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La cultura en Guerrero en 2014: el fin de la reconstrucción del tejido social

*Tras casi dos años desde que se firmó el decreto para convertir al Instituto Guerrerense de Cultura en Secretaría, funciona como tal sólo en el papel

(Primera de tres partes)

Óscar Ricardo Muñoz Cano

El año que termina evidenció que el discurso sobre la cultura como eje central en las políticas para la reconstrucción del tejido social en Guerrero, del entonces gobernador Ángel Aguirre Rivero, fue solamente eso, un discurso.
La violenta realidad halló en el asesinato de seis personas y la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa el grado máximo de barbarie que demostró que la política cultural poco o casi nada podía hacer ante la creciente ola de violencia en la entidad cuyos autores encontraron en el ámbito político el parapeto deseado para mantenerse impunes.
El discurso gobiernista de la recuperación del tejido social dio paso a la administración del quejido social.
A pesar de que en 2012 se decretara la creación de una Secretaría de Cultura (Secultura) para sustituir al otrora Instituto Guerrerense y que para 2013 y 2014 se le asignara un presupuesto superior a los 70 millones, las constantes fueron retrasos en la asignación de recursos y la realización de actos muy publicitados pero de poco impacto social, en su mayoría de animación, que se coronaron con el impulso de las Caravanas Culturales, actos que encabezarían cantantes y grupos musicales de renombre en las siete regiones de la entidad.
Del mismo modo, situaciones como la de la Orquesta Filarmónica de Acapulco que se quedó sin sede por un problema legal entre los concesionarios del Centro de Convenciones y el gobierno del estado o los problemas para pagar estímulos a creadores, adeudos a colaboradores y proveedores, afectaron la imagen de la Secultura.
Por otra parte, y mientras hay municipios que sólo tienen titulares de Cultura de membrete, por la falta de un verdadero interés por invertir en la cultura, en Acapulco se contó con un presupuesto superior a los 14 millones de pesos para desarrollar diversas actividades a lo largo del año, entre ellas, la creación de la Escuela de Iniciación Artística, el Estudio Teatral Acapulco y, con respaldo de programas federales, la recuperación de espacios para convertirlos en centros culturales en los polígonos más peligrosos de Acapulco.
No obstante, muchos de estos proyectos corren el riesgo de perderse con el próximo cambio de administración, pues la mayoría no cuentan con soporte legal que les permita operar de manera regular a pesar del cambio de gobierno, con lo que todo el trabajo que se ha realizado se perdería.
A la par de lo anterior, el año también ofreció la posibilidad de que los artistas se agruparan de manera independiente en las instituciones y ofrecieran actividades que fueron desde conciertos musicales hasta exposiciones artísticas; Taxco Real, Marea Negra, o el Laboratorio de Artes Demina, algunos de ellos.
Mención aparte merece el caso Ayotzinapa; la desaparición de 43 jóvenes normalistas a finales de septiembre de 2014 evidenció a la comunidad cultural del estado, la cual tardó en reaccionar ante los acontecimientos y de la mano de los llamados creadores emergentes.

Histórico, pero “nunca es suficiente”, el presupuesto para Cultura: Martínez Núñez

