No pensábamos andar en las calles pero el gobierno nos ha obligado, dice un padre de Ayotzinapa

*Melitón Ortega exigió al gobierno mexicano que tipifique el crimen como desaparición forzada, porque los detenidos no lo están por ese delito. Invitan en la comunidad nahua de Tlaquilzinapa a participar en la marcha en Chilpancingo y en la Convención Nacional Popular, en la Normal Rural

Redacción

Tlaquilzinapa, Tlapa

En su recorrido por la comunidad nahua de Tlaquilzinapa, los padres que integran la brigada informativa llamaron a los vecinos a sumarse a la marcha de hoy en Chilpancingo.
Del Movimiento Popular Guerrerense (MPG), Juan Tenorio insistió en que no habrá elecciones y que seguirán en la toma de los ayuntamientos hasta que aparezcan con vida los estudiantes desaparecidos y se abra la línea de investigación a los militares, y adelantó que el Movimiento seguirá con su labor informativa.
Los vecinos argumentaron que no podían sumarse a la marcha porque la capital les queda muy lejos, pero que si había una marcha en Tlapa sí se sumarían, y también que los apoyaban de otras formas, porque no tenían mucho dinero, y que los profesores de las escuelas de Tlapa tenían su aprobación para faltar a clases si se sumaban a la marcha.
El padre de Mauricio Ortega, uno de los normalistas detenido-desaparecido, Melitón Ortega exigió al gobierno mexicano que resuelva el caso de sus hijos y que se tipifique como desaparición forzada, porque los detenidos no lo están por ese delito, lo que les permitirá salir en unos años de la cárcel.
Agregó que una comisión de padres estaba en la ONU, en Ginebra, Suiza para exponer el crimen que consideran de lesa humanidad y que a más de cuatro meses no saben dónde están los 43 estudiantes.
Le dijo a los asistentes “no pensábamos andar en la calles, pero el gobierno nos ha obligado, y por las noches nos preguntamos dónde están nuestros hijos, no saber dónde están duele y más cuando el gobierno se muestra indiferente”.
La invitación fue para que los acompañen a Chilpancingo a la marcha y después se concentren en las instalaciones de la Normal de Ayotzinapa para participar en la Convención Nacional Popular, con el objetivo de construir un programa político para que nadie pase por lo mismo.
Desmintió la versión de las autoridades de que los estudiantes pertenecían al grupo delictivo de Los Rojos, y dijo que de nada ha valido que el estado este sitiado con militares y Gendarmería, y que sigan apareciendo cadáveres en fosas clandestinas, “eso nos demuestra que no están para cuidar, sino para reprimir y coartar la participación de la ciudadanía a favor de Ayotzinapa”.
La madre de Benjamín Ascencio Bautista, Cristina Bautista Salvador, de la comunidad de Alpoyecancingo del municipio de Ahuacuotzingo contó a los más de 100 asistentes, “nos dicen que nuestros hijos ya no viven que ya los quemaron, pero no vamos a aceptar porque no hay pruebas, el único delito de nuestros hijos es haber tenido el sueño de ser maestros”.
Mencionó que tuvo tres hijos, Benjamín es el segundo, dejó de estudiar un año para entrar al Conafe y conseguir una beca que le permitiera seguir sus estudios, y se fue a trabajar a Puente Isla, municipio de Huycantenango, donde se enteró de la existencia de la Normal Rural de Ayotzinapa.
Recordó que su hijo le dijo que ya había solicitado su ingreso y le pidió que rezara por él para aprobar el examen que estaba difícil, según le habían dicho: “mamá yo no quiero ser un burro sino un buey”, recordó que le dijo y que le preguntó por qué, “los burros trabajan con el lomo y buey con los cuernos, usando la cabeza”.
“La última vez que lo vi fue el 15 de septiembre cuando vino a entregar unos documentos del Conafe”; recordó que se enteró hasta el 29 de septiembre de los hechos en Iguala, porque su hija le comentó que alumnos de Ayotzinapa habían sido atacados por policías, por lo que le llamó y como no contestó se fue a la escuela, donde dos mujeres le preguntaron en la entrada el nombre de su hijo, y al dárselos le respondieron, “está desaparecido”.
Un normalista pidió a los asistentes que no crean todo lo que se dice en la televisión, y que las autoridades no hicieron bien la farsa porque las cosas que dicen no son creíbles.