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Reprueba la CNDH a Guerrero en condiciones de los reclusos; evalúa cuatro penales

*En el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2013, se analizaron los casos de Iguala, Chilpancingo, Acapulco y Taxco, que calificaron con 4.8, lo que coloca al estado en el lugar número 13 en garantías de integridad de los internos

Carlos Navarrete Romero

Chilpancingo

La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) reprobó nuevamente al estado de Guerrero, con una calificación de 4.8, peor que la del 2012, en el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2013, en el que fueron inspeccionados los reclusorios de Iguala, Chilpancingo, Acapulco y Taxco, todos con problemas de sobrepoblación.
En el diagnóstico, publicado en el portal web del organismo, se informa que Guerrero ocupó el lugar número 13 a nivel nacional en garantía de la integridad física y moral del interno, garantía a una estancia digna, condiciones de gobernabilidad, reinserción social y grupos de internos con requerimientos específicos.
Además de los problemas de hacinamiento, la CNDH identificó problemas de gobernabilidad, toda vez que en su interior existen áreas privilegiadas, sustancias y objetos prohibidos, e internos que ejercen violencia o control sobre el resto de la población, además de prostitución.
El Centro de Reinserción Social (Cereso) de Acapulco obtuvo una evaluación de 4.63, el de Chilpancingo tuvo 5.11, el de Iguala 4.64 y el de Taxco 4.83. El promedio total para la entidad en materia penitenciaria fue de 4.8, calificación inferior a lo que obtuvo en el 2012 que fue de 5.07.
La CNDH dedujo que no existen condiciones para garantizan la integridad física y moral del interno, ya que existen problemas de sobrepoblación y hacinamiento (número de internos que rebasan la capacidad instalada de la celda).
Por ejemplo, el reclusorio de Acapulco tiene una capacidad para mil 650 internos, sin embargo la población que tenía el día de la visita del organismo era de 2 mil 515; el de Chilpancingo podría albergar a hasta 604 internos, pero cuenta con 896; el de Iguala tiene capacidad para 414 internos, pero tiene 532; mientras que el de Taxco cuenta con capacidad para 80 reclusos, pero hay un total de 94.

Problemas de gobernabilidad

El organismo identificó que existe prostitución; hay custodios que cobran a los internos para la asignación de planchas para dormir, el mantenimiento de los dormitorios, uso del teléfono y para no cumplir las sanciones administrativas.
Hay internos que también cobran a sus compañeros recluidos por esas facilidades, pero además hacen lo mismo por medicamentos, protección, acceso a actividades laborales, educativas y deportivas.
Incluso hay actividades propias de las autoridades penitenciarias que son controladas por los internos, como es el caso de los servicios de alimentación, mantenimiento, visitas y uso de los teléfonos. También existen áreas privilegiadas, sustancias y objetos prohibidos, e internos que ejercen violencia o control sobre el resto de la población.
Faltan manuales de procedimientos para ingreso, traslado de internos, motín, uso de la fuerza, solicitar audiencia con las autoridades, presentar quejas, visita familiar e íntima, revisión de visitantes, revisión de estancias, Consejo Técnico Interdisciplinario, así como deficiencias en la difusión de la normatividad a los internos.
El personal de seguridad y custodia es insuficiente, además de que es inexistente la dotación de equipamiento. Hay deficiencias durante el proceso de imposición de sanciones disciplinarias porque no se respeta el derecho de audiencia o las sanciones no son determinadas por la autoridad competente.
Existe falta de motivación y fundamentación de las resoluciones que imponen la sanción, no se notifican por escrito, no en todos los casos existe certificación médica de los internos sancionados, la sanción contempla la suspensión de la visita familiar e íntima y suspensión de la comunicación telefónica.
En este rubro, el reclusorio de Acapulco tuvo una calificación de 3.76, el de Chilpancingo 3.75, el de Iguala 2.71 y el de Taxco 5.35.