A finales de diciembre de 2013, así declaraba a El Sur el secretario de Cultura de Guerrero, Arturo Martínez Núñez, luego de que días antes el Congreso del estado aprobara el Presupuesto de Egresos de la entidad y se asignaran más de 78 millones de pesos al rubro de cultura para 2014.
“A eso hay que sumarle las transferencias federales que Conaculta (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes) asigna de manera directa a los estados”, que para 2014 ascenderían, dijo el 26 de diciembre de 2013, por el orden de los 32 millones de pesos, dando como resultado un presupuesto superior a los 100 millones de pesos.
Lo anterior, representaba en el papel un gran salto presupuestal, pues aun siendo Instituto Guerrerense de la Cultura en 2010 se asignaron cerca de 11 millones de pesos, en 2011 medio millón más, en 2012 se redujo drásticamente y quedó en 8 millones y para 2013 subió el monto a 8 millones 600 mil pesos.
Lo anterior, sin contar con las ampliaciones presupuestales o las participaciones federales que se reparten a todos los institutos o secretarías de manera equitativa pero variante cada año.
Al paso del tiempo la realidad fue otra y el propio Martínez Núñez lo aceptó.
“(Hay que) recordar que … la Secretaría de Cultura de manera enunciativa tenía 78 millones de pesos, de los cuales, salvo sueldos y gastos y otras cosas, nosotros de inversión estatal directa no recibimos más que para la Feria de la Plata, Jornadas Alarconianas, Semana Altamiranista y una o dos partidas más; no recibimos nosotros los millones, tal cual”.
En conversación sostenida el martes 9 de diciembre de este 2014, el funcionario reveló que por esa falta de presupuesto en la práctica se tuvo que negociar muchas veces con la Secretaría de Finanzas del gobierno anterior. “La secretaría (de Cultura) nunca tuvo uso, por lo menos en mi mando, de esos 78 millones, a nosotros nos dieron lo que fue la inversión estatal directa… Todo lo demás fue peregrinar en Finanzas…”, dijo.
Lo anterior justificaría, por ejemplo, que a principios de diciembre de 2013 (El Sur, 6 de diciembre, 2013) se diera a conocer el cierre “temporal” de los Paralibros por la falta de recursos, y del mismo modo y por la misma causa se suspendiera la quinta temporada del Festival Rock al Mar.
Para esa fecha, además aún se debía el monto de los premios María Luisa Ocampo de poesía y cuento, así como el Ignacio Manuel Altamirano de poesía y novela de ese 2013.
Apenas el 10 de enero de 2014 también se daba a conocer entre otras cosas, y con base en fuentes de la Secretaría de Finanzas, que la dependencia aún tenía problemas contables del año 2011, de cuando aún era Instituto Guerrerense de la Cultura y su directora era Alejandra Frausto Guerrero, quien ahora se desempeña como directora general de Culturas Populares del Conaculta y que muchos de estos problemas se estaban resolviendo con simples actas circunstanciadas, esto es, sin soporte fiscal.
Así, en medio de estas dificultades y sin dar a conocer los problemas de los que adolecía ni tampoco una agenda previa de actividades claras a los medios inició el 2014 para la Secultura.

La Orquesta Filarmónica de Acapulco

El 21 de enero en conferencia de prensa Martínez Núñez informaba que la Orquesta Filarmónica de Acapulco (OFA) dejaría de depender de la Secretaría de Educación Guerrero y pasaría a la dependencia que él dirige.
Ésta será la primera temporada de la OFA “donde habrá plena coordinación con la recién creada Secretaría de Cultura, lo cual nos llena de gusto”, puesto que anteriormente la Filarmónica dependía de la Secretaría de Educación del estado, dijo.
Lamentablemente, tras un arranque de temporada prometedor el 31 de enero y de una segunda presentación también exitosa del violinista Adrián Justus en abril, sin más, se anunció que la OFA dejaría las instalaciones del Teatro Juan Ruiz de Alarcón por diversos problemas entre la administración del recinto y el gobierno del estado, lo que ocasionó que la orquesta se presentara en lugares como Sinfonía del Mar (donde celebró su XV aniversario) y el Parque Papagayo, donde incluso se anunció una protesta de apoyo convocada en las redes sociales pero que fue desactivada por la propia orquesta.
Luego de varias negociaciones, a partir del siguiente concierto, en junio, la OFA se instaló en el Salón Atlantes, del Hotel Fairmont Princess Acapulco.
A partir de entonces, los siguientes conciertos de la temporada se realizaron ahí hasta que la primera quincena de agosto la OFA se instaló en el Foro Mundo Imperial y su futuro es aún incierto.

