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La desaparición de poderes no serviría, pues deciden los partidos que tienen incrustado al crimen: Vidulfo

*Presiden padres de Ayotzinapa la conmemoración de la caída de Caballero Aburto tras la masacre de 1960 en Chilpancingo. Los retos del movimiento son crear un programa de lucha nacional, elevar cualitativamente la lucha de clases y construir el poder popular hacia la transformación social, porque tampoco es suficiente sólo el cierre de ayuntamientos, dice el abogado de Tlachinollan

Lourdes Chávez

Chilpancingo

En un acto para recordar que el 4 de enero de 1961, la Cámara de Senadores decretó la desaparición de poderes en Guerrero por la masacre del 30 de diciembre, el abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Vidulfo Rosales Sierra, dijo que hoy no serviría un proceso similar por la matanza y la desaparición forzada de estudiantes en Iguala, porque los poderes que deciden están en manos de los partidos políticos.
Añadió que si los senadores atendieran la solicitud de desaparición que presentaron los padres, estudiantes y abogados de la Normal Rural de Ayotzinapa, víctimas de los crímenes del 26 de septiembre, colocaría en los cargos de gobierno a los mismos partidos “que tienen incrustados hasta la medula a los grupos delictivos”.
No obstante, señaló que la consigna por la desaparición de poderes permitió aglutinar al movimiento social, y en esta coyuntura deben seguir unidos para que las autoridades presenten con vida a los estudiantes desaparecidos; “es el eje por el cual podemos caminar”.
Aclaró que el segundo reto es crear un programa de lucha nacional de corto y mediano plazo, elevar cualitativamente la lucha de clases y construir el poder popular hacia la transformación social, porque tampoco es suficiente sólo el cierre de ayuntamientos.
En ese sentido, fue la intervención del veterano luchador social Pablo Sandoval Cruz, quien dijo que no basta tomar el cascarón, en alusión al cierre de ayuntamientos, y recordó que antes de la masacre del 60, el movimiento popular había constituido 32 consejos municipales, algunos con alcaldes suplentes.
Sobre la actual toma de ayuntamientos, Rosales Sierra indicó que se deben construir los concejos municipales como órganos autónomos del pueblo “para que tomen los gobiernos en sus manos y comencemos a ejercer el poder en la vía de los hechos. Si tuviéramos en todos los municipios concejos municipales, desde ahí comenzaríamos a forjar la lucha, pensar en un congreso constituyente”.
Ayer, el movimiento independiente de familiares de los caídos del 60 convocó a los padres de los 43 detenidos desaparecidos de la Normal Rural de Ayotzinapa a presidir la actividad cultural en la Alameda Granados Maldonado para recordar la represión del Ejército que costó más de 30 muertos en el desalojo a balazos de una manifestación pacífica de vecinos de Chilpancingo.

