Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

La crisis del rublo deja en fuera de juego al Mundial de Rusia 2018

Primero fueron acusaciones de corrupción y amenazas de boicot, ahora la crisis económica: Rusia está en fuera de juego en la preparación del Mundial de futbol 2018.
Un vistazo a los miserables datos económicos del rublo arruina el humor del ministro de Deportes de Rusia, Vitali Mutko. “Hay un déficit presupuestario, pero el comité organizador cuenta con donaciones”, admitió a regañadientes Mutko.
Se calcula que el presupuesto para cubrir los costos del torneo asciende a 30.000 millones de euros (más de 35 mil millones dólares), casi el doble que Brasil 2014.
Rusia quedó eliminada en la fase de grupos del último Mundial, pero el país organizador de 2018 no está preocupado actualmente por los retos deportivos, pues los gastos de la organización amenazan con salirse de todo control.
Por encima de todo, la caída de la moneda rusa, el rublo, podría causar que los costos de los estadios y de la infraestructura explotaran.
El bajo precio del petróleo está creando un enorme agujero en las arcas del estado ruso, un país rico en materias primas, y debido a las sanciones de Occidente por la crisis de Ucrania, los bancos no reciben dinero.
La superpotencia deportiva se habría imaginado un escenario muy diferente en su cuenta atrás. Además, hace apenas 11 meses concluyeron con éxito unos Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi en los que el país recibió elogios por la organización.
El camino hacia el próximo gran evento, el Mundial de futbol, otro proyecto que pondrá en juego el prestigio del presidente Vladimir Putin, comienza a tambalearse.
La agencia de calificación Fitch rebajó el pasado fin de semana la deuda soberana del país, una señal fatal para los inversores. Rusia está actualmente en la peor crisis de divisas desde 1998 y al borde de la recesión, dijo la agencia en un comunicado.
Putin aseguró que la financiación del Mundial está asegurada a largo plazo, pero Mutko advierte: si los precios del metal y del hormigón siguen aumentando, el Estado tendrá que reducir el costo de los materiales de construcción con una bajada de impuestos.
Las obras están en pleno proceso desde hace tiempo. Estadios de once ciudades distintas van a ser renovados o construidos desde cero. También están planificadas carreteras y hoteles. Todo el país se beneficiará de la Copa del Mundo, promete Putin, que alaba el torneo como un “proyecto de desarrollo”.
“Por eso el dinero no está mal invertido”, opina el presidente ruso.
Sin embargo, no son pocos los rusos que piensan que la inversión es desmesurada. Ya en Sochi 2014, con 37 mil 500 millones de euros los Juegos de invierno más caros de la historia, el Kremlin precisó de la ayuda económica de Roman Abramovich, el presidente del Chelsea.
Según los críticos, desde hace tiempo no está claro qué va a pasar con los estadios después del Mundial. El futbol no mueve a tanta gente en Rusia, un país con mucha tradición en deportes invernales, como en los países de Europa occidental. A menudo, los partidos apenas son seguidos por unos pocos miles de hinchas en las gradas.
Por ello no es una sorpresa que muchos rusos miren con escepticismo a las inversiones planificadas para el torneo, que se celebrará del 14 de junio al 15 de julio de 2018.
Según una encuesta no representativa de la radio Echo Moskvy -crítica con el Kremlin-, el 75 por ciento de las mil 600 personas que fueron consultadas están en contra de realizar gastos masivos con la crisis actual.
El Mundial no es la única competición golpeada por la bajada del valor del rublo. La Liga de hockey sobre hielo, financiada con miles de millones procedentes del negocio de la energía, se ve como la principal rival de la norteamericana NHL. Pero cinco clubes ya lo advirtieron: si no mejora la situación financiera tendrán que desaparecer en unos meses. (DPA / Moscú).

468 ad