Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Anituy Rebolledo Ayerdi

Feliz año 2015

Los siglos

1415

Combatiendo a los pueblos matlatzincas, Chimalpopoca, tercer rey de México-Tenochtitlán, incursiona sin trabar combate en lo que será la Tierra Caliente de Guerrero. Sin embargo, en 1433 el entonces monarca Itzcóaltl, sí lanzará sus ejércitos contra los cuitlatecos asentados entre los ríos de Teloloapan y Cocula, al norte del río Balsas.

1515

Se inicia la construcción de la catedral de la ciudad de México, a cargo del arquitecto Alonso Rodríguez, que había construido la de Sevilla. (versión negada hoy por los historiadores mexicanos).

1615

La temible flota holandesa capitaneada por Joris Van Spilbergen penetra el 11 de octubre a la bahía de Acapulco. Sus cuatro naves ondean extrañamente banderas blancas en demanda de paz.
–¡Pichilingues, pichilingues!, alertan las voces desesperadas de los pobladores remontándose velozmente a los cerros del anfiteatro. Así se llamaba entonces a los piratas seguramente por una deformación del lenguaje que hablaban: speak in english.
Una segunda versión la hace derivar de la palabra náhuatl pichihuila: una variedad de pato migrante cuyo plumaje y ojos lo presentan como una ave rubia, tal como eran los depredadores nórdicos.
Y no era que Joris fuera una perita en dulce. Pasaba que él iba en pos de un galón de Manila cargado de plata de Taxco y en aquél momento le urgían únicamente agua y alimentos. Canjea entonces 20 prisioneros españoles, capturados en Chile y en Perú, por 30 bueyes, 50 ovejas, aves, frutas, verduras, agua y leña. Tan bien les cayó Spilbergen a los acapulqueños que convivieron con él y su gente durante una semana con desfiles, bailes, borracheras e intercambio de regalos. El alcalde mayor del puerto fue más allá al ofrecer una fiesta dedicada al joven hijo del pirata, un pichilinguito de no malos bigotes, con asistencia de jovencitas indígenas, mulaticas, chinitas y africanas. Tal era la composición de los entonces 2 mil acapulqueños.
Presencia tan temible –en realidad no lo fue– obliga al virrey Diego Fernández de Córdova a enviar una fuerza especial para proteger a otros puertos del Pacífico. Al mando de ella está el célebre navegante Sebastián Vizcaino, con 400 hombres. Será el propio virrey, también marqués de Guadalcázar, quien aproveche la ocasión para urgir a Felipe III de España la construcción de una fortaleza para la defensa de Acapulco.
Llamado tan angustioso tendrá respuesta inmediata. Para diciembre de ese mismo año llegará al puerto el ingeniero holandés Adrián Boot, con el encargo real de edificar la fortaleza. Contrata a los mejores maestros de albañilería y cantería de la región y con ellos inicia la obra para entregarla dos años más tarde con costo de 113 mil 400 ducados (monedas de oro de 3.5 gramos). El nombre del castillo honrará al santo del virrey, San Diego, mismo que conservará hasta nuestros días no obstante haber sido abatido por los temblores.
El fuerte actual fue construido por gestiones del virrey Antonio de María Bucareli y proyectado por el ingeniero español Miguel Contanzó. Concluido en 1783 fue bautizado como castillo de San Carlos, en honor, but of course, del rey Carlos III. (Alejando Martínez Carbajal, cronista excepcional de Acapulco, lo llama así y no le falta razón).

1715

El rey de España autoriza el marquesado de Acapulco y se concede el título de primer marqués a don Gonzalo Mesia de la Cerda y Valdivia. Los acapulqueños tendrán la obligación de servir al viejo lépero gratuitamente en todo y por todo. Meses después se termina la construcción de la capilla de la Santa Cruz, también llamada del Bosque, por localizarse en medio de una tupida arboleda (ahí donde estuvo la tienda Driles y Casimires de don Pedro Kuri) muy cerca de la de San Hipólito. Oficia la primera misa el párroco del puerto, bachiller Andrés Sánchez de Covarrubias.

1815

El cura don José María Morelos y Pavón es fusilado el 22 de diciembre en Ecatepec. Aquí, poco después es tomado a sangre y fuego el cerro de El Veladero que había sido su cuartel inexpugnable. El capitán Ocampo, al frente del batallón Fernando VII, cumple al pie de la letra la orden de su jefe José Gabriel Armijo: no dejar ningún vestigio de la fortaleza por identificarla con las glorias del Jefe Chemita. La misma en la que había ondeado una bandera negra con una calavera al centro y la leyenda de “Paso a la Eternidad” (Miles de paracaidistas se encargarán en el siglo XX de completar la acción del realista).

