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Incendian manifestantes por Ayotzinapa una camioneta en la entrada de la 35 Zona Militar en Chilpancingo

*Encabezados por padres de los estudiantes desaparecidos intentan entrar en busca de los jóvenes, pero los reciben unos 300 policías militares con equipo antimotines

Lourdes Chávez

Chilpancingo

Unos 300 policías federales y estatales con equipo antimotines se atrincheraron en la 35 Zona militar en espera de los padres de los 43 estudiantes detenidos-desaparecidos de la Normal Rural de Ayotzinapa, que después de una protesta en Iguala se manifestaron en Chilpancingo.
En la capital los manifestantes incendiaron una camioneta blanca a unos metros de la puerta de una de las instalaciones militares, y advirtieron que continuarán estas acciones hasta que se les permita el acceso a los cuarteles para buscar a los estudiantes.
Los padres y estudiantes de la Normal Rural reiteraron que los soldados fueron participes de la masacre y desaparición forzada de los normalistas en el ataque de policías municipales y sicarios en Iguala la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre.
Desde las 11 de la mañana los policías llegaron al cuartel ante la versión de la protesta en instalaciones militares, donde se colocaron alambres de púas sobre los accesos principales y un anuncio como advertencia: “estas instalaciones militares son propiedad de la federación  y su ingreso a las mismas sin autorización se considera un delito que será sancionado conforme a la ley de la materia”.
Al medio día padres y estudiantes se fueron de Ayotzinapa a Iguala, y a las 4:30 regresaron a Chilpancingo a protestar en la 35 Zona militar, donde se confrontaron con el Ejército, principalmente de manera verbal.
Al frente avanzaron algunos padres de los 43 detenidos-desaparecidos en Iguala hasta el acceso principal cerrado, cubierto con alambres de púas y unas estacas de metal fueron levantadas del suelo para impedir el acceso de vehículos por la fuerza.
A través de una bocina desde el cuartel se buscó establecer comunicación con los manifestantes que ya habían cerrado el carril de sur a norte del bulevar Vicente Guerrero y la calle lateral.
La voz en el altavoz, que se no identificó por nombre o cargo, dijo que respetaban la protesta pero pidió respeto para la institución militar. La respuesta fue inmediata, “ustedes no lo hicieron”, “asesinos, Ayotzi vive, la lucha sigue sigue”, “vivos se los llevaron, vivos los queremos”, “bola de traidores”.
“Les pedimos sean amables, que se conduzcan con respeto a las instituciones”, insistieron desde adentro.
“Las instituciones rompieron el pacto social”, “ustedes no están con el pueblo y lo saben”, “no hacen nada por la población”, “entreguen las armas, entreguen a los muchachos, entreguen a los 43”, respondieron distintas voces.
El presidente del comité de padres de los desaparecidos, Melitón Ortega denunció que los policías y los militares están en todos lados “y no sirven para nada”, en alusión a la violencia generalizada que hay en todas las regiones del estado.
El abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan, Vidulfo Rosales Sierra explicó que las manifestaciones en los cuarteles militares de ayer son un acuerdo de la Asamblea Nacional Popular, y que van a continuar hasta que les permitan revisar las instalaciones.
La voz en el altavoz desde el cuartel ofreció que una comisión de manifestantes podría ser atendida por autoridades federales y estatales, y personal de la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos (Codehum), y la respuesta fueron más reclamos encendidos, “fuera el Ejército de Guerrero”, y de manera dispersa los manifestantes más jóvenes lanzaron piedras a los policías que al otro lado de la reja que se protegieron con sus escudos.
Luego los padres se movieron hacia  la carretera y pidieron a los manifestantes que evitaran los ataques, porque ellos no tenían equipo de protección y saldrían lastimados cuando les devolvieran las pedradas.
Antes de irse, un grupo con el rostro cubierto llevó a unos metros de la entrada del cuartel una camioneta blanca, al parecer particular, que incendiaron frente a las instalaciones como protesta, y se retiraron poco después de las 5 de la tarde.
La inquietud no terminó con la salida de los camiones del servicio público de la carretera donde viajaban los manifestantes, los policías se movieron de prisa a la puerta dos para proteger  el acceso cerrado, pues trascendió que quisieron entrar al edificio por este paso pero resultó falso.

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