Reencuentro con Pablo Sandoval

Luego de un distanciamiento de dos años, Sandoval Cruz, luchador social desde esa época, se unió como siempre al movimiento de la Normal y colocó con los padres de los desaparecidos una ofrenda floral en el monumento a los caídos del 60, en la Alameda Granados Maldonado.
El veterano luchador advirtió al movimiento social que tenga cuidado con los gobernadores que llegan con consigna, porque ya sabe lo va a hacer “y así la lucha es dispareja”.
Al comenzar el acto, Pablo Sandoval Cruz precisó que su único interés es que se conozca la verdad de la masacre del 60; “no se puede imaginar hasta dónde llegaba la maldad del gobernador Raúl Caballero Aburto, asesinaba sin mayor responsabilidad, en completa impunidad, se apropiaba de las haciendas que le gustaban, de los ganados, de muchas personas”.
Por ejemplo señaló a la familia de universitarios Cortés Barona; mató al padre, quemó las trojes de maíz, les quitó todo su ganado (cabras) y a la madre se la llevaron al cuartel junto con sus hijos.
Cuando fueron a pedir justicia al nuevo gobernador interino, el magistrado Arturo Martínez, “les dijeron que esas cosas ya habían pasado y que no merecían ninguna aprobación de justicia”.
Aclaró que el magistrado “no sirvió de gran cosa porque traía consigna, y cuidado con los gobernantes que traen consigna, porque no pueden hacer más, porque ya traía los nombres de quienes habían sido presidentes municipales, así nosotros hacemos la lucha dispareja, no podíamos hacer más que nuestras ganas de transformar”.
Precisó que a diferencia del movimiento actual, cuando el Ejército atacó a la población el 30 de diciembre de 1960 “ya teníamos 23 ayuntamientos de nuestra parte, pero esos ayuntamientos ya estaban ejerciendo”.
Dejó ver que solos los universitarios no habrían podido derrocar al gobierno de caballero Aburto, porque muchos se escondieron, los estudiantes se fueron a sus casas, otros no quisieron luchar.
“Entonces, Genaro Vázquez, Juan Alarcón Hernández, muchos creían que la lucha la cerrarían conjuntamente estudiantes y pueblo, no tenían porqué separarse, eso es antidemocrático, por eso los estudiantes de Ayotzinapa siempre estuvieron a lado de la lucha por la autonomía universitaria, con Lucio Cabañas al frente”.
Reconoció la valentía de los padres de familia, que tiene una demanda justa y digna que traspasó las fronteras, y propuso que se envíen cartas al presidente Enrique Peña Nieto, demandando justicia y la presentación de los estudiantes detenidos-desaparecidos, “y que nosotros no nos damos por vencidos de que nuestros compañeros aparezcan vivos”.

Cien días de espera

En su intervención, Mario González, padre del normalista desaparecido César Manuel González, reiteró que entrega su casa y su vida por volver a ver a su hijo.
Originario de Tlaxcala, dijo: “llevo 100 días en Guerrero y no tenía ni la menor idea de lo que era una actividad, ni tomar un micrófono, (pero) ahora me paro enfrente de cualquiera si eso me da un poco de esperanza para encontrar a mi hijo; en el día no comemos y no me importa, no vamos a parar mi esposa y yo, no nos importa con quiénes nos estemos enfrentando”.
Señaló que sabe los riesgos, pero lo que más le preocupa es la indiferencia de los guerrerenses que no toman conciencia de tanta masacre, “no sé si eso ya es común entre ustedes”.
Aclaró que también conocieron a gente buena y humilde que está buscando a sus hijos “no nos vamos a echar para atrás, aunque viajemos 50 horas a Chiapas, seguiremos luchando por ese pedacito de corazón que tenemos extraviado”.
Insultó luego a las autoridades que no les entregan a los desaparecidos, a pesar de que la única tesis de la Procuraduría General de la República (PGR) se está cayendo por estudios que están difundiendo académicos expertos, que pusieron en tela de juicio que todos los normalistas hayan sido asesinados y quemados hasta las cenizas en el basurero municipal de Cocula.
Recordó que cuando se reunieron con el presidente Peña Nieto, en la ciudad de México, tenían la ilusión de que les diera una esperanza, pero no tuvo sensibilidad ante el dolor de los padres.
Consideró que en Guerrero y en el país, se tiene una oportunidad histórica, para encontrar a los 43 y para que todos tengan una vida mejor, para que no haya más desapariciones forzadas ni crímenes de Estado.
Asimismo, Margarito, también padre de un normalista detenido-desaparecido en Iguala, dijo que no es la primera vez que ocurren delitos de esta naturaleza, pero que “la gente no alza la cabeza, no alza la voz, nosotros ya no tenemos miedo para gritar a los gobernantes que ellos se los llevaron, que ellos los desaparecieron, y no merecen estar desaparecidos”.
Añadió que su único delito es ser estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, “tenemos confianza en que nos los devuelva el gobierno, porque no nos podemos ir a casa a dormir como hacen ellos que tienen todo, el dinero, las armas; nuestra única arma es la voz, el grito de desesperación”.

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