Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

“En las noticias uno escucha que no hay turismo, pero sí hay mucha gente”, dicen visitantes de Acapulco

*Llenan vacacionistas las playas Tamarindos y Suave

Mariana Labastida

Con menos gente que el sábado, pero con todas las sombrillas y toldos con sus sillas llenas estuvieron ayer las playas Tamarindos y Suave, a donde llegaron familias residentes y turistas a disfrutar del día.
La mayoría de las familias llegaron a la playa con comida y bebidas y fueron los menos los que compraron alimentos en los restaurantes o negocios locales.
El bullicio en la playa Tamarindos lo hacen los niños que corren y gritan al subirse a los inflables que colocó el gobierno del estado, mismos que dos días estarán fuera de funcionamiento porque se requiere el espacio para instalar el escenario donde estará la Orquesta Infantil de Renacimiento que acompañará a la cantante Regina Orozco el martes, en el concierto programado por la Secretaría de Cultura.
La música se mezcla con el sonido de las olas y de quienes chapotean en las aguas de la bahía de Santa Lucía.
Una ballena surca las olas en forma de inflable que no logran colocar bien para subir al menor que la agarra de una aleta.
Los niños juegan en la orilla, a la vista de sus padres; algunos van y vienen con las olas, otros van con cubetitas de plástico por agua para llenar el hoyo que hicieron en la arena para tener un chapoteadero donde meterse.
Los trabajadores de la Promotora de Playas afirmaron que el sábado no se daban abasto ante la llegada de gente por el espectáculo de los aviones, pues pedía un espacio en la playa para poder apreciar las acrobacias en el cielo.
“Ayer todo mundo llegó pidiendo una silla, estuvo llenísimo, hoy está bien, hay gente”, dijo uno de los empleados –que no quiso dar su nombre–, mientras recogía las sillas de una familia que se acaba de ir. Son las 4 de la tarde y empezarán a levantar el mobiliario que sea desocupado pues la renta es hasta las 6 de la tarde.
Los García son una de las familias que salieron el domingo para bañarse en el mar de Acapulco. Aprovecharon la visita de familiares de Chihuahua para ir a la playa.
Los 21 integrantes de la familia se movieron del poblado de San Isidro a la playa Suave, aunque tenían más cerca Pie de la Cuesta. “Es que allá no se puede meter uno a bañar, aquí sí nos podemos bañar”, explicó una de las mujeres mientras comía ceviche.
Ellos llevaron a la playa una olla con ceviche que preparó uno de los integrantes de la familia, lo cual fue un trabajo colectivo porque varias de las mujeres dijeron haber ayudado a picar los ingredientes.
También traían pescadillas para acompañar el ceviche, salsa en un bote de plástico de esos de tres litros, por arriba de la mitad. Galletas saladas para el coctel y bebidas para estar todo el día.
“Llegamos como a las 11 y vamos a estar hasta que termine el espectáculo”, dijo uno de los hombres, quien mencionó que les informaron por la tarde-noche habría una tocada de DJ’s, así que tenían planeado regresar a San Isidro después de que terminara la música.
Aunque lo que se preparaba en la playa era la escenografía del escenario del concierto de Regina Orozco.
El mismo turista confesó que habían decidido ir a la playa Suave porque pensaron que estaría vacío, “pero está llenisímo, eso es bueno, pero en las noticias uno escucha que dicen que no hay turismo, que las playas están vacías y uno llega y no es cierto, sí hay mucha gente”.
La familia García rentó un toldo con tres mesas y les cobraron unas sillas extras de las que van incluidas con el precio inicial, y para estar a gusto lo pagaron.
A las 5 de la tarde la mayoría estaba bajo del toldo cubriéndose del sol; una de las mujeres se encargaba de servir los platos con ceviche que estaban degustando. Otros, principalmente los niños, seguían en el mar jugando con las olas.
Los Meléndez viene de vacaciones y pasarán el fin de año en Acapulco. Ellos llegaron el sábado. “No sabíamos que había espectáculo de aviones pero nos gustó”, dijo Angélica.
Ellos solo son seis, el matrimonio y sus dos hijos, con sus respectivas parejas y dos nietos pequeños. A la playa también llegaron con alimentos y bebidas. “Compramos cosas como papas y refrescos porque aquí suben de precio, compramos para comer lo que nos ofrecieron aquí y así el gasto es menos” explicó Iván, el esposo.
Él juega en la arena con uno de sus nietos que junta un montón con su cubeta para intentar hacer una torre; el otro niño está en la orilla del mar con su papá. Estarán en Acapulco hasta el domingo y programaron sus vacaciones para pasar una semana en el puerto.

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