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Lamenta la embajada de Austria la censura en México a la exposición de Hermann Nitsch

La cancelación de la exposición de Hermann Nitsch, que albergaría el Museo Jumex, provocó la reacción de la embajadora de Austria, Eva Hager, quien lamentó la decisión.
“Creo que México es un país de un avant-garde artístico de lo más excelente, un país que puede acoger artistas de avant-garde, como el señor Nitsch”, dijo Hager en entrevista.
La diplomática envió una carta a los medios de comunicación en donde contextualiza la carrera del artista, su relevancia para la historia del arte y su disposición a dialogar con sus críticos en México.
“Sería muy lamentable si esta importante exposición, que ofrecería un atisbo a la amplia obra de este gran artista al público mexicano, no pudiera ser realizada en la ciudad de México; esta ciudad capitalina y cosmopolita que ha promovido e influido la vanguardia artística del siglo XX, y que se merece algo mejor”, refiere la misiva.
En entrevista con Reforma, Patrick Charpenel, director del Museo Jumex, defendió la decisión al considerar una insensibilidad social presentar este proyecto ahora, por la inseguridad y la violencia del país.
“Si presentamos un proyecto como el de Hermann Nitsch yo quiero que se lea en sus condiciones correctas; cuando empieza a haber ruido, se desvirtúa el concepto que está detrás de la obra de un artista tan interesante y complejo”, destacó.
El ruido está relacionado a la protesta lanzada en Change.org por un grupo de defensores de los derechos de los animales que pedían cancelar la exposición.
Ante la reacción de la Embajada austriaca, Charpenel señaló que es normal. “Si sólo hiciéramos el programa tomando en cuenta el prestigio del artista, la calidad de su obra, estaríamos desconectados de nuestro mundo. Casi es un tema de responsabilidad social”, agregó.
El director aceptó que el gran error fue tardarse tanto tiempo en cancelar la muestra, que trabajó durante dos años el curador Michel Blacsubé con el propio Nitsch.
“Fue producto de estar discutiendo todo lo que significaba, no sólo en términos de imagen. Eso fue lo que nos hizo movernos quizá demasiado despacio, pero estamos tranquilos”, afirmó.
Charpenel no teme que el prestigio de la institución se diluya, confía en la historia de la fundación: “Hemos corrido riesgos, hemos presentado algunas de las exposiciones más radicales”.
Las piezas de Nitsch siguen en el país y son responsabilidad del museo, el cual pagó un seguro. Si otra institución las quieres, está abierta la posibilidad. (Lourdes Zambrano / Agencia Reforma / Ciudad de México).

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