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Los intentos de René Juárez por un externo y las llamadas a Añorve para que “le baje”

Crónica del día de la unción del candidato en el PRI

Hugo Pacheco León

Chilpancingo

Corrió temprano en las redes sociales la versión de que Héctor Astudillo Flores sería ungido como candidato a gobernador por el PRI, y que las encuestas aplicadas en los últimas semanas apenas servirían para justificar la decisión tomada ya por el presidente Enrique Peña Nieto y avalada por el presidente nacional de ese partido, César Camacho Quiroz.
En la decisión parece que pesó lo del expediente “limpio y transparente”, que según el delegado regional del CEN para este proceso, el ex gobernador René Juárez Cisneros, era una de las condiciones que debía reunir el candidato.
Ayer miércoles por la mañana en la ciudad de México, en la sede nacional del PRI, luego de dos aplazamientos en la fecha para definir al candidato a gobernador (se decía que la primera semana de enero, luego que el 15 o 16 del mismo mes, para luego definirse que para este 4 de febrero), Camacho notificó a los aspirantes Añorve Baños, Héctor Apreza Patrón, Mario Moreno Arcos, y Cuauhtémoc Salgado Romero, que el candidato sería Astudillo Flores.
Lo anterior, pese a la persistencia del delegado Juárez Cisneros de abanderar a un candidato externo, a la que se opusieron todos los aspirantes al punto en que el diputado federal Añorve Baños en declaraciones primero en El Sur, y el lunes y martes en El Universal y Reforma, amagó que de concretarse esa idea encabezaría una desbandada de militantes.
Se supo que Añorve tuvo llamadas de Bucareli, donde despacha el secretario de Gobernación Miguel Angel Osorio Chong, y de Los Pinos, la residencia oficial del presidente, para que le “bajara”. Se entiende que para que ya no hablara con sus amigos reporteros, porque estaba calentando el ambiente previo a la decisión para definir al candidato a gobernador.
Todavía el viernes pasado en la ciudad de México, César Camacho les comentó a los aspirantes que Juárez Cisneros persistía en su propuesta de un candidato externo y les confió que no la compartía.
A saber, René Juárez –según explicaron algunos aspirantes– habló primero con el senador perredista Armando Ríos Piter para convencerlo de competir por el PRI, pero éste se mantuvo en su postura de no participar en este proceso y mantenerse en el PRD.
Después buscó al rector de la UAG Javier Saldaña Almazán. Dicen que Saldaña aceptó y sería tomado en cuenta en las encuestas.
Hasta que del lunes al martes, la propuesta se vino abajo tras los amagos de Añorve y el rechazo del resto de los aspirantes.