Jornadas Alarconianas

Con un cambio en la dirección (Iris García en lugar de Natalia Placencia), las XXVII Jornadas Alarconianas se mostraron como una de entre las más sencillas de los últimos años; con un presupuesto cercano a los 3 millones de pesos, según declaración del director de festivales de la Secultura, Gustavo Galeana, no se pudo traer nuevamente, la cátedra extraordinaria Ingmar Bergman UNAM en cine y teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México, ni repetir que al menos parte de la Compañía Nacional de Teatro acudiera a Taxco entre el 23 y 31 de mayo, donde además se honró al actor Ignacio López Tarso.
El programa, en su mayoría, se compuso de unas 30 puestas en escena y alrededor de 60 actividades de agrupaciones independientes del interior del país como Puebla, Guadalajara o Estado de México, así como presentaciones de compañías de artes escénicas locales, que se complementaron con actividades de programas ya establecidos por la propia Secultura, como Leo, luego existo, en colaboración del Instituto Nacional de Bellas Artes con la presencia de la actriz Arlette Pacheco.

Pacmyc y PECDAG; actividades varias, problemas diversos

Durante el año, también se presentaron decenas de exposiciones de artistas guerrerenses como la fotógrafa Melba Arellano o el artista gráfico Aníbal Catalán en lugares como Acapulco o Taxco, así como también se realizaron actividades como Cine sillita, La isla bonita, Escritores en verano, Literatura en voz de sus autores, pero al mismo tiempo se suspendieron o atrasaron otros como los festivales Domingos en clave de sol, de jazz, que inició hasta mediados de año al igual que Rock al mar, o el programa editorial de la Secultura, mismo que se dictaminó en 2013 y es la fecha en que no hay publicaciones y mucho menos convocatoria para lo correspondiente de 2014.
Caso especial, el del coreógrafo Serafín Aponte quien a principios de año denunció la cancelación por parte de la Secultura del Diplomado de Danza que él mismo impartía (El Sur, 13 de mayo 2014) por, según le dijeron, falta de presupuesto.
A lo anterior se sumaron las diversas denuncias también por falta de pago ya sea por parte de exempleados, creadores artísticos o proveedores, al igual que en el caso de los estímulos a creadores.
Ya sea el Pacmyc o el PECDAG, en ambos casos no sólo se retrasó el lanzamiento de sus convocatorias, sino que además hubo atrasos en sus ministraciones hasta de un ejercicio anterior.
En este caso, fue el Pacmyc (Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias) y el 6 de marzo el jefe de la Unidad Regional Guerrero, Gerardo Guerrero Gómez, declaraba a El Sur: “nos falta complementar el techo financiero; yo creo que esta semana se hace el depósito total y dentro de unos ocho días tendremos, o 15 a más tardar, porque tenemos que hacer un proceso para dar a conocer las propuestas que van a recibir el recurso…”. Esto, en referencia al programa de 2013 y nada se dijo del año en curso. Del mismo modo declararía el encargado del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico de Guerrero (PECDAG) Juan Carranza, respecto al programa de este año; no se cuenta con los recursos necesarios para sacar la convocatoria correspondiente, aceptaría el funcionario para luego agregar que el gobierno de Guerrero no depositaba el dinero que le corresponde, al tiempo que el Conaculta no había hecho lo propio con su parte (El Sur, edición 5 de diciembre, 2013).

Las de cal por las de arena

Los problemas en la Secultura no impidieron que la dependencia colaborara con el homenaje nacional a Octavio Paz o Efrén Hernández ni tampoco que coadyudara con la creación del diplomado sobre la vida y obra de José Revueltas que trajo entre sus invitados a gente como Elena Poniatowska.
Así también, no impidió de alguna manera el trabajo de los coros y escuelas del sistema Renacimiento que dirige el músico Amilcar Montero y que a la fecha, y por no tener sede propia, trabajan hacinados en la Fábrica de Artes y Oficios (Faro) Zapata.
Tampoco impidió la realización de los tradicionales concursos literarios destacando el premio estatal de cuento y poesía María Luisa Ocampo y que ganara a finales de octubre el primo y el esposo de la directora de Enseñanza, Investigación y Patrimonio Cultural (aunque trascendió que ostenta ya el cargo de subdirectora de Cultura), Ciltali Guerrero Morales, respectivamente.
Del mismo modo, en los XXXI Juegos Florales Nacionales de la Plata, donde la Secultura premió un trabajo de autoría del poeta guerrerense Manuel S. Leyva Martínez, no cumplió con los requisitos para participar en ese certamen literario, pues no satisface el punto que precisa que los trabajos concursantes deberían ser inéditos (El Sur, 2 de diciembre, 2014).