Falta de garantías para la integridad física y moral de los internos

El informe de la CNDH indica que hay sobrepoblación en los cuatro reclusorios visitados, no hay separación entre hombres y mujeres en el área de servicio médico y comedores.
Hay también deficiencia en los servicios de salud para los internos, ya que hay poco personal, no cuentan con el instrumental necesario, existen fallas en la unidad odontológica, y tienen poco material de curación y atención psicológica.
La institución identificó problemas en la supervisión del funcionamiento de los reclusorios, por parte de sus titulares; inexistencia de prevención y atención de incidentes violentos, tortura y maltrato, “no hay registro de estos casos ni procedimientos para su atención”.
Existen problemas en el procedimiento para la remisión de quejas de violación a los derechos humanos de los internos ante la instancia competente, e no hay acceso a números gratuitos desde teléfonos públicos.
En este rubro, el reclusorio de Acapulco tuvo una calificación de 4.06, el de Chilpancingo 4.64, el de Iguala 4.37 y el de Taxco 5.14.

Fallas para garantizar una estancia digna

Según el diagnóstico, hay problemas relacionados con la existencia y capacidad de las instalaciones para el funcionamiento del centro en el área varonil (inexistente área de ingreso, C.O.C., protección, locutorios y comedores, así como deficiencias en dormitorios, talleres, aulas, área médica y patio).
En cuanto al área femenil, tienen las mismas carencias, además les falta cocina, área médica, de sancionadas, de criminología, y tienen deficiencias en comedores, talleres, e instalaciones deportivas.
“Deficiencias en las condiciones materiales e higiene de las instalaciones para alojar a los internos” y “deficiencias en la elaboración, distribución, consumo y cantidad de los alimentos, e inexistencia de dietas especiales”.
En este rubro el reclusorio de Acapulco tuvo una calificación de 5.4, el de Chilpancingo 4.87, el de Iguala 4.51 y el de Taxco 4.4.

Problemas para la reinserción social

La Comisión detectó problemas para la integración del expediente técnico, no existe una clasificación criminológica de los internos ni personal de criminología ni pedagogía; no hay separación entre procesados y sentenciados en dormitorios y áreas comunes; hay deficiencia en las actividades laborales y en la capacitación en el trabajo.
Carencias en actividades educativas por la falta de programación, de material didáctico, certificación oficial de los estudios, registro de nivel escolar, y oportunidad de acceso a la educación.
También hay problemas en las actividades deportivas por la falta de programación, suministro de equipo deportivo, registro de internos y acceso a la práctica de deportes. Además la CNDH identificó deficiencias en la vinculación del interno con la sociedad.
En este rubro, el reclusorio de Acapulco tuvo una calificación de 5.56, el de Chilpancingo 5.37, el de Iguala 4.99 y el de Taxco 4.76.

Problemas de los grupos internos con requerimientos específicos

El informe refiere que hay mujeres con deficiente atención médica, las que tienen hijos tienen problemas para alimentarlos y no hay un registro de ellos. De los adultos mayores tampoco hay registro y hay deficiencias en sus talleres y dietas. Para los indígenas no hay medidas para evitar el trato discriminatorio y deficiente servicio de intérpretes.
Las personas con discapacidad física o mental enfrentan problemas para recibir atención médica, lo mismo que los internos con VIH/sida, quienes además no cuentan con un espacio específico (por cuestiones de salud), y en los reclusorios hay programas deficientes para la detección oportuna de este padecimiento.
Los internos con preferencias sexuales distintas tampoco cuentan con un espacio específico, en caso de que así lo solicitaran a las autoridades penitenciarias por cuestiones de seguridad.
Además no hay un registro de internos con adicciones. En este rubro, el reclusorio de Acapulco tuvo una calificación de 4.53, el de Chilpancingo 6.63, el de Iguala 6.62 y el de Taxco 4.52.

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