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Construirán un arrecife artificial en Rosarito con el casco de una patrulla oceánica

El casco de una patrulla oceánica llamada Uribe 12, que durante mucho tiempo fue utilizada por la Marina Armada de México, será transformada en un arrecife artificial para practicar buceo en las playas de Rosarito.
Para ello, científicos del Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (CICESE), revisaron las corrientes, oleaje, profundidad y tipo de sustrato para colocar eficientemente el nuevo arrecife, informó el Conacyt en un comunicado de prensa.
Luis Gustavo Álvarez Sánchez, principal investigador para la creación del arrecife, explica en el documento que el arrecife estará en la bahía de Descanso, cercano al Ejido Primo Tapia, Cantamar y Puerto Nuevo, en Playas de Rosarito.
Se trata de una bahía abierta de 16 kilómetros de largo, donde ya se realizan actividades de buceo y cumple con los requisitos de oceanografía física requeridos, por lo que fue la zona determinada para hundir el barco. El sitio se ubicará entre 20 y 30 metros de profundidad con respecto al nivel del mar y a unos 2 kilómetros de la costa.
El proyecto, impulsado por la Asociación de Buzos de Baja California A.C., busca abrir una nueva ventana de turismo, así como la conservación de especies marinas locales, además de promover una derrama económica local.
Para el arrecife artificial un objeto de gran tamaño, en este caso el casco, es colocado en el fondo del agua para que poco a poco la vida marina se asiente en la zona, creando redes de alimentación que fomentan la biodiversidad marina.
Para las costas de la península de Baja California, los antecedentes sobre arrecifes artificiales se remontan al hundimiento de dos barcos de origen chino, el Fang Ming y el Lapas N03, en 1999 en La Paz, Baja California Sur.
Actualmente, el navío se encuentra en Ensenada donde se realiza el proceso de limpieza, desechando todo lo que pueda constituir una amenaza para el ambiente y para la seguridad de los buzos.
También se le realizan aperturas o ventanas, que son espacios amplios para que los buzos siempre vean la luz del día desde cualquier lugar de la inmersión.
El investigador añade que aún es necesario caracterizar el comportamiento del sitio en la temporada invernal, realizar estudios de impacto ambiental, climatología, transformación de oleaje, perfiles de turbidez, hidrología y mezcla horizontal, reparación pre-hundimiento, para obtener los permisos para hundir el barco. (Diana Saavedra / Agencia Reforma / Ciudad de México).

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