Caravanas por la paz

A raíz de la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa y las posteriores protestas,  el gobierno ahora encabezado por Rogelio Ortega decidió la creación de una serie de caravanas que llevaran cultura, animación y algunos servicios en el estado, con el objetivo de “fomentar en espacios públicos la reflexión y el diálogo sobre las problemáticas sociales y las alternativas de solución a través del arte y la cultura”.
En términos generales, las caravanas ofrecieron durante casi dos meses (entre noviembre y diciembre) jornadas médicas y pláticas para jóvenes con el respaldo en principio del DIF estatal, Salud, Sejuve, Semujer y la UAG, así como diversos talleres artísticos a cargo de escritores, artistas plásticos y actores (tanto locales como foráneos), culminando cada una con la actuación de cantantes y grupos musicales de gran talla como Luis Eduardo Aute, Regina Orozco, Celso Piña o Reyli Barba.
A dichas caravanas denominadas Por la paz acudieron cientos de personas siendo la más concurrida la realizada en Costa Chica entre el 13 y el 15 de diciembre.
Diversos creadores señalaron la poca penetración de las actividades de las caravanas para con la población, o el favoritismo de los creadores involucrados.
Para Serafín Aponte, las caravanas “son una buena iniciativa, pero yo creo que en este momento la herida está abierta y realmente serán un paliativo solamente puesto que hay problemas de fondo que hay que resolver antes…” (El Sur, 27 de noviembre, 2014).
Fue la actriz y productora Alicia Laguna, quien invitada a la Muestra Estatal de Teatro del Centro Cultural Domingo Soler declaró apenas el 20 de diciembre que las caravanas son sólo “política para limpiar la imagen hacia el exterior, un negocio y trabajo para los artistas”.
Además de la polémica, es de reseñar que cuando dichas caravana se dirigían a Tlapa, el 29 de noviembre, normalistas de Ayotzinapa y organizaciones afines las interceptaron, impidiéndoles incluso la llegada, por lo que optaron por establecerse en Chilapa.
También y para reseñar, que en medio de dichas protestas se realizó el Cuarto Festival Acapulco en su Tinta (entre el 8 y 11 de octubre), entre otros eventos, y que en su mayoría fueron tibias las menciones para los hechos que estaban alrededor de Guerrero y los guerrerenses, principalmente de invitados locales.

¿Una secretaría de papel?

Pasaron ya casi dos años desde que se firmó el decreto para convertir al Instituto Guerrerense de Cultura en Secretaría de Cultura de Guerrero, se vencieron ya todos los plazos que otorgara el Congreso del estado para que se realizaran las adecuaciones pertinentes en el interior de la institución y nada ocurre.
Incluso, papelería como los recibos de nómina de los empleados siguen indicando Instituto Guerrerense de la Cultura. Mientras el Congreso guarda silencio, el secretario, Arturo Martínez Núñez, sólo declaró que “eso es parte de lo pendiente…. Yo estoy convencido de que el gobernador quiere dejar consolidada la Secretaría de Cultura como una instancia tal y como mandata la ley… Y estamos en ese proceso y estoy convencido de que pronto se va a concretar”. Al respecto argumentó que este año el caso Iguala cambió las agendas al igual que el año pasado las tormentas Manuel e Igrid (El Sur, 9 de diciembre, 2014).

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