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El problema no es que desaparezcan los libros sino el acto de leer, dice artista visual

Óscar Ricardo Muñoz Cano

La artista visual argentina María Emilia del Valle indicó que es discutible la presunta extinción de los libros como tal, los físicos, pues el problema en sí es el acto de leer; “no importa que desaparezca el formato siempre y cuando uno siga leyendo ese es el tema: la lectura desde donde sea en el formato que sea”.
Durante la realización de un taller de Arte/Objeto: Libro de artista, en el Centro Cultural Acapulco que inició el pasado sábado 17 de enero, agregó que el problema no es que desaparezcan en físico los libros “porque están los libros virtuales, el problema es el que desaparezca el acto de leer”.
En ese sentido, explicó que si bien la búsqueda artística por el camino de los libros no es ajena a su extinción, los libros objeto son un camino en paralelo, son “el resultado de la intervención de un artista, quien haciendo uso de una técnica, juega con la disposición de los elementos, incluye nuevos materiales, etcétera”.
Ante la presencia de unas 12 personas que asisten a su taller, María Emilia indicó que “el hecho de trabajar sobre la materia (los libros) viene de mucho tiempo atrás, lo que pasa es que a medida en que va evolucionando (el libro) van adquiriéndose nuevas formas, mezclas entre las disciplinas artísticas formales que antes estaban bien separadas, como lo era el dibujo, como lo era escribir”.
Luego de ofrecer una breve visión de cómo se genera el libro de artista como un género propio, recordó que el mismo inició su camino con puro texto, “y posteriormente fue adquiriendo imágenes y éstas fueron adquiriendo más importancia y hasta que los artistas empiezan a intervenirlos y a vincularlos como objetos tridimensionales para generar un lenguaje propio”.
Por ello, auguró, el libro de artista tiene un futuro puesto que “es la representación de esa mezcla que se genera y ahora con el tema de la tecnología, hay también libros que poseen interactividad con pantallas y ese tipo de cosas puesto que siempre son más lenguajes y más recursos los que se manejan. El libro de artista es un género propio, con un estilo, una forma de hacer arte que no está ligada ni con la pintura ni con las demás actividades artísticas, sino que se vale de sí mismo”, resaltó.
Y es en ese sentido, que quien se encuentra en Acapulco como parte del proyecto Residencias Artísticas por Intercambio del puerto de Acapulco, que coordina la escritora Alondra Berber y el artista visual Luis Vargas, destacó: “los chicos (del taller) se quedan con los elementos, las bases y la idea de mezclar dos lenguajes, refuerzan mensajes, usan varios elementos sin que el resultado deje de ser pintura, escritura, un libro en sí mismo; uno se vale de todo esto para reforzar el mensaje que uno quiere decir a partir de la reflexión de las vivencias que tiene cada uno”, volviendo al resultado final en un objeto muy personal.

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