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Este miércoles 4, los aspirantes fueron citados a las 11 de la mañana en la sede nacional del PRI. Llegaron juntos y puntuales Astudillo Flores, Añorve Baños, Apreza Patrón y Mario Moreno.
Los cuatro se tomaron la foto del recuerdo, todos engalanados con sendos trajes negros y corbatas rojas. No salió ahí el presidente estatal del PRI y perseverante aspirante del figueroísmo, Cuauhtémoc Salgado Romero.
Con esta fotografía subida a la cuenta de Facebook de Héctor Astudillo, poco después de las 11, se pensó que no sería fácil bajar del carro de la aspiración al figueroísta. No luego de gastar cientos de miles de pesos en posicionar su imagen en Guerrero y de utilizar la estructura del partido para amarrar acuerdos y compromisos.
Por mensajes de celular, a pregunta expresa de El Sur, los protagonistas de tan ilustrativa foto calmaron las suspicacias, diciendo que simplemente Salgado llegó tarde y que no había riesgo de rompimiento.
Luego de tres horas de espera, los aspirantes fueron recibidos por César Camacho, quien estuvo acompañado por la secretaria general Ivonne Ortega Pacheco y Juárez Cisneros.
Luego de saludarlos, Camacho abrió la plática con el tema de la candidatura externa, confirmando que hubo la propuesta y que se analizó, pero que finalmente valoraron que no era necesario, pues con los cinco militantes del partido había la fuerza suficiente para ganar.
Les reiteró, como ocurrió en la reunión que sostuvieron en la primera quincena de enero, que el PRI está en la oportunidad de rescatar Guerrero, pues las condiciones políticas así lo propician, en alusión a que aprovecharán el desprestigio y la crisis del PRD tras la matanza de Iguala.
Les dijo que la dirigencia ya tenía la propuesta definida para designar al candidato, pero pidió que ésta fuera de unidad, porque así le interesaba al presidente Peña Nieto y al partido, ante las circunstancias políticas y económicas nada favorables para el país.
Intervinieron los aspirantes para agradecer que hayan sido tomados en cuenta en las encuestas y refrendaron su compromiso de sumarse en unidad al candidato que definieran.
Añorve Baños aprovechó para decirles a los presentes que se hubiera opuesto “determinantemente” a la candidatura externa.
César Camacho intervino para decirle que esa propuesta “quedaba atrás” y que todos se comprometieran a continuar juntos en el proceso electoral.
Entonces les anunció que el CEN, con el aval de Peña Nieto, decidió que el candidato sería el diputado local, ex alcalde de Chilpancingo y ex senador Héctor Astudillo Flores.
La reacción de los aspirantes fue de conformidad, incluso de Cuauhtémoc Salgado. Camacho les informó que con la secretaria general y el delegado regional, acudiría a las 5 de la tarde Chilpancingo, a la sede estatal de PRI, al registro de Astudillo como precandidato de unidad.
René Juárez Cisneros no intervino en la reunión, aunque fue el que informó de la decisión a los medios acompañado de todos los aspirantes que se tomaron la fotografía ya incluido Cuauhtémoc Salgado. Todos regresaron a esta ciudad. Ya aquí en Guerrero, por las redes sociales, se sabía quién era el candidato a gobernador y la militancia se preparó para recibirlo.

