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El equipo científico del robot Curiosity de la NASA, que explora el suelo de Marte, halló emanaciones de gas metano en la superficie marciana, lo que sugiere que el planeta podría tener procesos geológicos o químicos hasta hoy desconocidos.
El grupo de expertos, al que pertenece Rafael Navarro, investigador del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM, encontró que Marte tiene una cantidad base de metano en su atmósfera, pero que ésta aumenta drásticamente en ciertos periodos, lo que indica que cuenta con un proceso intermitente de liberación de gas a la atmósfera.
Navarro González es el único latinoamericano del grupo y quien colaboró en el diseño del laboratorio Sample Analysis at Mars (SAM), que el robot explorador Curiosity lleva en su interior.
Fue precisamente mediante el SAM que, en mediciones efectuadas a lo largo de 20 meses, se detectaron los niveles fluctuantes de metano en la atmósfera del planeta rojo.
En la Tierra cerca del 90 por ciento del gas metano de la atmósfera proviene de los seres vivos, en particular, de un grupo de microorganismos conocidos como metanógenos. Muchos de éstos son anaerobios, es decir que no requieren de oxígeno, así que es posible encontrarlos en cavernas cerradas o enterrados.
Según Navarro, en el caso de Marte aunque el hidrocarburo podría provenir de la actividad de algún ser vivo, existen otras fuentes de generación, como la actividad volcánica.
También es posible que reacciones químicas en el subsuelo propicien su producción y que aquél quede atrapado en grietas o cavernas hasta que algún acontecimiento súbito, como un sismo, le permita escapar, explica el astrobiólogo mexicano.
Sin embargo, hasta ahora se cree que Marte no tiene actividad tectónica, por lo que la ocurrencia de temblores y actividad volcánica estarían descartadas.
De ahí la importancia del descubrimiento del equipo científico del Mars Science Laboratory (MSL) o Curiosity de la NASA, que pareciera indicar que el planeta rojo podría ser más activo de lo que se creía.
Por ello, la siguiente misión que la NASA enviará, llamada Insight, llevará consigo un sismógrafo. El lanzamiento está programado para 2016.
La misión Insight es una sonda gemela de Phoenix, que amartizó en 2008 en uno de los polos de Marte con el propósito de estudiar la geología y el clima del planeta. Entre otras cosas, la sonda Phoenix descubrió agua en forma de hielo.
Navarro comenta que también se buscan rutas para que Curiosity o su sucesor –que se enviará a Marte en 2020 y que hasta ahora recibe el nombre de Mars 2020 Rover– pueda determinar mediante experimentos químicos si la actividad biológica es el origen del metano en ese planeta. (Agencia Proceso / Ciudad de México).

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