Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Hallan los restos de otro hombre en una fosa de La Joya en Iguala; son ya 43 exhumados en dos meses

*Estaba a sólo un metro del sitio en el que encontraron restos en abril de 2014. Permiten el ingreso del corresponsal a la zona de excavaciones, pero sin cámara ni celular. Los familiares de las otras víctimas marcan otros cinco posibles entierros. No se desesperarán a pesar de la lentitud de los trabajos, dicen familiares

Alejandro Guerrero

Iguala

Con el hallazgo de un cuerpo más durante los trabajos de excavación y exhumación de ayer, el número de víctimas localizadas en fosas clandestinas llegó a 43, a dos meses de que la Procuraduría General de la República (PGR) y familiares de las otras víctimas de desaparición iniciaron los trabajos, a raíz del caso Ayotzinapa.
Por primera vez, ayer la PGR permitió el acceso a este corresponsal hasta la zona donde entre el martes y el miércoles exhumaron cuatro cuerpos de dos fosas. La entrada a la zona sólo se permitió sin cámara fotográfica ni teléfono, equipo que se tuvo que dejar en el automóvil junto al retén que la Marina instaló a unos 500 metros de la zona de exploración.
El sitio en el que a partir del martes peritos de la PGR iniciaron trabajos de excavación y exhumación de fosas, ya anteriormente había sido recorrido con un grupo de familiares de las víctimas de desaparición, zona en la que se habían marcado al menos 10 puntos como posibles fosas, y se habían localizado lugares que habían sido ocupados por los delincuentes como campamentos, y en los que se cree que tuvieron a un considerable número de víctimas de secuestro por la cantidad de prendas de vestir, calzado y basura de comida que se halló a unos 100 metros de las fosas.
La zona de exploración se ubica en la parte más alta de una loma en el paraje La Joya, entre dos campos de maíz, el camino de terracería es muy agreste, pero se puede llegar en carro a 500 metros de la zona del hallazgo.
El sitio está a unos 25 minutos desde el centro de la ciudad y se entra a él por la colonia Loma del Zapatero, al poniente de Iguala. Para llegar, se cruza por los parajes Monte Hored y La Laguna, sitios donde ya fueron exhumados 40 cuerpos de entierros clandestinos.
“Nos ponen muchas trabas y nos hacen como quieren, pero nos tenemos que aguantar; a veces pensamos que el gobierno nos quiere desesperar para ya no seguir buscando a nuestros familiares, pero nosotros vamos a seguir”, platicó Mario Vergara a este reportero luego de pasar por el retén de la Marina, donde tomaron mis datos de una credencial de prensa.
A las 11 de la mañana se llegó al punto donde la PGR explora y excava posibles fosas con dos ayudantes que salieron del grupo de familiares de las víctimas de desaparición, José y Simón, a quienes les pagan por ese trabajo.
“No tienen familiares desaparecidos pero buscan como si los tuvieran”, dice Mario cuando los ve escarbando en una posible fosa.
Al mediodía, el equipo de excavación inició los trabajos en la fosa 2 del cuadrante 1, de donde el martes sacaron tres cuerpos de una misma fosa.
Las dos fosas en las que la PGR hizo la exhumación de cuatro cuerpos en dos días están a sólo un par de metros de otros entierros de los que la Fiscalía General del estado (FGE) había exhumado restos en abril de 2014.