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A las 5 de la tarde, a la explanada del PRI que deben caberle unos 20 mil asistentes, llegaron los mismos acarreados de siempre, de todas las regiones de Guerrero: sombrerudos de Tierra Caliente y la zona Norte; vestidos y cotones de manta de la Montaña baja y alta; campesinos de la zona Centro, costeños de Costa Chica y Costa Grande y colonos de Acapulco y Chilpancingo.
Eran representaciones de todos los municipios que llegaron con sus dirigentes municipales. Unos 3 mil.
Los priistas de la colonia PRI de esta ciudad, llegaron con playeras azul pastel con la A pintada aprisa con plumones. El asunto era presentarse y que el candidato los viera. Llevaban un megáfono para arengar las porras y una banda de chile frito para tocar unas Dianas en cada frase de los discursos.
La flamante líder sindical de los trabajadores de Salud, Beatriz Vélez, ya con su candidatura a diputada federal en la mano, feliz al frente de sus acarreados de la Secretaría de Salud.
Astudillo, acompañado de Héctor Apreza y Mario Moreno, había llegado media hora antes de las 5 de la tarde para el registro formal ante la Comisión Estatal de Procesos Internos. Fue discreto, tanto que muchos no se dieron cuenta de su llegada pues entró por la parte trasera del edificio.
A las 5 en punto llegó César Camacho, acompañado de Ivonne Ortega y René Juárez. Esperaron unos instantes a un costado del edificio del PRI a que Astudillo, Apreza y Mario Moreno salieran a su encuentro.
Así ocurrió, pero no contaban que unos cinco priistas del municipio de Eduardo Neri, que dijeron estar afiliados al SUSPEG, lanzaron gritos de “¡Astudillo, no ganas ni una urna!”, que no tuvieron eco y fueron respondidos con las porras a favor del candidato de “¡unidad! ¡unidad!”.
Los dirigentes nacionales ni se inmutaron, tampoco Astudillo. Rápido enfilaron hacia el estrado colocado al frente de la explanada de espalda al edificio del PRI. Hasta ahí los alcanzó Añorve, apresurado pues el tránsito vehicular en esta capital se colapsó por los priistas que llegaron en vehículos propios, camionetas del servicio público de sus lugares de origen y camiones de la zona urbana de Acapulco.
Inició el acto de registro con el eterno maestro de ceremonias priista, Roberto Salazar, quien presentó a los dirigentes y nombró de memoria a los asistentes, aun líderes de los municipios: “¿Dónde está Betín (el ex alcalde Alberto del grupo de René Juárez) de los Santos, de Coyuca?… Un saludo para Tlapa ¿Dónde están?”.
En esas presentaciones Salazar nombró a Cuauhtémoc Salgado, quien aún no estaba en el estrado. Hubo un silencio. “¿Dónde está nuestro presidente estatal?”, preguntó, pero la gente respondió con aplausos. “¿Se habrá enojado?”, se preguntaban en voz alta entre la gente de Chilapa.
Curtido en estas lides, Roberto Salazar siguió saludando a diputados locales, alcaldes, aspirantes a diputados locales, precandidatos a diputados federales. Entonces se incorporó Cuauhtémoc Salgado. También llegaron Héctor Vicario y Rubén Figueroa Smutny. El figueroismo se hizo presente, para que no haya duda en la unidad.
“Saludos a los ex presidentes del partido, Zótico García Pastrana (ya de vuelta al PRI el veterano político), Raúl González Villalva, Guadalupe Gómez Maganda, pero también saludamos a Bety Vélez dirigente de Salubridad”, presentó Salazar llamando con el viejo nombre a lo que es ahora la Secretaría de Salud. Se quedó en el viaje de los 1990.
Y para que no haya duda que Astudillo ya es candidato, aunque se aclara que por el momento es precandidato de unidad, aparecieron banderas y lonas del PVEM en su apoyo.
Y en su discurso Cuauhtémoc Salgado calmó ánimos de desolación de sus simpatizantes al decir: “Hemos aceptado esta decisión, para que Héctor Astudillo sea el candidato de unidad”. Porras de todos y música de Chile Frito se lo reconocen. César Camacho aprobaba con la cabeza.
Pidió redoblar esfuerzo, “para ganar el gobierno que perdimos hace diez años”. Esto sonó a reproche, pues aludió a Astudillo, quien fue derrotado por el ahora simpatizante priista Zeferino Torreblanca Galindo, ex alcalde de Acapulco y ex gobernador por el PRD.
César Camacho, contento, le recomendó a Astudillo recuperar Guerrero para el PRI, construir los consensos al interior del partido con la familia priista en torno a su candidatura y si gana, no servirse del poder.
Y en su turno, Astudillo en su papel de precandidato de unidad, saludó y agradeció a los demás aspirantes su respaldo y les dijo que será incluyente luego de que se oficialice su candidatura en la próxima Convención Estatal Electiva.
Se comprometió ante el priismo a recuperar la gubernatura para el PRI, y construir un proyecto para Guerrero de paz y con justicia.
Aludió a la tragedia de los normalistas de Ayotzinapa. Dejó en claro que la justicia es un tema pendiente “para que no vuelva a ocurrir lo de septiembre pasado en un lugar cercano a esta ciudad”, y que “se debe aplicar la ley con severidad… contra quienes hicieron esa salvajada contra los muchachos”. Estudiantes normalistas de Ayotzinapa, se entiende.
Al final de los discursos, los priistas lograron que el precandidato se bajara del templete a saludarlos. Todos se arremolinaron en torno a él, quien enfiló hacia su casa, donde agasajaría la dirigencia nacional y a los aspirantes que se quedaron en el camino. El PRI tiene candidato y sin rupturas, por lo pronto.

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