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Desalojan militares a golpes, pedradas y gases a padres de Ayotzinapa del 27 Batallón de Iguala

*Irrumpen en el cuartel para exigir que los dejen revisar las instalaciones y buscar a sus hijos, pero los contienen en la entrada unos 200 soldados con equipo antimotines. Los manifestantes reportan 15 heridos, entre ellos dos familiares de desaparecidos y el dirigente  estudiantil Omar García. Incendian dos camiones de empresas en la carretera de esa ciudad a Chilpancingo

Alejandro Guerrero

Iguala

Soldados con equipo antimotines replegaron a golpes, a pedradas y con gases lacrimógenos de las instalaciones del 27 Batallón de Infantería a padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, quienes encabezaron a un contingente que intentó entrar a buscar a los jóvenes a ese edificio.
Hubo intercambio de pedradas y botellazos entre ambos bandos, lo que dejó un saldo preliminar de 15 manifestantes heridos, principalmente padres de familia y estudiantes, informó el vocero de los padres Felipe de la Cruz.
Más tarde, estudiantes de diferentes escuelas que apoyan al movimiento por la presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos prendieron fuego a dos camiones que retuvieron en una tienda por la que pasó la caravana, uno era de la empresa Oxxo y otro de Sabritas. Lo incendiaron en la carretera federal Iguala-Chilpancingo en el kilómetro 126, en la salida de esta ciudad. En el camino a Chilpancingo otro camión fue incendiado a dos kilómetros de Venta Vieja, era de la empresa Jugos del Valle.
La protesta en el cuartel fue después de la 1:30 de la tarde de ayer en exigencia de que se abran las instalaciones del Ejército para que los familiares de los estudiantes desaparecidos puedan buscarlos, ante la sospecha de que soldados participaron en la detención y desaparición de los jóvenes y que éstos pudieran estar dentro de instalaciones militares.
Cerca de la 1:45 de la tarde los padres, estudiantes normalistas y de otras escuelas llegaron a las instalaciones del 27 Batallón de Infantería en siete autobuses, los cuales estacionaron junto al Periférico Oriente, entre la zona militar y la plaza Galerías Tamarindos propiedad del ex alcalde José Luis Abarca Velázquez, señalado como autor intelectual del ataque y la desaparición de los jóvenes.
En la entrada principal al Batallón se colocó una reja de malla ciclónica y de alambre de púas de unos tres metros de altura, mientras en el interior esperaban unos 200 soldados con equipo antimotines, en sus escudos se leía Policía Militar.
Unos 500 manifestantes encabezados por el vocero Felipe de la Cruz y el presidente del comité de padres de familia, Melitón Ortega llegaron a la reja de acceso, ahí a través de un megáfono pidieron la atención de los mandos militares para que les permitieran el acceso para buscar a los 43 desaparecidos.
El lugar parecía vacío pero en el módulo a un lado de la reja estaban escondidos al menos cinco soldados que grababan a los manifestantes.
Ante la desatención de las fuerzas castrenses padres y jóvenes retiraron unas vallas de metal que había junto a las rejas, mientras otros jóvenes se apoderaron de un tráiler de la empresa Coca-Cola y derribaron lentamente la puerta de acceso, el frente del tráiler entró unos cinco metros a la zona militar.
De los 500 manifestantes sólo unos 50 entraron a las instalaciones militares y a unos 20 metros, al llegar a la primera calzada fueron bloqueados por los antimotines, al encararse unos jóvenes lanzaron conos de tránsito, gas de un extintor de fuego y palazos a los uniformados.
El señor Melitón Ortega encaró a los militares y mediante un megáfono les exigió la liberación y presentación con vida de los normalistas desaparecidos, “yo soy padre de familia, ustedes son los responsables de la desaparición de nuestros hijos, aquí estamos para exigir a estos militares que nos los regresen, hasta que no entreguen a los chavos con vida no vamos a parar”.
En ese momento se escucharon detonaciones de petardos y los manifestantes retrocedieron algunos metros, pero se tensó más la situación. Hubo un intenso intercambio de pedradas, palazos de los manifestantes y empujones de los soldados que rociaban gas lacrimógeno con una manguera.
La tía del normalista desaparecido Adán Abrajám de la Cruz, María Inés Abrajám Gaspar observó a un soldado sin equipo antimotines arrojar una roca al rostro de un joven manifestante que salió sangrando del lugar y lo siguió para reclamarle, separándose del grueso de su bando.
Mientras esto sucedía, unos 15 minutos después del primer jaloneo, los soldados se reagruparon y a pedradas y empujones sacaron a los manifestantes, pero quedaron dentro María Inés y un reportero de TeleSur, al segundo se le permitió la salida luego de identificarse y por la presión, después de la gresca, de reporteros que se plantaron en el lugar y exigieron su liberación, pero a la mujer la retuvieron más tiempo.
La familiar del joven desaparecidos relató que al principio los soldados la protegieron de los proyectiles que entraban a las instalaciones y luego la amenazaron con detenerla e iniciarle una investigación porque entrar a esas instalaciones sin permiso era un delito.

