Toma el artista visual Cruzvillegas las calles de Kassel, Alemania, para mostrar su obra

Érika P. Buzio / Agencia Reforma

Ciudad de México

Si en las grandes citas del arte contemporáneo como la Bienal de Venecia hay proyectos ligados a presupuestos gigantescos, el artista visual Abraham Cruzvillegas (México, 1968) ha decidido ir en la dirección contraria.
Lleva tres semanas en Kassel, Alemania, realizando sin previo aviso ni anuncio acciones callejeras en barrios alejados del epicentro de dOCUMENTA (13), con un público ajeno al arte contemporáneo.
Cada cinco años, la ciudad alemana de Kassel acoge el Festival dOCUMENTA (13), la Feria de arte vanguardista más importante del mundo con 100 días de duración y con más de 300 invitados -entre artistas y representantes de los más diversos ámbitos, arte, cultura, ciencia, biología, matemática y escritura.
Fuera del boleto de avión y el hospedaje, el presupuesto de producción de Untitled non-productive activities es de cero; trabaja con los materiales que encuentra tirados en la calle y pide a los transeúntes que documenten la acción con sus teléfonos celulares.
“En la medida en que hay más producción, hay un giro que tiene que ver con el mercado”, dice el artista vía telefónica desde Alemania.
Presente en Kassel, era inevitable que lo interrogaran acerca de si se opone al mercado, a gastar dinero o exponer en un museo.
“No es una lección de moral para los artistas sino sólo para mí mismo, que puedo generar un proceso paralelo a exponer en un museo, a la institución (…) Expongo en galerías comerciales y museos, no me escapo. Es una crítica que quiere ser positiva”, ataja Cruzvillegas.
El proyecto representa una vuelta a sus orígenes, cuando en los años 80 no tenía dinero para financiarse.
“Hacía lo que podía con lo que tenía, muchas veces la gente nos decía a mí y a mi generación que nuestra obra se hacía pedacitos del tamaño que pudiera caber en el microbús”.
Su intención en Kassel es generar un proyecto autogestivo, sin planes ligados a un espacio expositivo, “intentando llevar la mirada a la capacidad de realizar un proyecto de arte sin recursos, con recursos y más allá de los recursos”.
Realiza sus acciones usando un instrumento diseñado por él mismo en el que asignó un color a 34 ideas que han sido constantes o voluntades formales, simbólicas o conceptuales en mi trabajo en los últimos 25 años: afectivo, delirante, alegre, sudoroso, fragmentario, empírico, débil, ineficiente, inestable, autoconstruido, coherente con el paisaje, solidario, hecho a mano, sensual, amorfo…
Muchas de estas ideas están relacionadas de manera profunda con su plataforma de trabajo denominada autoconstrucción, materia de casi todas sus exposiciones y de sus proyectos de los últimos años.
“Estos años me han permitido recuperar esas constantes de mi trabajo; he ido subrayando textos de mi cuaderno, ahora puedo hacer esa lista (…) es importante generar un proyecto que apela a esa práctica y se transforma en algo nuevo”.
Con cada uno de los 34 colores pintó un set de palitos chinos o mikado para arrojarlos de manera aleatoria, retirando todos los palitos menos dos o tres que conjugarán las ideas que determinarán la acción a realizar, con los que encuentre en el lugar donde esté.
“Esta experiencia significa un ejercicio de libertad, sin rendir cuentas a nadie si está bien instalada mi obra”.
En otras acciones prescindirá de los palitos chinos, valiéndose del encuentro fortuito de colores en las calles, pero respetando el índice cromático.
Cruzvillegas permanecerá en Kassel hasta el 30 de junio, su proyecto derivará en la publicación de un libro, con apoyo de dOCUMENTA y de la galería Kurimanzutto, que reunirá el relato y las imágenes de cada acción.
“La responsabilidad es mía, no hay un público ni un curador encima de mí para aconsejarme o ayudarme. Es un espacio de libertad”, dijo el artista visual Abraham Cruzvillegas, quien nació en la ciudad de México en 1968. Se inició en la caricatura bajo la tutela de Rafael Barajas El Fisgón, publicó sus primeros cartones con el seudónimo de Avran. Estudió Filosofía en la UNAM. Desde 1987 ha expuesto su trabajo de manera individual y colectiva en museos y galerías de Estados Unidos, España, Brasil, Inglaterra, Francia, Colombia y Polonia.