La búsqueda de posibles fosas

De manera paralela al trabajo de los peritos de la PGR, un grupo de avanzada de cinco familiares de las víctimas de desaparición –que hasta la fecha ya suman a más de 380 reportes de desaparecidos– recorren la zona en busca de más posibles fosas, en menos de dos horas hallaron cinco, tres con indicios positivos de la presencia de restos humanos.
“En esta zona nos ha jugado mal nuestra tecnología”, expresó Mario Vergara, quien busca a su hermano Tomás de 39 años, un taxista secuestrado el 5 de julio de 2012 en la cabecera municipal de Huitzuco, al referirse a las varillas y marros que les han servicio en otros terrenos para detectar las fosas.
En La Joya, una zona agreste y pedregosa, las varillas no se clavan con facilidad, como sí sucede en el paraje La Laguna, donde lograron la localización y exhumación de 21 cuerpos.
La PGR necesita indicios “claros” para escarban en una posible fosa, pero para los familiares de los ausentes, cualquier seña, como un hundimiento o un montículo de tierra, piedras apiladas o de un color o textura diferente a la mayoría de la superficie, o tierra removida, son indicios suficientes para sospechar que ahí pudiera estar el cuerpo de una persona, quizá la de su familiar desaparecido.
“El olor ya los traemos en la mente”, expresó el señor Juan José Canaán Ramírez al enterrar la varilla y oler su punta para detectar un posible olor a mortandad que le indique la presencia de restos de personas inhumadas. Él, un teniente retirado del Ejército, es hermano del también militar retirado Claro Raúl Canaán Ramírez y papá de los jóvenes Omar y Hiram Jafet Canaán Ávila, vecinos del poblado de Mezcala, municipio de Eduardo Neri (Zumpango), desaparecidos el 30 de agosto de 2008 cuando viajaban a Iguala.
Aun con la dificultad de la zona, el grupo de búsqueda de fosas clava la varilla con un marro a una profundidad aproximada de un metro, y al sacarla huelen su punta para detectar la posible presencia de restos humanos.
A unos 5 metros de la zona en la que PGR hacía la excavación, el señor Canaán halló una fosa con indicios positivos de un cuerpo y el olor a mortandad se percibió aun sin oler la varilla, “rompió la capsula que tenía”, dijo un agente del Ministerio Público federal al confirmar ese lugar con indicios positivos de la presencia de restos humanos. “Ya lo encontramos”, se escuchó gritar a la 1 de la tarde a Simón, en referencia a un cuerpo en la fosa.
Antes de que esta posible fosa, marcada por el comité de avanzada de los familiares fuera abierta, la antropóloga y peritos de la PGR dudaban de la existencia de restos humanos en el lugar, pues no había características necesarias de un entierro, según los protocolos.

La exhumación

Con el hallazgo de un hueso a una profundidad aproximada de un metro, los peritos, antropólogos, médicos, criminalistas y responsables de tomar fotografías y videos inician los protocolos para la exhumación, lo cual hace que el trabajo sea demasiado lento y meticuloso.
Con el hallazgo, el sitio es acordonado y se marca la zona de excavación en un cuadrante de alrededor de 2 metros de ancho por 2 de largo.
Dos horas después, a las 3 de la tarde se descubrió un cráneo y parte de una osamenta humanos que se veían de mucho tiempo, posiblemente de un año.
El cuerpo había sido cubierto con tierra y enormes rocas que le arrojaron encima; además, las raíces de los árboles ya habían engrosado y cubierto gran parte de la fosa, lo que en otros casos dificulta su ubicación. La víctima estaba boca arriba, con la cara inclinada hacia la derecha, se notaba que tenía las manos y los pies atados, con las características de las ejecuciones e inhumaciones del crimen organizado.
En todo momento se permitió observar el trabajo que hace la PGR. Ya hallado el cuerpo, se criba la tierra que se saca para recuperar cualquier resto que se haya ido entre la tierra.
La víctima era un hombre de alrededor de 1 metro con 60 centímetros, ya sólo estaba la osamenta y se notaba que tenía su dentadura completa, no muy desgastada, posiblemente no mayor de 40 años.
Entre sus prendas, se alcanzó a ver una camiseta (de tirantes) color negra, un cinturón negro de cuero y un pantalón de mezclilla.
El cuerpo fue exhumado en su totalidad hasta después de las cinco de la tarde y de ahí fue trasladado a las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) de Iguala, se espera que hoy sea llevado a las instalaciones de la PGR con el resto de los cuerpos exhumados.
Para hoy se prevé que los trabajos de excavación y posible exhumación de cuerpos continúen en esta misma zona donde los familiares de las víctimas marcaron al menos cinco posibles fosas, tres con indicios positivos de la presencia de restos humanos.

468 ad