Lluvia de piedras y botellas

Cuando fueron replegados, los manifestantes retuvieron un segundo tráiler de doble remolque de la empresa cervecera Corona, lo pararon en la entrada del Batallón junto al primer tráiler y bloquearon el carril interno del Periférico Oriente.
Estudiantes sustrajeron cientos de envases de cerveza vacíos y los arrojaron a los militares junto a cohetones y piedras. Los soldados también arrojaron botellas y piedras hacia afuera durante unos 30 minutos aproximadamente, lo que generó una lluvia de piedras y botellas.
En todo momento un helicóptero de la Marina sobrevoló la zona y desde el interior de las instalaciones militares algunos soldados fotos y video.
Cerca de las 2:15 el intercambio de proyectiles concluyó con la retirada de los manifestantes, y poco después Inés Abrajam fue liberada.
Afuera de las instalaciones del Batallón quedaron decenas de cartones de cerveza vacíos en el piso y una gran cantidad de vidrios.
Más tarde llegaron peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE) y de la Procuraduría General de la República (PGR) para hacer las diligencias y tomar evidencias y huellas de los dos tráileres que fueron abandonados en el lugar.
En declaraciones a reporteros luego de ser liberada, María Inés Abrajam dijo que la amenazaron con dejarla encerrada, “y me dijeron que me iban a investigar y que me iban a detener, que persona que entra ahí ya no sale”.
Mencionó que adentro la tuvieron retenida junto a un reportero, “pero a él lo dejaron salir y a mí no”.

No se esperaban una agresión, dice Felipe de la Cruz

Por separado, el vocero de los padres de los normalistas desaparecidos, Felipe de la Cruz dijo que el mitin en el cuartel fue “porque volvemos a asegurar que fueron los militares los que intervinieron en la desaparición de los muchachos”.
Dijo que no esperaban la respuesta de represión y agresión de los militares, “y hoy podemos decir con claridad al mundo que los militares participaron en el ataque y desaparición de los normalistas y hoy agreden a los padres de familia únicamente por exigir la presentación con vida de sus hijos”.
Ante la pregunta dijo que tenían lesionados a dos padres y a tres alumnos descalabrados entre ellos el dirigente estudiantil de Ayotzinapa Omar García, que en total había unos 15 lesionados “con botellas y piedras que tiraban los militares, y que bueno que no fueron balas porque entonces estaríamos hablando de muertos”.
Dijo que debido a la agresión “no tuvimos más que replegarnos porque nosotros no venimos a generar violencia, porque no queremos más llanto en otras familias, por lo que decidimos regresar para resguardarnos de la agresión”.
Recordó que la demanda principal del movimiento es la presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos y que pedían que algún mando militar dejara pasar pacíficamente a una comisión de padres a revisar sus instalaciones, “porque son más de tres meses de búsqueda y no tenemos nada aún”.
Afirmó que la agresión la iniciaron los militares desde el momento en que lanzaron gases lacrimógenos y replegaron a los padres y alumnos con antimotines, “lo único que hicimos nosotros fue defendernos sin armas y ahí está el resultado de varios heridos y varios golpeados”.
En la noche la normal de Ayotzinapa emitió un boletín en donde informó que los heridos eran los padres de familia Mario César Gonza?lez Contreras, Bernabe? Abrajam Gaspar, Mari?a Concepcio?n Tlatempa y los estudiantes Omar Garci?a, Sergio Ochoa Campos y Jose? Herna?ndez Pen?a.
De búsqueda ciudadana de los normalistas desaparecidos dijo que se aplazó tentativamente para el 14 de enero, ya que en las comunidades en las que tiene presencia la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias-Policía Comunitaria hubo elecciones.
Dijo que hoy se reunirían con los policías comunitarios para dar a conocer la fecha y las rutas de búsqueda.

Retienen dos camiones y los
queman en la carretera

Los manifestantes se retiraron de las instalaciones militares y caminaron por el Periférico a la calle lateral de la carretera Iguala-Chilpancingo y a unos 50 metros de ésta, unos estudiantes retuvieron dos camiones que entregaban mercancía a una tienda de la cadena Oxxo en la colonia CNOP.
Cerca de las 2:47 de la tarde fueron retenidos dos camiones, uno de la empresa Sabritas y otro de la tienda Oxxo, sus choferes los condujeron unos 200 metros pero luego se fueron y dos normalistas se llevaron las unidades.
Todos los manifestantes subieron a los autobuses en que llegaron y se fueron rumbo a la capital del estado.
A 500 metros del retén militar de la entrada a la comunidad El Tomatal, en el kilómetro 126 de la carretera federal Iguala-Chilpancingo en el punto conocido como Los Chones, entre las comunidades de Tomatal y Rancho del Cura, los estudiantes atravesaron en la carretera los dos camiones y les prendieron fuego, lo que suspendió la circulación vial más de una hora, hasta que llegaron bomberos y personal de Protección Civil a sofocar el fuego cuando las unidades prácticamente habían sido calcinadas.
Más tarde llegaron grúas y las unidades fueron movidas a un costado de la cinta asfáltica y la circulación vial se regularizó luego de retirar las cenizas y los restos que quedaron en la carretera.

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