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Ordenan a burócratas a acompañar al gobernador a la entrega de su informe

Carlos Navarrete Romero

Chilpancingo

Trabajadores del gobierno estatal realizaron ayer una caminata que encabezó el gobernador Rogelio Ortega Martínez con todo su gabinete, para llegar al Congreso Local, donde el Ejecutivo entregó su informe de labores.
Eran cerca de 500 burócratas, la mayoría vestidos de blanco.
Una noche antes algunos recibieron mensajes de texto en sus celulares con la orden de presentarse a las 8:30 de la mañana, sin uniforme, en el Palacio de Gobierno. La indicación era acompañar al mandatario a entregar su informe al Congreso.
Al frente de la caminata, que comenzó poco antes de las 10 de la mañana, personal de Protección Civil montó un cerco para evitar que reporteros, fotógrafos y camarógrafos se acercaran al mandatario y sus funcionarios.
En las orillas del contingente caminaban, por lo menos, cinco policías estatales armados; también participaron hombres vestidos de civil que resguardaban al gobernador. Aunado a esto, el fiscal general del estado, Miguel Ángel Godínez Muñoz, también llevaba personal de seguridad.
Cuando Ortega y su gabinete intentaron ingresar al recinto, por la entrada del estacionamiento, comenzaron los empujones e intercambio de palabras entre el grupo de seguridad del gobernador, el del fiscal y personas que intentaban acercarse al mandatario, situación que entorpeció el ingreso de varios funcionarios.
Algunas mujeres intentaban llegar al gobernador para entregarle oficios relacionados con gestiones, pero eran empujadas por agentes de seguridad.
Incluso, en el roce que se dio en la entrada del Congreso hubo funcionarios a los que no les permitió el paso, entre ellos al fiscal, quien no pudo entrar con el gobernador. Después, luego de identificarse e insistir en que era funcionario de primer nivel consiguió el acceso entre empujones, mientras desde atrás seguían aventando a los de adelante.
La situación provocó que el gobernador regresara al acceso para pedir al personal de seguridad del Congreso que permitiera el paso de los funcionarios que no consiguieron entrar con él. La orden fue atendida.
Hubo personas que quedaron en medio de los empujones, por lo que reclamaron a los encargados de la seguridad del gobernador y del fiscal por impedir acercarse al mandatario; los reclamos iban acompañados de manotazos y codazos.
Luego de 10 minutos la situación se normalizó, toda vez que se abrió el portón metálico de la explanada para permitir el ingreso de las personas que así lo quisieran hacer.
Los trabajadores permanecieron afuera de principio a fin. Muchos se quejaban de estar ahí y no en sus oficinas.
“Son chingaderas, nomás para levantarle el ego a éste”, dijo una mujer de la Secretaría de Educación, y aunque la mayoría no quiso decir si fueron presionados para participar, hubo quienes mostraron los mensajes de texto que recibieron de sus superiores para presentarse en el Palacio de Gobierno desde temprano.
Al concluir la entrega del informe de gobierno, los trabajadores regresaron a sus oficinas para incorporarse a sus labores.

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