, las obras originalmente calculadas en 378 millones subieron a 540 millones y luego a 700. Su conclusión total aún es un pendiente.
Del Centro Elena Garro, el punto de acuerdo que aprobó el Senado no menciona su costo, aunque de 100 millones iniciales va en 187 millones.
Robledo citó en la entrevista otras deficiencias, como el hecho de haber sido diseñado para tener 900 visitantes diarios y sólo recibir 64.
No ha habido rigor en la rendición de cuentas, según el senador.
“Muchas veces se ve al tema cultural como un espacio que nadie revisa, porque se piensa que quienes están ahí lo hacen por buena voluntad, y yo creo que hay gente comprometida, pero también creo que se han cometido excesos inadmisibles”.
No sólo sucede en los grandes proyectos. Recordó las acusaciones de moches en los etiquetados que cada año hacen los diputados para proyectos culturales. “Yo no creo que el tema cultural pueda ser una isla de opacidad”, afirmó: “Aunque sea muy culto, un funcionario no es ajeno a las tentaciones de la corrupción”.
El Conaculta informó a Reforma que ya había respondido a la presidente de la Comisión de Cultura del Senado, Blanca Alcalá, pero en la oficina de la senadora dijeron que aún no habían recibido el informe.

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