1915

3 de marzo. El atoyaquense general Silvestre Mariscal, con amplios poderes otorgados por el primer jefe Venustiano Carranza, echa al Cabildo de Acapulco encabezado por don Gilberto J. Martínez y nombra como alcalde a don Rosendo Pintos Lacuanza. Son regidores Henoch Tabares y Ángel Deloya. Don Chendo hace transitable la calle de La Quebrada, crea en el fuerte de San Diego la primera biblioteca de Acapulco y prohíbe al cura de la parroquia de la Soledad celebrar oficios fuera del recinto.
16 de febrero. Fuerzas de Silvestre Mariscal y Tomás Gómez se enfrentan en pleno Zócalo de la ciudad. Todo Acapulco está allí celebrando las fiestas del carnaval. A los primeros balazos la plaza queda vacía, muchos huyen despavoridos mientras que otros se guarecen en la parroquia de la Soledad. El saldo rojo fue de dos personas asesinadas y decenas de lesionados. Mueren una niña, hijita de don Alberto Catalán, de Chilpancingo, y una señorita porteña de apellido Condés de la Torre, a la que, según una publicación local, “le sacaron las tripas”. Mariscal –cinicazo– pronuncia la oración fúnebre de la menor y hasta se enjuga una lágrima futiva.
6 de agosto. El general Julián Blanco, gobernador y comandante militar de Guerrero, es asesinado junto con su hijo Bonifacio en su cuartel del Fuerte de San Diego. Silvestre Mariscal, el autor intelectual del doble homicidio, hizo una síntesis cínica e impecable del suceso: “Julián mató a su hijo y luego se suicidó”. El chilpancingueño médico Rodolfo Viguri lo desmentirá con el resultados de las autopsias: “Don Julián murió de dos balazos en la cabeza y uno en el tronco; Bonifacio de uno en la cabeza y otro en la tetilla izquierda”.
Mariscal recibirá como premio al año siguiente el nombramiento de “gobernador provisional de Guerrero”, firmado por un viejo terco y convenenciero llamado Venustiano Carranza. Acapulco es declarado entonces capital de la entidad, con sede en el Hotel Monterrey. (A Chilpancingo le zacateaban los follones por ser territorio zapatista). Carranza, quien lo creyera, llegará a odiar a Mariscal cuando conozca el cacicazgo feroz y criminal que ha impuesto en Guerrero. No obstante le llevará dos años deshacerse del despreciable sujeto por conducto de los generales Rómulo Figueroa y Fortunato Maycotte

Un año más (Salvador Novo)

Un año más sus pasos apresura;
un año más nos une y nos separa;
un año más su término declara
y un año más sus límites augura.
Un año más diluye su amargura;
un año más sus dones nos depara;
un año más, que con justicia avara
meció una cuna, abrió una sepultura.
¡Oh dulce amigo, cuya mano clara
en cifra de cariño y de ternura
la mía tantas veces estrechara!
Un año más el vínculo asegura
de su noble amistad, alta y preclara.
¡Dios se lo otorgue llena de ventura!

Las tarjetas

Los amigos son como las estrellas, no siempre hablas con ellas pero tú sabes que siempre están allí. Feliz año.
Se cambia de años, se cambia de sueños, se cambia de objetivos, se cambia de aspecto, pero jamás de cambia de amigos.
Un día un sabio dijo: “La riqueza del ser humano se mide por la calidad de los amigos que tiene”. ¡Gracias por ser parte de mi fortuna y feliz año!

¿Cómo se dice?

Feliz año en
Griego: O kenourios chronos
Indonés: Selamat hari natal
Portugués: Feliz ano novo
Coreano: Sung tan chuk ha
Noruego: Godt nyttar
Vietnamita: Chuc mung tan nien
Sueco: Gott nyt ar
Africano: Glukkige nuwe jaar
Hawaiano: Mele kalikimaka
Danés: Glaedelig jul

Eclesiastés 3:1-8

Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el cielo: tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de derribar, y tiempo de edificar, tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de lamentarse y tiempo de bailar…”.

Coctel de Navidad y año nuevo

Creado por el barman Manuel Galeana G., que lo fue del Hotel Hilton, presentado por el maestro Félix Martell R., en su libro en su libro Acapulco y sus cocteles. Gracias, Félix, felicidades.
Una onza de:
Granadina, jugo de papaya y jamaica fresca.
Vermouth dulce y brandy
2 trozos de piña fresca, gotas de limón.
Se licua con hielo frapé y se sirve en copa globo grande.
Ay, tiempos aquellos. Hoy se bebe “derecho”.

Las predicciones

Alejandro Hope, editorialista de El Universal, lanza una referida a nuestra entidad y conturba la predicción de que en 2015 “habrá otro Iguala.”Afirma que “los autores de la ‘Noche de Iguala’” actuaron como actuaron porque sabían que se iban a salir con la suya. No era una conclusión ilógica: en México solo uno de cada cinco homicidios se resuelve con una detención. Aun en matazones pavorosas la impunidad es la regla. No hay política para disuadir masacres y por ello alguna va a suceder en 2015, en algún punto del territorio nacional”.
¡Ay, nanita!

Promesas e intenciones

Las promesas y propósitos clásicas para el año nuevo son conocidas de sobra.
Dejar de fumar, “ahora así” llevar la dieta, hacer ejercicio y deporte, conseguir marido, pasar más tiempo con los niños, hacer el viaje pendiente, ordenar el clóset, ahorrar para la casa y el coche, escribir en el blog al menos cada semana, ir al dentista, no entrarle como famélico a la comida chatarra, tomar solo tres tazas de café al día, leer un libro aunque sea el de Jordi Rosado y mil y una más.
En torno a tan fervientes deseos se han elaborado sondeos que niegan la sinceridad de los propósitos. Como estos:

1.- Cuando hayan transcurrido tan solo una semana, esto es del 1 al 8 de enero, un tercio de las personas que han prometido bajar de peso e asistir al gimnasio romperán el compromiso.
Un sondeo publicado por la web británica añade que una de cada siete personas respetaran sus propósitos tan solo unas cuantas horas, mientras que el 14 por ciento de ellas lo sostendrán apenas un día.
Las promesas más populares en el mundo impuestas con la llegada del año nuevo son: dejar de fumar ( 27 por ciento), perder peso (24 por ciento) y comer en forma más sana (16 por ciento).

Otra vez:

¡Pozdrevlyayu s prazdnikom Rozhdestva in Novi Godom! ( Feliz Navidad y año nuevo, como lo diría Putin, pero con acento varonil).

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