Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Abelardo Martín M.

La terca realidad

Uno de los temas en el que los cuatro candidatos a la Presidencia de la República no atinan como enfrentar es el de la mala imagen de México en el extranjero, agudizada a partir de la guerra contra el crimen organizado y el narcotráfico, así como la imparable violencia que cobra víctimas en todo el país.
Guerrero y especialmente Acapulco siguen, desafortunadamente, el mismo derrotero por más discursos, palabras, deseos y promesas que se hagan para devolver la paz, la tranquilidad, la armonía y la belleza que esto acarrea.
Se interpone y se impone, día tras día la terca realidad.
Con diferencia de unas 72 horas, en sendos crímenes, el estado de Guerrero, aún con el programa federal de seguridad, perdió a una funcionaria judicial y a un candidato a legislador.  Ambos asesinatos ocurrieron cuando todavía no se lleva el viento las palabras y discursos estatales y federales de devolver a Acapulco al sitial del puerto más bello del Pacífico. Hace dos semanas el gobierno federal puso en marcha con bombo y platillo un plan de seguridad llamado Todos somos Acapulco. Así, apenas este domingo un grupo armado asesinó a Margarito Genchi Casiano, candidato del PRD por la diputación del distrito electoral 14 con sede en la Costa Chica, en su casa del municipio de Flreocni Villarreal. En tanto que la noche del pasado jueves fue asesinada la fiscal de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) en Acapulco, Alicia Díaz González. Ésta fue balaceada a escasos metros de su domicilio por dos hombres armados que se dice ya la esperaban a las afueras de su hogar.
Sin aparentemente tener vinculación uno con otro, ambos asesinatos se suman a la larga lista de muertes ocurridas en el estado en los últimos años y en los que las autoridades federal, estatal y municipal han mostrado su ineficacia e impotencia.
El presidente del Consejo Estatal del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Bernardo Ortega Jiménez, calificó como lamentable el homicidio, ocurrido la mañana de este lunes, y dijo que ello obliga a las autoridades estatales a fortalecer las garantías para los contendientes a cargos de elección en el proceso electoral.  No se tienen más detalles del homicidiopero el domingo Genchi Casiano participo en un acto proselitista en la cabecera de Ayutla de los Libres, vecino de Cruz Grande, donde la víctima estuvo acompañada por los candidatos Sebastián de la Rosa Peláez, contendiente a diputado federal por el distrito 8, e Hilda Ruth Lorenzo, aspirante a la alcaldía de ese municipio.
Y en el caso de la fiscal regional Alicia Díaz González, sólo se sabe que la mujer recibió al menos 19 disparos a quemarropa quedando su cuerpo inerte a unos metros de su casa. Autoridades municipales ya investigan el homicidio y enl domingo se informó de cuatro dtenidos que podrían estar implicados en el aseinato, uno de ellos policía ministerial.
Con buena intención, los gobernantes preparan y anuncian programas que parecen condenados al fracaso, porque su implementación es superficial, ingenua y pretenciosa, especialmente en asuntos vinculados a la seguridad y la violencia. Cabe el dicho de “mucho ruido y pocas nueces”. La seguridad antes que saberse, debe sentirse, a riesgo de que a los discursos, los planes, las promesas y las arengas se interponga la necia realidad. Esto es lo que le ocurre al país cuyo desprestigio o fama de nación en violencia o guerra, pretende ser neutralizada con costosas campañas de spots y publicidad que se pierde con los muertos de cada día.
Más acción, menos discursos de promesas en esta campaña eterna que avasalla toda la vida nacional. No se distinguen candidatos de gobernantes porque se la pasan en la promesa y la promesa, mientras la falta de gobernabilidad crece y crece haciendo ver pequeños a quienes tienen el mandato y la responsabilidad de promover que la situación mejore.
Es muy bueno que la estrategia se sustente en los tres ejes que integran la lucha contra la criminalidad, que son enfrentar y detener a los delincuentes, reconstruir y reforzar los órganos de seguridad y justicia, así como reconstituir el tejido social, lo que entre otras cosas comprende el rescate de espacios públicos. Pero hay que llevar las palabras a los hechos.

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