Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Carlos Pérez Aguirre

2015, la expectativa para Guerrero

 

A los padres de los muchachos asesinados y de los desaparecidos en 2014, con mi profunda solidaridad con ellos para este 2015

Este nuevo año 2015 se presenta para la entidad como un periodo que será complicado en lo económico, en lo social y en lo político.
En lo económico por la segura reducción del gasto público a consecuencia de la radical baja de los precios del petróleo, que es la principal mercancía del país y la que nutre el gasto social (baja de ingresos que, con las reformas privatizadoras de por sí se generaría, pero que con la supuesta atracción de capitales del extranjero, dijeron, se compensaría ésta, aunque ese cambio no nos favorece porque además se pierde la principal fuente de ingreso del país, o sea la extracción y comercialización petrolera), nosotros no debemos perder de vista que en nuestro México, y especialmente en Guerrero, el principal inversionista y generador de ingresos es el gobierno, por ello, la posibilidad de sufrir una baja en la ya de por sí restringida actividad económica es real; lo único que podría revertir esta posibilidad es que por la inconformidad que crece en la entidad, ahora sí sean atendidos los distintos ámbitos del desarrollo, y parece que esa posibilidad de atención es real, pues la administración federal no quiere enfrentar a una población guerrerense inconforme y molesta como hoy está.
En lo social, la inconformidad de los grupos sociales, y ahora de casi toda la población ante la inseguridad y las demandas y necesidades añejas que no han sido atendidas, así como el crecimiento poblacional que demanda trabajo y servicios han propiciado una inconformidad creciente, pero la desaparición, encarcelamiento y asesinato de diversos líderes ha incrementado el descontento, que se acrisola en la enorme inconformidad que se generó por el caso de Iguala.
Por último la crisis política, la cual a llegado a extremos de podredumbre no imaginados, como el anuncio del regreso del principal causante de la actual crisis que en todos los ámbitos atraviesa la entidad, el aguirrismo, señalado por la mayoría de los observadores, y medios nacionales y locales como un gobierno en el que campearon el nepotismo y la corrupción, situación que hoy se trata de reeditar –si es que la población lo permite, que no lo creo–, aquellas figuras ahora pretenden que sus vástagos, los hijos de Aguirre y de Salgado, queriendo colar al acomodaticio pripanperredista e incondicional de Zeferino Torreblanca, Armando Ríos, todo ello para que continúen el aquelarre de derroche, insensibilidad, opresión, delincuencia y asesinatos por doble vía, la gubernamental y la delincuencial protegida.
Realmente, tamaño cinismo y desvergüenza son una muestra del nivel de descomposición de la política en la entidad, por el lado del priismo también se genera un panorama similar, desolador y desalentador, desde los saqueadores de Acapulco y Chilpancingo hasta el cuestionado y gris líder de esa organización en la entidad. Por otro lado, Luis Walton, uno de los mas viables, ahora se ve rebasado por los líderes de su Movimiento Ciudadano que realizan grillitas de cofradía, postulan candidatos a diestra y siniestra, y hacen declaraciones absurdas y fuera de toda ética, ya no se diga de toda lógica. Los demás partidos y el priista rector de la UAG, hasta ahora son liderazgos sin sustancia y poco serios.
Por tanto, el proceso electoral no está en crisis por los maestros de la CETEG, sino por el avanzado estado de descomposición de casi toda la clase política de la entidad; por ello, la sociedad está de acuerdo en cuestionar el proceso, por ello gritan ¡que se vayan todos! Debe haber una renovación de los cuadros políticos.
Por todo lo anterior, que suma las crisis económica, social y política a la crisis causada por los lamentables y reprobables hechos acaecidos en Iguala, 2015 se denota muy complicado para nuestra entidad. Y para muestra están aquellos que quieren llevar agua a su molino y que de manera sesgada actúan “en función del bien común” –dicen hipócritamente–, así como aquellas voces que, de manera velada y sobre todo manipulada, clamaban porque se reprimieran las legítimas protestas de los indignados padres de los jóvenes asesinados y desaparecidos con el argumento de que estaban vulnerando la afluencia de turistas durante el periodo vacacional. La realidad les pego en la cara, miles de turistas llegaron y la gran mayoría de ellos, en las casetas se solidarizaban o aplaudían a los jóvenes que protestaban y pedían cooperación, no prosperó la campaña de linchamiento a los inconformes.
Pero ahora, de nueva cuenta habrá que seguir demandando justicia y todo el peso de la ley para los responsables, la sociedad ganará al destruir al Estado protector de delincuentes. En nosotros está defender a nuestros hijos y a nuestras familias de la furia criminal que se ha desatado en el país. ¡BASTA!

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